sábado, 15 de octubre de 2016

La farsa judicial o el martirio que no cesa

Joaquín Mª Aguirre (UCM)
De nuevo, Egipto comienza una nueva farsa judicial. Los crímenes se transforman en opciones más decentes, aceptables por el sistema y exculpando a los condenados, llegando incluso a darse la vuelta y disfrazarlas de honorabilidad.
Es sorprendente —y una vergüenza para Egipto— que los que mataron a los manifestantes, una vez llamados por todos "mártires", puedan seguir riéndose de los muertos y de la Historia. ¿Es posible que no solo no se haya podido probar quién dio las ordenes de disparar contra manifestantes o tampoco que los policías y militares que dispararon llevaran munición real ? Así se libran las autoridades que mandaron abrir fuego, incluido Mubarak; por lo segundo, los que dispararon contra los manifestantes.


Otra burda maniobra fue camuflar como "problema técnico" el lanzar una tanqueta contra los manifestantes y pasarles por encima. La falta de pericia en la conducción es motivo suficiente para justificar las muertes. En prevención no han dejado manifestarse en estos días en los que se conmemoraba la muerte de los manifestantes de Maspero.
Nada ha cambiado. Todos los que fueron llevados a juicio por crímenes en las calles o torturas en cárceles y comisarías son liberados poco tiempo después. Esa es la pauta que se repite.
Un nuevo caso sangrante, escandaloso vuelve a demostrar la cara del régimen egipcio. Se trata esta vez de la reapertura del juicio contra el asesino de Shaimaa al-Sabbagh, la activista que murió de un tiro policial desde pocos metros en el aniversario de la Revolución del 25 de enero —la única real, por más que se empeñe el régimen— cuando llevaba una corona de flores para honrar a los caídos por esas balas inexistentes disparadas sin que nadie lo ordenase. También del asesino de Shaimaa al-Sabbagh se dijo en el juicio que era "joven" o que se hubiera querido habría podido causar más muertes, razonamiento increíble.


Daily News Egypt nos informa de la reapertura ahora del juicio:

Cairo Criminal Court will begin Saturday the re-trial of a police officer previously sentenced to 15 years in prison after being charged with the murder of political activist Shaimaa Al-Sabbagh in January 2015.
Al-Sabbagh, a young member of the Socialist Popular Alliance Party (SPAP), died as a result of a birdshot in the neck. She left behind a young child. The party had organised a limited march from Talaat Harb Street to Tahrir Square to put flowers in commemoration of the martyrs of the 25 January Revolution.
However, the police opened fire on the group, leaving several injured and Al-Sabbagh bleeding to death as they arrested colleagues who were trying to rescue her.
At first, the Ministry of Interior had denied the use of excessive force, but, as the case unfolded, Central Security Forces (CSF) officer Yassin Salah was sentenced on 11 June 2015 to a strict 15-year prison term.
Security led an intense campaign to save its image with regards to Al-Sabbagh’s case. Besides arresting 17 members of the party and referring them to trial over protest charges, eyewitnesses who voluntarily testified were turned into suspects in the case.
On 24 January 2015, the day of the incident, journalists obtained footage of the events, including videos that were later used by prosecutors against Salah.
Additionally, another court’s acquittal of SPAP members from protest charges helped Al-Sabbagh’s case.*


Este caso es especialmente vergonzoso para el régimen por su alevosía y sus intentos de taparlo desde el principio. Es difícil encontrar un grado de hipocresía tan elevado en cualquier dictadura. La pretensión del gobierno egipcio de que se vive en una "democracia" para atraer inversores y turismo le ha granjeado el rechazo de países e instituciones hartos de que intente convencer a todo el planeta de que todos están equivocados, que todo es un malentendido, que los medios egipcios e internacionales no saben explicar lo que pasa allí. De hecho, solo el presidente El-Sisi, experto en "inteligencia militar" es el único que sabe explicarlo con claridad y por eso pide repetidamente a los egipcios que solo le escuchen a él.
Además de lo expresado por el periódico, el caso fue especialmente vergonzoso porque el informe inicial del forense llegó a responsabilizar a la víctima por estar "demasiado delgada", señalando que de estar más rellenita no se habría producido la muerte. Como se señala, los participantes la manifestación, que fueron a declarar como testigos, fueron detenidos acusados de asesinato, algo muy egipcio. La obsesión conspirativa, verdadera paranoia nacional, hace que se pueda vender la idea de que son sus compañeros quienes la han asesinado. Esta es una vieja herencia egipcia que se ha aplicado a las muertes y ataques cainitas constantes para resolver conflictos sin que se discuta su autenticidad. La costumbre de imponer una verdad basada en la fuerza coercitiva hace que se siga usando como doble maniobra: asesinas y detienes a sus compañeros en una misma tacada. Los compañeros de Shaimaa al-Sabbagh era los miembros del partido socialista y no se desaprovechó la posibilidad de encerrar unos cuantos más.


La aparición de los vídeos y fotografías mostrando quién disparó con total frialdad y a una distancia que hace imposible el error desbarató la maniobra exculpatoria de las autoridades egipcias, que optaron por el procedimiento habitual: condena para acallar las protestas y compromiso de liberación pasado un tiempo breve. Al asesino de Shaimaa al-Sabbagh le toca ya salir. Daily News Egypt explica finalmente:

In February, the defendant’s appeal against his sentence was accepted and he was granted a re-trial.
This has happened in several other cases related to police brutality and torturing to death, where convicted officers have seen their sentences revoked or reduced. Recently, two National Security officers formerly convicted of torturing lawyer Kareem Hamdy to death were granted a re-trial. They initially received five years in prison.*


La credibilidad del régimen es nula; su descrédito, absoluto. En los primeros tiempo de El-Sisi se mantuvo a la misma persona al frente del ministerio del Interior que había sido ya un represor conocido en época de Mubarak, luego pasó al gobierno de Morsi junto con El-Sisi en el de Defensa y, tras el golpe, dirigió la represión brutal contra los islamistas, con más de ochocientos muertos, y posteriormente contra todos los grupos laicos que disentían del camino tomado por el gobierno. Se levantaron entonces, a través de la prensa, múltiples voces de prestigio nacional advirtiendo al presidente egipcio que debía producirse un relevo en el ministerio del Interior para tratar de evitar las constantes sangrías que se producen en las manifestaciones. Tardó bastante en hacerse y muchos se han preguntado si el Ministerio realmente controla las bases policiales o si estas, acostumbradas a la brutalidad y la impunidad absoluta durante décadas, iban por libre con su propia política represiva.
El tiempo ha demostrado —como señala el periódico— que no es el ministerio del Interior solamente sino que se encuentra en una connivencia absoluta con el de Justicia, que uno asesina y el otro exculpa a través de estos juicios farsas. No es solo la Policía la que queda exonerada de sus violencias callejeras y torturas —hubo una huelga de médicos por negarse a falsificar partes ante la presión policial—, son también los políticos de la era de Mubarak, que realmente es la misma ya que solo se trataba de aparentar el cambio para que los militares siguieran gobernando el país y no quedaran sus grandes negocios fuera de su control.


El país sigue controlado por la combinación que cimentó el poder del régimen: policía, militares y jueces. Sobre estos tres pies se asienta el poder del gobierno egipcio, con el añadido de los medios de comunicación —estatales y privados— adeptos al régimen encargados de loar al gobierno y de difamar a sus denunciantes internos, a "Occidente" (que intenta dividir a Egipto y convertirlo en Siria o Libia, un Occidente que ha creado el Estado Islámico para difamar al Islam). Hay otro elemento importante, la religión, en donde se manifiesta de nuevo un discurso ambiguo en el que unos días se habla de "reformar" mientras otros que se encierra a los que piden reformas. Las autoridades religiosas, por ejemplo, declararon que iba contra el Islam manifestarse el 25 de enero o hacer huelga los funcionarios... Y todos tan tranquilos.
Los intentos del régimen por ganar credibilidad se quedan en nada dado lo burdo de su política y lo evidente de sus acciones. En refrendo de lo dicho, encontramos de nuevo en Daily News Egypt otra nueva condena del régimen:

The International Commission of Jurists (ICJ) urged Egyptian authorities to not interfere in Egyptian judiciary affairs, and to work on making the judiciary independent and a base for protecting human rights and the law, according a statement released on Wednesday.
The ICJ referred in its statement to methods used by the Egyptian judiciary to silence opposing groups who criticise the armed forces or the executive authority’s performance.
Saeed Benarabia, the director of ICJ in the Middle East and North Africa, said that the Egyptian authorities use the judiciary as a means to punish opposing groups.
The Egyptian judiciary’s violations included detaining people for long periods of time without clear accusations and approving solitary confinement, and applying laws that are against human rights, according to ICJ.
It also added that the Egyptian judiciary put difficulties in place for accepting legal appeals, and also disrespects the essential rights for a fair ruling.**


Esta nueva condena al régimen a través de su uso represivo de la judicatura echa por tierra el hipócrita argumento esgrimido de continuo sobre la independencia judicial. La hipocresía es tal que cuando el gobierno egipcio es acusado, se escuda en la independencia de los jueces. Esta, como sabemos, no existe más que en aquellos honrosos casos en los que alguno de ellos haya querido serlo.

El cese como ministro de Justicia de El-Zind, que era el presidente del Club de Jueces, fue un duro golpe para el control judicial. Era el presidente del Club de jueces, usando mano de hierro contra todos aquellos que discrepaban o se escapaban a su control. Siempre en candelero por su autoritarismo (se quejaban de su forma militar de tratar a los jueces) y en disputas por negocios poco claros, su salida inesperada creó desconcierto en los círculos judiciales.
El-Zind salió de su puesto por bocazas, porque su seguridad hizo que se le escapara la blasfemia de decir que encerraría hasta a Mahoma si no cumplía la ley. Los piadosos que no se escandalizan por la liberación de asesinos arremetieron contra él. A nadie le molestó demasiado que El-Zind hubiera dicho que solo los hijos de los jueces debían ser jueces —lo tratamos en su momento—; había sustituido al ministro que dijo que el hijo de un basurero no debía llegar a juez. Recuerdo esto para que se vea de qué "judicatura" estamos hablando, una verdadera casta, creada para las necesidades del régimen, para su mantenimiento y para eliminarle los opositores y demás estorbos políticos haciendo juicios masivos con cientos de condenas a muerte, retrasando indefinidamente los juicios de los detenidos para que cumplan las condenas antes de ser condenados y perdiendo las pruebas cuando estas pueden perturbar su sólido criterio.


Egipto sigue con la misma casta corrupta que controla negocios, juzgados, medios, etc. Nada ha cambiado y los que han tratado de decirlo, como Shaimaa al-Sabbagh, mueren en las calles y se insulta su memoria —un nuevo crimen— liberando a su asesino.
La condena de la Justicia egipcia por parte de la Comisión Internacional de Juristas es un duro golpe pero refleja una realidad que se hace cada vez más evidente ante los fracasos sonoros del régimen.
Cuando aumente el descontento y las protestas por las inminentes medidas que deben ser tomadas, el estado se pondrá en marcha intensificando la represión, aumentando la fuerza y las condenas contra los que protesten —como se ha hecho contra los manifestantes de la decisión de entregar las islas a Arabia Saudí— y exculpando a los represores.

2011 - Maspero

El ciclo es perfecto: represión-exculpación. La forma de mantener la moral alta en la represión es saber que la justicia estará a tu favor cuando seas detenido para evitar escándalos mayores. La hipocresía es la que pretende hacer creer que así el sistema judicial funciona.
Nadie cree ya las versiones egipcias. Eso afecta al secuestro, tortura y asesinato del estudiante italiano Giulio Regeni, a la caída de un avión ruso de pasajeros, el asesinato de Shaimaa al-Sabbagh, etc. Por más que el ministro de Asuntos Exteriores diga que el gobierno es respetuoso con la independencia de los jueces, la mayoría de los jueces están ahí porque no son independientes, se han forjado como casta familiar y política durante décadas. Cuando El-Zind dijo que solo los hijos de jueces deberían ser jueces, los que protestaron fueron los que preparaban oposiciones para entrar en la carrera judicial, principales afectados. Muchos otros lo vieron normal.
En los próximos días se volverá a escenificar otra farsa judicial, otro insulto a los muertos, a las personas que han salvado la dignidad negándose a aceptar el conformismo y aspirando a un país más libre, más honesto y más justo. Shaimaa al-Sabbagh iba a recordar a los muertos, a dejar una corona de flores, que eran todas sus armas. Quien la mató lo hizo a pocos metros en un acto cobarde que será exaltado por alguien como un acto de defensa de la patria frente a conspiraciones internacionales. Pero, una vez más, Egipto conspira contra sí mismo.
A la muerte de los mártires les sigue un largo recorrido de dolor y vergüenza, un nuevo martirio. Familias y amigos deben asistir el bochornoso espectáculo de estas farsas con las que el régimen egipcio trata de reescribir la Historia. Lo está haciendo, pero no en el sentido que cree.



* "Re-trial session on Saturday for police officer in Shaimaa Al-Sabbagh case" Daily News Egypt 13/10/2016 http://www.dailynewsegypt.com/2016/10/13/re-trial-session-saturday-police-officer-shaimaa-al-sabbagh-case/

** "ICJ calls on Egyptian authorities to not interfere in judiciary affairs" Daily News Egypt 14/10/2016 http://www.dailynewsegypt.com/2016/10/14/icj-calls-egyptian-authorities-not-interfere-judiciary-affairs/


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