domingo, 9 de abril de 2017

Problemas de traducción


Joaquín Mª Aguirre (UCM)
Hay traducciones que pierden y traducciones que ganan. También hay traducciones cuyos errores provocan malentendidos por exceso de voluntad traductora. Algo así ha debido pasar con los medios egipcios emocionados por la visita del presidente al-Sisi a Washington para encontrarse con su admirador confeso, el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump.
Me imagino que estas cosas le pueden ocurrir a cualquiera, pero no están los tiempos para cometer muchos errores en las traducciones. Ya es complicado discernir entre la verdad, la mentira y la "noticia falsa", como para tener que estar revisando más allá de los matices. Egypt Independent, tras el glorioso encuentro entre los dos viejos amigos, nos da el siguiente titular: "Translation error in Trump speech confuses Egyptian media". Es cierto que Donald Trump no es precisamente un orador que maneje un idioma pulcro; los lingüistas todavía están debatiendo algunas expresiones suyas durante la campaña electoral que pueden inducir a error. El error detectado es relevante:

A translation error in US President Donald Trump's speech on military cooperation between Egypt and the US during President Abdel Fattah al-Sisi's recent visit to Washington on Monday caused confusion among the Egyptian press.
At the beginning of his speech, Trump spoke of the United State's support for Egypt, confirming that Egypt and the United States will fight terrorism together and will be friends for a long time.
He demonstrated the importance of this support by addressing the great military potential of the United States, saying that he will raise the US military's capabilities to the highest levels through major deals for aircraft, aircraft carriers and warships.
From this statement, some Egyptian media outlets inferred that Trump has a plan for US-Egypt cooperation through a range of military deals that aim to raise the capabilities of the Egyptian army to the highest level.*


Como error, resulta bastante particular, pues da la impresión que lo que traía en la maleta el presidente es bastante menos de lo que declaró en la aduana, por expresarlo así. La foto de al-Sisi con Trump no es la misma que la foto de Trump con al-Sisi. Los egipcios han sacado sus consecuencias favorables de lo que Trump les haya podido prometer. Las expectativas del presidente egipcio han sido ampliadas por los medios egipcios que han querido vender la visita como un éxito sin parangón.
La forma de expresarse el presidente norteamericano es difícil de traducir por el sencillo motivo de que es difícil de entender. Esto es una habilidad del que quiere ser entendido de forma nebulosa para decir después que no dijo lo que dijo, que el sentido era otro y que ha sido malinterpretado. Como el vendedor que es, Trump habla para que cada uno se imagine lo mejor, mientras que él controla el sentido oculto, es decir, lo que realmente piensa hacer (si es que lo sabe). Esto puede ser astucia o sencillamente una incapacidad de decir la verdad y de dar un pensamiento ordenado. Es la diferencia entre tener un plan oculto y no tener ningún plan,
Los errores interpretando a Donald Trump no son exclusivos de los medios egipcios. Trump hace ver fantasmas agradables con sus palabras. El problema se plantea de forma directa con esa acción selectiva que es la traducción. Cuando los traductores intentan reducir las posibilidades del ambiguo significado del discurso a una sola posibilidad en el otro idioma es cuando se enfrentan al sinsentido.
La revista Newsweek señaló estos problemas a los que se enfrentaban los traductores en el mes de febrero:

Translators worldwide are struggling to render Donald Trump’s unique speaking style and Japanese interpreters are finding it a “nightmarish” experience, according to the Japan Times.
“He is so overconfident and yet so logically unconvincing that my interpreter friends and I often joke that if we translated his words as they are, we would end up making ourselves sound stupid,” said Chikako Tsuruta, a professor at Tokyo University who covers Trump-related news as an interpreter for CNN, ABC and CBS.
“He rarely speaks logically, and he only emphasizes one side of things as if it were the absolute truth,” she added. “There are lots of moments when I suspected his assertions were factually dubious.”
The U.S. president’s speaking style, which has been described as a “ stream of consciousness,” presents challenges even for Miwako Hibi, a Japanese broadcast interpreter with more than 20 years’ experience. She remembers translating a speech and wondering who the Secretariat was, and mistranslating it as if Trump was referring to Reince Preibus. Hibi said: “It didn’t even occur to me that he was talking about a race horse...It’s really hard to follow his train of thought.”**


Los traductores son los primeros en hacer saltar las alarmas. Cuando se enfrentan a lo dicho por Trump, el abanico de lo que quiere decir es demasiado amplio como para tener la seguridad de que lo que han traducido es correcto. Pero ¿qué es lo correcto con Trump? Pese a que la traducción siempre tiene unos márgenes de oscilación, los traductores están acostumbrados a trabajar con ellos y resuelven sus dudas mediante sus dudas mediante la aplicación de los principios de cohesión y coherencia.
La cohesión textual viene dada por su gramaticalidad, por su ajuste a las normas que lo hacen comprensible al hablante de una lengua, y por el factor léxico, la adecuación de las palabras seleccionadas para el texto. El otro factor, la coherencia, tiene que ver con el sentido. Se supone que el hablante ha dado al texto un sentido, en cuya obtención los elementos del texto trabajan. Esto implica que primero está claro en la cabeza de la persona y después se usan los recursos señalados, gramaticalidad y léxico, para expresarlos. Si el texto no sigue las reglas de la gramática y no somos capaces de entender su sentido porque es "incoherente" ("He rarely speaks logically"), el texto apenas puede ser comprendido.


¿Qué hacer entonces en una traducción si es este el caso? Si no hay más remedio, los traductores tendrán que exponerse e imponer al texto algo que no está en el original. Se enfrenta al terrible momento de tratar de construir un Trump "gramatical y coherente", algo que muchos no encuentran en el original. Empiezan a tener problemas serios con esta cuestión:

But some interpreters, like Tsuruta, are concerned that translating the U.S. president too accurately might reflect badly on them. Alina Cincan, a Romanian interpreter and translator, tells Newsweek: “He’s not known for his eloquence nor his diplomacy. Either you translate exactly what he says which means it’ll be repetitive and sometimes gibberish—you’ll be saying ‘tremendous’, ‘very’ or ‘great’ a lot, or you try to make some sense out of it and ‘beautify’ it. If you choose the former, some may judge your interpreting abilities as poor, whereas if you choose the latter, you’ll make him sound better.”
“If Trump is not making sense, you don’t get to make sense, either,” said Kumiko Torikai, a retired Japanese translator. “If his language is coarse, that’s the way you translate him.”**

El problema se agrava porque el mal hablante, el hablante confuso, es el presidente de los Estados Unidos de América y tienen un montón de cosas que deben ser claramente entendidas por todos.
Dudo que este problema se haya planteado anteriormente con esta intensidad. No son tantos los idiomas, como la voluntad de claridad o la imposibilidad de la misma. No tengo datos sobre la educación de Donald Trump, pero es obvio que el esfuerzo por entenderle lo han tenido que hacer siempre los demás. Problemas de nacer rico.
En Newsweek, un lector —profesor universitario de italiano— ha dejado su opinión:

It's not simply a question of translation/interpretation difficulties. Trump's use of language is often pure gibberish to a native speaker like myself. His limited vocabulary, inappropriate use of words, and incoherently organized content make me cringe with embarrassment on a daily basis.**

Y así es. Difícilmente se puede clarificar lo que no se tiene claro. La complejidad del mundo —el "lío" en su terminología— no cabe en la pobreza de ideas y palabras de Donald Trump. Y esto lo pagaremos todos en confusión o peores monedas.
Por lo pronto ha logrado que los que le apoyaban porque no quería ir a Siria, ya no le apoyen; que los terroristas le den las gracias por bombardear al ejército sirio; que Rusia —¡su Rusia!—, con la que quería entenderse, no entienda lo que ha hecho... Es mejor darle un poco de espacio antes de seguirle.
El primer malentendido oficial parece que le ha tocado a Egipto.  Y sobre armas, ejércitos y ayudas.


* "Translation error in Trump speech confuses Egyptian media" Egypt Independent 5/04/2017 http://www.egyptindependent.com//news/translation-error-trump-speech-confuses-egyptian-media
** "THE WORLDWIDE STRUGGLE TO TRANSLATE TRUMP" Newsweek 17/02/2017 http://www.newsweek.com/worldwide-struggle-translate-trump-557894

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