lunes, 20 de marzo de 2017

Cuando los problemas reales son invisibles o es cosa de mujeres

Joaquín Mª Aguirre (UCM)
Hay muchas formas de agresión automáticas respecto a las mujeres. Muchas veces es la falta de atención sobre determinados aspectos lo que hace que un problema se agrave precisamente porque no es considerado como un problema. La cuestión es, pues, la sensibilidad ante una situación ante la que no hay respuesta.
Egyptian Streets se hace eco de un problema tabú en la sociedad egipcia, que no es otro que el de las compresas sanitarias. En una sociedad patriarcal esta cuestión no existe porque no se considera como un "problema" social sino como un asunto "de ellas".
El "asunto de ellas" se ha hecho visible con la crisis económica y la inflación galopante que padecen muchos productos, entre ellos, las compresas sanitarias, que no están incluidas en los productos básicos que pudieran ser subvencionados.
El problema lo aborda Toqa Ezzidin mostrando las diversas implicaciones sociales que conlleva y los efectos nocivos para la salud de las mujeres:

The economic turmoil in Egypt has landed its hand upon nearly all strategic and necessary products. The price hikes that have occurred in all products reached the menstrual pads, but amid shame to discuss it publicly, women have been suffering in silence.
The prices of menstrual pads have jumped at least EGP 8. While the regular size packet used to cost about EGP 10, it now costs EGP 18.
From a larger perspective, and according to the economic status of women in Egypt, it is not hard to conclude that investing money in a packet of pads is not as important as investing it in food for instance for a lot of Egyptian women.*

La depreciación de la libra ha causado un efecto de subida sobre todos los productos y en aquellos que son más necesarios, el mercado se ceba penalizándolos. Las compresas sanitarias son percibidas como un gasto "femenino" cuyo importe se detrae del conjunto. Desde esta percepción, la compra se convierte en sentimiento de culpa frente a los gastos que tiene sobre el conjunto de la economía familiar.


La autora del artículo indaga en este problema "real" del que no se puede escapar y que supone un riesgo también "real" para la salud de las mujeres. Dar el salto de una "cuestión de mujeres" a un asunto de "salud pública" es precisamente lo que se pierde en la percepción. Da igual que haga correr riesgos de salud a una parte importante de las mujeres del país; se sigue percibiendo como algo ajeno cuyo coste no debe repercutir en la totalidad.
El problema se agrava por la naturaleza del mismo, que lo excluye en la sociedad patriarcal del debate público. La autora recoge la percepción desde las defensoras de los derechos de las mujeres en Egipto:

Feminist Activist Alaa Al-Kassabany told Egyptian Streets that the price hikes included several strategic products. However, speaking of menstrual pads as something separate implies that it is not a strategic product, or labels it as a taboo.
“Not including pads as key products and avoiding discussions on its importance will have bad repercussions on Egyptian women. The smallest packet of pads has already exceeded EGP 10,” Al-Kassabany said.
She added that the prices of pads are already high for those who can afford them. But for those with low-income, they may have to spend all the day with only one pad which may cause diseases and infections.
Menstrual cycles should be viewed as something normal and a biological process that women have to live every day with, and attempts to marginalise it deepen the problem, Al-Kassabany said.
“Women in Egypt buy menstrual pads as if they are buying something shameful. They hide them in newspapers and black bags, this happens in large pharmacies. Let’s assume that women with low-income now have the chance to buy subsidised pads from certain governmental outlets, they will be belittled and made fun of, and won’t be able to ask for pads in public.”
Reem Bashir told Egyptian Streets that governments believe that women have control over their bodies. Menstrual cycles are not a matter of discussions and unprivileged women cannot publicly voice their struggles with buying pads.
Bashir believes that menstrual pads should be available at affordable prices for all women, and if possible, governments should intervene to subsidise them.*

Es una parte importante de los análisis sociales y políticos desde el género ver los efectos que las acciones patriarcales —las que se tienen en el marco social— tienen sobre las propias mujeres, ya sea por acción o por omisión. En general, muchos de ellos se centran en el aspecto del control reproductivo y de sus efectos sobre las mujeres. Pero la cuestión planteada comienza como una cuestión higiénica y acaba en muchos casos con efectos sobre la salud.


El tabú que está unido a toda la sexualidad y lo relacionado con ella incluye este tipo de aspectos que hacen a la mujer sentirse avergonzada. La descripción de la forma de compra ya es suficiente como percibir una parte del problema. La otra parte es la económica que se suma al problema general debido a la crisis que Egipto vive y que afecta de forma especial a las mujeres.
La crisis económica egipcia está teniendo una serie de efectos en todo el sistema social. La parte más débil es la que lo padece en mayor medida.

Another girl spoke to Egyptian Streets about her menstrual cycle misery amid the high prices of pads. The 20-year-old girl who works as a shop assistant in a modest shop also spoke on condition of anonymity told Egyptian Streets that she uses small pads with very bad quality.
“The smallest packet costs me nine Egyptian pounds, and I cannot pay more than that through my five day period because I need the money. Amid the price hikes in all the necessary products, pads are not really my priority,” the girl said.
“I know it is not healthy to rarely change the pad, and I got yeast infection last year and spent a rather long time taking medication. However, the situation is not getting better because I am not doing something different to change it,” she said.
“My mom is old and I have two sisters; I have to buy food, clothes and all the necessities, the period is a privilege when it comes to a life like this. I want the government to make pads available at affordable prices,” the girl concluded.*

Los dramas de las cosas aparentemente pequeñas porque no se habla de ellas no tienen que ser pequeños y afectan a millones de mujeres. La solución egipcia tradicional es el subsidio. Desde el punto de vista económico, lo que se invierta en prevención de enfermedades se ahorra en el tratamiento. Pero la cuestión del tratamiento de enfermedades femeninas tampoco está clara por motivos parecidos.


La bibliografía médica sobre las enfermedades que afectan a las mujeres en Egipto se ha ocupado de mostrar la pésima situación en que se han encontrado tradicionalmente. Los estudios son continuados y muestran un importante deterioro de la salud de las mujeres en un país donde ya las condiciones sanitarias son malas por el abandono y la falta de soluciones a las enfermedades que se han convertido en parte de la vida cotidiana, como la Hepatitis-C. En el caso de las mujeres es más grave.
En la obra "Planning the Family in Egypt: New Bodies, New Selves" se recogen los resultados de los estudios sobre el estado de salud de las mujeres desde los años noventa y a lo largo de la década. Estos son los datos de entonces:

The Population Council assembled a multidisciplinary team consisting of a physician specializing in obstetrics and gynecology, an anthropologist, and a social demographer among others, to conduct a study (1989-1990) on the sexual reproductive health of women in the Giza governatore south of Cairo.
The research focused on gynecological morbidities in the community under study. The age of women included in the study ranged under twenty-five to sixty. Most women were uneducated and poor socioeconomic background.
In a series of published that analyzed the project data (Younis et al. 1993); Zurayk et al. 1994; Zurayk et al. 1995), the authors show a high rate of prevalence of reproductive-tract diseases in the given population. They argue that most of these diseases go unnoticed because women do not complain about their problems an dure the diseases in silence (Zurayk et al. 1994: 4) All women in the study, a total of 500, were given a clinical gynecological examination performed by female physicians. It was found that over 50 percent of the women suffered from reproductive-tract infections. More than 50 percent were also diagnosed with prolapse of the genital tract. Other conditions such as cervical ectopy and premalignant cervical cell changes were present in almost a third of women. There also was incidence of high blood pressure, anemia, and urinary-tract in the community. The severity of the situation was underscored by the researches's finding that many women had multiple diseases (Zurayk et al. 1994: 5).**


Los datos, pese al tiempo, describen una situación complicada que el abandono de la época de Mubarak no mejoró. Pero me interesa resaltar sobre todo es la coincidencia del cuadro cultural de entonces y ahora: el tabú con lo relacionado con las mujeres. La mujer que siente miedo para entrar a comprar unas compresas higiénicas, como se nos relataba en el artículo, es también la que tenía miedo a vigilar el estado de su cuerpo. Como se recoge en el estudio, son esas enfermedades "silenciadas" las que son difíciles de tratar. El tabú sigue funcionando. Los datos antiguos coinciden con los nuevos en la falta de preocupación real por la salud de las mujeres.
El informe oficial "Egypt Health Issues Survey 2015" da unos datos igualmente preocupantes en lo que se refiere a la salud de las mujeres y la atención médica. En su capítulo 7, titulado "WOMEN’S REPRODUCTIVE HEALTH CONCERNS", el informe resalta:

• Few women age 15-59 have ever been screened for breast cancer; only 6 percent did a breast self-examination in the previous 12 months; only 2 percent had ever had any type of clinical screening.
• Only 7 percent of women age 15-59 have heard about a pap smear to detect cervical cancer, and very few (0.3 percent) have ever had a pap smear.
• Among ever-married women who have ever given birth. 4 in 10 have had at least one caesarian delivery, and just under one-quarter have had two or more caesarian births.
• The decision to have a caesarian delivery is most often made during pregnancy; only 1 in 6 women report that the decision to have their most recent caesarian delivery was made after they went into labor.
• Eight in 10 ever-married women knowing about caesarian deliveries believe that doctors prefer them.
• Less than half of ever-married women (44 percent) who know about caesarian deliveries are aware that it is possible for a woman who has had a caesarian delivery to deliver future babies vaginally.***


El panorama reciente es muy poco alentador y muestra una falta de interés en las cuestiones que afectan a las mujeres. La cuestión, por ejemplo, de las cesáreas cuyo número supera a los partos naturales, muestra que la creencia que las mujeres dicen tener sobre el interés de los médicos en practicarlas es cierta.
La crisis egipcia afecta mucho a las mujeres. Las afecta como víctimas de un sistema patriarcal que ya padecen pero que pasa a tener más consecuencias sobre su salud. Con unas cifras de 8 sobre 10 mujeres (como señala el mismo estudio) de mutilación genital, un acoso sexual gravísimo, etc. son víctimas de los precios y de la falta de sensibilidad hacia esta cuestión, Muchas de ellas habrán interiorizado el sentimiento de culpa que les hace percibir ese gasto como superfluo, como una traición a sus familia. Las malas condiciones de higiene se suman a las malas condiciones de salud, la falta de atención, etc. mostrando un cuadro penoso. Solo falta que algún padre de la patria salga en el Parlamento egipcio acusándolas de provocar necesidades económicas en las familias al pensar solo en ellas mismas. El titular del artículo va a la raíz del problema ("Menstrual Pads: A Necessity the Government Labels As “Luxurious”"): donde hay "necesidad", la falta de sensibilidad, la mentalidad patriarcal gobierno ve un "lujo". Parece que todo lo referido a las mujeres es lujoso.
Hay que agradecer a la periodista, Toqa Ezzidin, que entre el caos de la actualidad haya sido capaz de elegir esta cuestión que afecta a muchos millones de egipcias. A veces los problemas reales se camuflan echando sobre ellos una capa oscura de prejuicios. Este drama del aumento del precio de las compresas sanitarias tiene una dimensión social y cultural dentro del marco más amplio de lo que afecta a las mujeres egipcias.
Hace poco más de un año, Ahran Online daba cuenta de una campaña sobre el cáncer cervical y lo llamaba el "asesino silencioso de las mujeres". Lo que hay que preguntarse es sobre las causas del silencio y poner remedio. Hay muchas cuestiones en estos silencios y vergüenzas. Y hay que acabar con ellas.



* "Menstrual Pads: A Necessity the Government Labels As “Luxurious”" Egytian Streets 19/03/2017 https://egyptianstreets.com/2017/03/19/menstrual-pads-a-necessity-the-government-labels-as-luxurious/
** Kamran Asdar Ali "Planning the Family in Egypt: New Bodies, New Selves" University of Texas Press 2002.

*** Ministry of Health and Population [Egypt], El-Zanaty and Associates [Egypt], and ICF International. 2015. Egypt Health Issues Survey 2015. Cairo, Egypt and Rockville, Maryland, USA: Ministry of Health and Population and ICF International.



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