sábado, 10 de marzo de 2018

Más críticas a Egipto


Joaquín Mª Aguirre (UCM)
Hace un par de días el estatal Ahram Online titulaba "UN rights chief denounces what he calls 'climate of intimidation' in Egypt before presidential elections". El previsible titular del día siguiente en el mismo medio era "Egypt dismisses UN human rights criticism as 'baseless'". Egipto vive en un continuo desmentido.
Los informes cíclicos tienen sus negación cíclica. No hay declaración, condena, etc. que llegue de alguna instancia internacional, incluso de las más altas, como es el caso de las Naciones Unidas que no tenga la contestación egipcia negándolo todo. Para Egipto, unas elecciones en las que se detiene o retira a todos los candidatos, unas elecciones en las que la oposición democrática denuncia las presiones y llama a no votar, unas elecciones en las que el candidato opositor a la presidencia se deshace en apoyos a su rival y presidente, al que desea gane... todo esto, según el régimen egipcio, entra dentro de la normalidad.
Es normal también que ante la llamada a la abstención, se amenace con multas y detenciones a los que no vayan a votar. El jefe no solo quiere salir de nuevo elegido, sino entre aplausos.
Estas son las críticas de las Naciones Unidas, sección derechos humanos, recogidas por el diario estatal:

The United Nations Human Rights Chief Zeid Ra'ad al-Hussein denounced on Wednesday what he described as a "pervasive climate of intimidation" in Egypt ahead of presidential elections this month.
Al-Hussein claimed that the upcoming elections have been marked by "arrests, torture of detainees and silencing of independent media."
In an annual report submitted to the United Nations Human Rights Council, Ra'ad said that "potential candidates have allegedly been pressured to withdraw, some through arrests. Legislation prevents candidates and supporters from organising rallies. Independent media have been silenced, with over 400 media and NGO websites completely blocked." 
Egypt has frequently stressed the integrity of its upcoming presidential elections, scheduled 26-28 March, which is entirely supervised by the judiciary and monitored by many state and foreign media as well as international organizations.
The country has described international reports on its human rights record as "biased and politicised."
International condemnations of the human rights situation in Egypt has been increasing recently as the country approaches its presidential elections this month.*


El "incremento" no ha sido por cuestión baladí, ya que la presión sobre los medios ha sido abrumadora con motivo de las críticas a las elecciones recientes y, anteriormente, la cuestión de las islas de Tiran y Sanafir, que conllevaron detenciones por "difundir noticias falsas". Las "noticias falsas" eran que las islas eran egipcias y habían sido regaladas a Arabia Saudí, con el consabido lío institucional y en la calle.
Como se demuestra cada día, el bucle egipcio crítica / represión no cede. Por el contrario, se está intensificando. La obsesión del presidente al-Sisi, es decir, del Ejército, en no poder ser criticados cuando asumen el poder político es creciente. Tanto por aspectos personales como institucionales, queda en evidencia que el presidente tolera mal las críticas. Más de una vez ha estallado en público cuando algún asistente ha realizado alguna pregunta un poco más allá de lo protocolario del programa. Los estallidos del ministro Shoukry cuando las críticas llegan de fuera, ya sea en forma de artículo o informe, tienen una correspondencia en el presidente, que generalmente mantiene un discreto silencio evitando el desgaste político que supone tener que dar explicaciones, algo que contradice la esencia del poder.
Ahram Online explica la intervención del ministro de Asuntos Exteriores en este caso:

Foreign Affairs Sameh Shoukry said Egypt has made progress in the field of human rights but warned the UN’s rights council against applying “double standards” and “politicisation" in its judgments.
The minister highlighted the latest improvements in human rights in Egypt, including amendments to the controversial protest law, under which many peaceful demonstrators have been jailed, and the presidential pardon committee assigned to review the status of young detainees.
Shoukry stated that the country had achieved much in its democratic transition despite the increase in security challenges and the spread of terrorism in the region and the world.
In the few weeks preceding the elections, some hopeful candidates withdrew from the elections race for several reasons, while the Egyptian government dismissed accusations that it had applied pressure on them to withdraw.
The Egyptian government has frequently responded that the withdrawn candidates were not excluded for political reasons, but rather for legal violations or not having fulfilled the presidential elections' requirements.*

Como puede observarse, el diario estatal se mueve en un territorio ambiguo respecto a la posición oficial, difícil de sostener en casos como este de las elecciones. Por mucho que se enmiende la ley de Protestas, los argumentos para detener a quien se quiera son de un refinamiento exquisito, como en el caso de la cantante Sherine (un chiste), del periodista que entrevistó a Hisham Geneina (limitarse a reproducir literalmente lo que alguien le dice), ser un peligro para Egipto (homosexuales y ateos), cantantes y bailarinas (inducir a la depravación), etc.


Mientras los titulares del mismo periódico dicen —como vimos hace unos días— que se tomarán medidas contra las familias de los acusados infringiendo todas las normas jurídicas de sitios civilizados, el ministro quiere que se aplaudan las enmiendas a una ley que ha servido para arrestar o matar (como a Shaimaa al-Sabbagh) a personas que protestaban pacíficamente en muchos casos.
Egypt Independent nos cuenta los lamentos del ministro Shoukry ante las denuncias de las Naciones Humanas por lo ocurrido en la precampaña de las elecciones:

The Foreign Ministry said that Hussein’s report is suffering from an absence of clear evidence on the proclaimed violations. It also expressed its astonishment at the mention of the 2018 election in the report, based on information which was described by Hussein himself as “alleged,” the statement read.
“Egypt rejects any attempt to cast doubt on the credibility and integrity of the forthcoming presidential poll without providing any evidence or substantiated information,” the statement read.
Hussein said in his annual report that potential presidential candidates were “pressured to withdraw,” and that independent media outlets in Egypt are facing a blackout because of the regime.
Therefore, the Foreign Ministry denied in the statement the current regime’s responsibility for the voluntary withdrawal of potential candidates or for their inability to complete their nomination papers, saying that any legal procedures against any individual are taken based on legal offences, the statement noted.**


Es difícil reprimir la carcajada ante la indicación de la "renuncia voluntaria" de los candidatos o su "incapacidad" para rellenar correctamente los formularios de nominación. El gobierno egipcio, sin duda, tiene un complejo de superioridad que le impide ver el ridículo institucional que tiene con este tipo de declaraciones, capaces de sacar los colores a cualquiera.
La soberbia del ministerio es la del gobierno mismo. La oposición democrática en bloque ha pedido la abstención en las elecciones. Lo ha hecho porque además de las tretas habituales en las elecciones egipcias, esta vez se han sumado todo tipo de impedimentos que han hecho que varios candidatos militares y ex militares hayan acabado en la cárcel ante la falta de respuesta a su baja del Ejército. Esto ocurrió con el joven coronel que quiso presentarse, al que no se le contestó para detenerle después. Y está el otro caso, el del ex jefe Sami Anan, al que ya retirado y llevando varios años al frente de un partido político se le consideró en la reserva para detenerle seguidamente.
El caso de Ahmed Shafiq está pendiente de aclaración. El robo de un vídeo del teléfono de su hija hizo que fuera expulsado de Emiratos estuviera perdido durante un tiempo para su familia. Finalmente, "ocurriera lo que ocurriera", se retiró de la campaña electoral. Todos los candidatos militares o ex militares fueron acusados de intentar separar al ejército y al pueblo, que leído en clave egipcia, significa que solo debe haber un candidato militar, al-Sisi.


El temor a una verdadera campaña en la que se vertieran críticas contra el presidente y su mandato hizo que se boicoteara a los demás candidatos negándoles los avales parlamentarios para poder concurrir y obstaculizando los avales populares, como ha denunciado muchos tras detenciones de personas que hacía propaganda a los pretendidos candidatos o creándoles problemas en las notarías donde debía registrar su avales de los candidatos. De esta forma, las personas que lo hicieran quedaban expuestas y fichadas por el aparato del régimen, con las consecuencias que eso tiene en un país en el que te pueden complicar mucho la vida. Los que avalaban al presidente, en cambio, como contó Mada Masr en su reportajes, recibían pasta y arroz, dinero los conseguidores.
La oposición democrática ha hecho lo único que podía hacer: denunciar la farsa de las elecciones. Pero Sameh Shoukry, que recientemente crítico en la ONU a la BBC, tiene la pretensión que el mundo reconozca las elecciones egipcias como limpias y el cantado futuro triunfo de al-Sisi como una explosión democrática. Pues se puede ir preparando ante la oleada de críticas, reproches y denuncias que las elecciones le van a traer al régimen. Dejarán en pañales a las primeras, en la que tuvo la suerte de tener enfrente a un contendiente nasserista. Ahora lo único que tiene enfrente es a un títere, Moussa Mostafa Moussa, que le apoyaba incondicionalmente hasta unas pocas antes de que le pidieran que se presentara para no quedar en ridículo, algo que no se ha conseguido, pues nunca ha habido un candidato opositor que hablara tan bien de su rival, al que adora.


Conforme crecen las críticas, el empecinamiento del régimen egipcio crece. Trata de convencer al pueblo egipcio de que existen conspiraciones por todo el planeta en contra de ellos, que el régimen es perfecto, que tienen a Dios y a Trump a su lado. Nada más lejos, incluso Donald Trump les traerá problemas pronto, pues nadie en su sano juicio se atreverá a considerar como democrático al régimen actual, lo que le valdrá nuevos recortes en las ayudas.
Se iniciará entonces el nuevo ciclo de la protesta y el rasgado de vestiduras, las quejas por el "doble rasero", etc. El problema que se plantea precisamente es que esta próxima legislatura será más violenta, con un parlamento más cerrado que el actual, una mera comparsa con genialidades estrafalarias, como pedir exámenes de virginidad para las estudiantes universitarias o que las mujeres se dejen mutilar con más humildad, más leyes represivas para los disidentes y más encierro de ateos y homosexuales, que es la forma en que al-Sisi ha decidido demostrar al pueblo egipcio que vigila como un guardián virtuoso.



* "UN rights chief denounces what he calls 'climate of intimidation' in Egypt before presidential elections" Ahram Online 7/03/2018 http://english.ahram.org.eg/NewsContent/1/0/292321/Egypt/0/UN-rights-chief-denounces-what-he-calls-climate-of.aspx
** "Egypt denounces UN rights chief’s concerns on political violations ahead of election" Egypt Independent 9/03/2018 http://www.egyptindependent.com/egypt-denounces-un-rights-chiefs-concerns-on-political-violations-ahead-of-election/






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