jueves, 1 de septiembre de 2016

Egipto y la luz o historia de tres mujeres y un mismo problema

Joaquín Mª Aguirre (UCM)
Hace un par de días la prensa egipcia daba una noticia que podría parecer absurda: "Wife files for divorce after being beaten over electricity bills"*. Desde nuestra perspectiva exterior nos habríamos centrado en la cuestión de la violencia de género —que evidentemente existe— pero que hay que reinterpretarla porque desgraciadamente no estaba ahí el foco de la cuestión sino en la factura de la luz. La mujer tenía calculados todos los gastos mensuales, pero la factura eléctrica había desbordado sus previsiones, según explicaba a Egypt Independent:

"I get LE 2,000 from my husband, from which I deduct all the fixed costs for housekeeping, including rent, utility bills, doorman and garbage collector fees. I use the rest for daily needs," said the woman.
The woman said she allocates between LE50 to LE70 for the electricity bill per month, but was caught by surprise last month by an unusually high bill of LE130. Having no money left at home, she borrowed LE50 from her neighbors to pay the bill upfront and avoid the bills piling up, intending to pay them back when her husband arrived home.
"When my husband came home from work, I told him what had happened. He flew into a rage and accused me of negligence, failure to run the household properly, and of being irresponsible. He would not listen to any justification for why I had borrowed the money," she recounted.
The woman described how her husband started beating her, and continued to do so until she managed to open the apartment door and scream for help from the neighbors.*


El hombre se siente "humillado" porque su esposa haya pedido dinero prestado, con lo que su ego se resiente ante lo que los demás puedan pensar de él al pedir su esposa dinero. La esposa, como se señala en el artículo,  además de los golpes, recibe las acusaciones de "negligencia", "mala gestión" y, finalmente, ser una "irresponsable". La mujer, se nos dice, rechaza cualquier reconciliación judicial con su violento marido, después de siete años de matrimonio, por haberla golpeado públicamente.
Muchos egipcios están empezando a vivir con estas sorpresas del recibo de la luz y de muchas otras facturas. Como suele ocurrir, la crisis se comienza a sentir en los gastos de la casa cuando empiezas a comprobar que se disparan los precios y que el sueldo sigue igual o se encoge.

El diez de agosto, la publicación Mada Masr avisaba con su titular "Brace yourselves for higher electricity prices"**. No es la primera vez que los egipcios reciben avisos para no sufrir infartos ante los recibos de las energías —gasóleo, gas, electricidad...—. Basta con retroceder tres años para comprender el alcance de lo que hoy se vive como drama en muchos hogares. 
En 2013, Ahram Online titulaba "Egyptian households see energy prices increase". Podemos comparar los precios de la energía hace tres años y los que han llevado al divorcio a nuestra desesperada ama de casa egipcia. Decía entonces Ahram Online:

In the past few months, households across Egypt were surprised to see their electricity and gas bills rise without prior notice.
Fatma, a resident of Al-Abbasiya in central Cairo says her electricity bill has jumped from LE21 to LE32 in one month, while her gas bill climbed to LE30 compared to an average of LE10.
"My consumption level has not changed. I live alone, with my daughter occasionally spending the night with me every now and then," she says.
The February hike in electricity prices is the second of its kind in recent months, after a similar decision was taken in November.
Electricity prices in Egypt are subsidised according to an increasing scale so that the higher the consumption, the lower the subsidy.***


Hemos querido mostrar el drama egipcio a través de algo tan cotidiano como es el choque de estas dos mujeres para pagar algo tan indispensable como es el recibo de la luz. En 2013 se consideraba desproporcionado el paso de una factura  eléctrica de 21 a 32 libras (poco más de 3 euros). Hoy las 50-70 libras que tenía reservadas para el pago de la factura se mostraron muy insuficientes ante las 130 libras que les presentaban.
Y esto solo la electricidad. Uno tras otro —ya han advertido del coste real del Metro—los precios se convierten en ejercicios pirotécnicos en los que salen disparados para acabar estallando ante los ojos atónitos de los consumidores egipcios que descubren el valor de la palabra subsidio.

La electricidad, como el pan, son dos elementos de primera necesidad y con un gran valor social y político. Los cortes eléctricos han tenido todo tipo de explicaciones —atentados islamistas pata generar descontento, cortes interesados para que la gente tuviera miedo de salir a la calle, etc.— menos el más obvio: el abandono de la red eléctrica y su obsolescencia. Más que la energía eléctrica, sus cortes se convirtieron en un asunto político que servía de test a los gobiernos, un desafío constante al que nadie ponía solución. Recuerdo conversaciones vía internet con Egipto convertidas en sesiones interminables por los cortes de luz que las personas padecían en sus hogares o lugares desde donde se comunicaban.
En su aviso  de comienzos de agosto, Mada Masr daba unas cifras de incremento del recibo de un tercio, según las nuevas tarifas oficiales. Sin embargo, lo que la maltratada gestora recibió en su factura fue un incremento del 100%, es decir, la factura se le ha duplicado o más. Donde ella esperaba entre 50 y 70 libras, se ha encontrado con 130. Parte de la explicación:

In an attempt to reduce electricity cuts, the current government has made building new power plants a major priority. Over the last three years, Ismail [ingeniero y activista] estimates that Egypt’s power generation capacity has increased by 15 percent. A huge generation complex being constructed by Siemens will add even more.
These new power stations—and the imported gas—help keep the lights on in Egypt, but they have also put a strain on the budget. Egypt is hoping that future projects will be driven by the private sector, Ismail says. “They are thinking about privatization, to give the private sector the room to operate,” he says. “This needs a price high enough to be attractive.”**


El presidente les dijo que arreglaría lo de los cortes; no dijo en cambio cómo los egipcios se iban a tener que enfrentar al incremento de los precios que esto supondría. Con un estado con las arcas vacías, lleno de deudas y uno de los países más subsidiados, los precios egipcios empiezan —como dirían los economistas— a reflejar la realidad del mercado (y sus perversiones). La fantasía de un estado faraónico, capaz de soportar su propia ineficacia y corrupción pagando de sus arcas las deficiencias para evitar que el 50% de su población se lance a las calles a exigir una "justicia" que solo ha vivido de los parches del subsidio, está cerca de terminarse. Como fantasía ha durado lo que el poder ha podido usarla; ahora ya no hay fondos para esa fantasía, solo fotos del presidente reuniéndose con los ministros para asegurarse que los pobres no lo pasarán mal. Pero ya es inútil, ¡demasiados pobres y muy pocos recursos!


En enero de este año, la publicación "Egypt Oil & Gas Web Portal" realizaba un retrato del sector eléctrico con el título "Electricity in Egypt: The Whole Picture"****. Se señalaba:

Energy officials cited by Reuters said that a lack of reforms and the wasteful fuel subsidy system were keeping private investors, who could finance modernization and boost gas output, away.
No one wants to increase electrical generation capacity if the energy is ultimately sold for less than it costs to produce, and the artificially low prices give little incentives for Egyptians to curb their electricity consumption.
The price of electricity in Egypt ranks amongst the lowest in the world. The pricing structure varies according to the type of consumption (i.e. residential, commercial, industrial) and the amount consumed. The only minor incentive is that tariffs charged are based on a brackets system, as consumption increases, so do the tariffs. The lowest tariff of 5 piasters per KWh for residential consumption accounting for up to 50 KWh/month, has not changed since 1993. The government has been trying to cut costs for subsidies since 2007. First in July 2014, the electricity prices increased as a part of a five-year plan, which aims at generating profits from electricity, Al Arabia reported.
Egyptians pay the equivalent of between $0.1 to $0.7per KWh electricity in their homes. By contrast, U.S. households pay between $0.8 and $0.37, according to the U.S. Energy Information Administration data.****


Los precios, como hemos podido, ver han ido incrementándose de infarto en infarto para los consumidores. La forma en que un estado autoritario sobrevive es cargando las facturas ciudadanas a los fondos del estado, que es quien acaba pagando, haciendo como que paga o dejando que se pudra el sector. Si esto lo ponemos en perspectiva de la pérdida de dinero por la corrupción reinante o la injusticia tributaria tenemos un cuadro bastante complejo de la situación que tiene que afrontar Egipto. Los que han estado dando dinero para mantener Egipto en calma ya han dicho que no pueden seguir financiando a un Estado que no hace reformas, que sigue anclado en sus vicios.

Una conocida periodista egipcia realizaba ayer una pequeña reflexión sobre los impuestos. No estoy en contra de ellos, decía, pero pido que se me devuelva algo en forma de servicio, de hospitales, carreteras, etc. Lo que el ciudadano que paga impuestos recibe del estado no es mucho ni de muy buena calidad en ninguna de sus facetas, de la sanidad a la educación.
Cuando a principios de año el presidente aumentó su sueldo de 63.000 a 500.000 libras anuales, los medios se dedicaron a decir que era uno de los presidente peor pagados del mundo, en una campaña poco eficaz. El presidente afirmó que daría la mitad de su sueldo a campañas sociales, salud, etc. ¡Bonito gesto!
Egypt Independent nos trae un artículo de Mostafa Al-Nagar titulado "Save the middle class"*****. Nos cuenta como al término de la oración del viernes en la mezquita se encontró en la estación de autobuses situada enfrente a una mujer llorando. Se acercó a ella para preguntarle si pasaba algo malo y podía ayudarla. La primera reacción de la mujer fue irritada:

She was about to leave, but she recognized me and apologized politely, saying: "Sorry to be angry like this, but I’m going crazy. You are more of a younger brother. Tell me what to do.
"I’m a state servant and my salary is LE2,000. I also receive my deceased husband’s pension (God rest his soul) of LE1,500. Meanwhile, I’ve got four daughters, the eldest of which is in the fourth year at university, and the rest are in preparatory and secondary schools.
"I’ve got to pay for their tuition fees, feed them and buy them clothes, depending only on myself without asking anyone’s help, so as not to get into debt, which is the thing I can't stand.
"My daughters are well educated and help me to get by, and they are not demanding. We don’t go on holiday, nor shopping nor dining out, and we get by on our tight budget.
"But during the last few months I haven't known what to do. The prices are soaring — food, electricity, transportation and everything we buy.
"They [the government] installed a prepaid meter for electricity at my place, and I always recharge it with LE400 to stop the power cutting out, but it still does. We only have an air-conditioning unit, a refrigerator and a water heater. Should I spend all my income on electricity or my daughters’ food or their education?
"I went to buy their clothes and stuff for school before Eid al-Adha and the school crowds, and I found the prices were unbelievable and soaring — sometimes doubling — and my income is the same. So what am I going to do?
"I made the two eldest girls work during the summer vacation to help, but the little pay they get is spent on transportation.
"I’m from a decent family and my late husband was a decent employee. It’s impossible to resort to charities and ask for help."*****


El drama de la mujer humilde que veíamos al principio se va trasladando por la escala social y se adentra en la clase media menos pudiente, la de funcionarios sin sobresueldos de corrupción, como los casos del ministerio de Agricultura, Educación, etc. que han salpicado la vida egipcia estos meses. El aumento de los precios y la brutal reducción del ingreso por turismo y de las inversiones por la inseguridad política y la falta de transparencia, pese a las promesas del presidente en entrevistas dadas a los medios, están socavando la imagen del régimen y siembra dudas sobre su capacidad para sacar adelante al país.
Mustafa al-Nagar pide salvar a la clase media, algo difícil: con la excepción de los ricos, la sociedad egipcia en su totalidad está afrontando una crisis económica brutal que se va a traducir en conflictos pronto. Solo los ricos no necesitan demasiada protección (ya han tenido bastante) ni que les salven pues lo hacen ellos solos. Se comprende ahora cómo lo que ha hecho dimitir finalmente al ministro de Abastecimientos no ha sido tanto la corrupción del trigo sino los 600 dólares por noche que el estado le pagaba como residencia desde 2014 en que llegó al cargo. Se comprende mejor el reciente escándalo de la ostentosa, ancha y kilométrica alfombra roja para que los coches de las autoridades no mancharan de polvo sus ruedas durante una inauguración, caso del que dimos cuenta aquí. Recordarán también el caso del presentador de televisión que salió disfrazado de recibo de la luz como protesta contra los incrementos en el recibo. No sabemos de qué podrá disfrazarse ahora con los nuevos precios.


La inflación en Egipto está entre el 13 y 15%. El controlador de energía de prepago, como el que cuenta la mujer que lloraba desesperada, es insaciable. O pagas o ¡a oscuras! Es el gobierno, dice ella,  quien se lo ha instalado. Pronto el llanto se convertirá en ira, las voces solitarias en coros indignados.
Si todo sigue subiendo, como parece ser la tendencia, las explicaciones gubernamentales van a tener que ser muchas. Los egipcios, como otros anteriormente, van a recibir lecciones intensivas de Economía y de lo que ocurre cuando se gasta lo que no se tiene y cualquier subsidio acaba en fraude, como ha ocurrido con el pan. Pero a diferencia del miedo a endeudarse de las familias, el miedo a la pérdida del honor, el estado egipcio lo ha hecho de forma constante, sin medida y, lo que es peor, sin poner remedio.
Ahora la cuestión es más compleja, dramática y explosiva. Los egipcios tienen ahora luz, pero no pueden pagarla. 



* "Wife files for divorce after being beaten over electricity bills" Egypt Independent 30/08/2016 http://www.egyptindependent.com//news/wife-files-divorce-after-being-beaten-over-electricity-bills
** "Brace yourselves for higher electricity prices" Mada Masr10/08/2016 http://www.madamasr.com/sections/economy/brace-yourselves-higher-electricity-prices
*** "Egyptian households see energy prices increase" Ahram Online 31/03/2013 http://english.ahram.org.eg/NewsContent/3/12/67954/Business/Economy/Egyptian-households-see-energy-prices-increase.aspx
**** "Electricity in Egypt: The Whole Picture" Egypt Oil&Gas Web Portal enero 2016 http://www.egyptoil-gas.com/publications/electricity-in-egypt-the-whole-picture/

***** "Save the middle class" Egypt Independent 30/08/2016 http://www.egyptindependent.com//opinion/save-middle-class




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