viernes, 2 de septiembre de 2016

De la cuna a la tumba, los subsidios y el regreso de Zero Girl

Joaquín Mª Aguirre (UCM)
Ayer hablábamos del encarecimiento de la electricidad en Egipto y del drama de las familias que se encontraban con recibos disparados, con incrementos imposible de asumir para una economía precaria que ha ido tapando los problemas a base de subsidios y de cargar sobre la deuda del país todo aquello que podría suponer un problema social.
Todo acaba siendo un problema social cuando no se arregla nada y, para mayor desastre, se convierte en un modo de enriquecimiento ilícito para muchos, para una clase depredadora sin escrúpulos que ha hecho precisamente de la existencia de subsidios su particular coto de caza, como se ha podido apreciar con el caso del trigo, la harina y el pan, fatal cadena de latrocinios que acaba pagando sin saberlo el propio pueblo egipcio, acostumbrado a recibir sin preguntar el coste real de las cosas, algo reservado para los que las encarecen artificialmente con especulaciones y fraudes.
De la cuna a la tumba, la vida de la mayoría de los egipcios está marcada por esta realidad fraudulenta, extendida e inagotable. Hoy la prensa egipcia —Daily News Egypt— y la internacional —The Washington Post— dan cuenta de un nuevo episodio en la serie desencadenada de conflictos, de nuevo vez otro elemento subsidiado: la leche para bebés.
Daily News Egypt da así la noticia sobre lo ocurrido ayer:

In response to dozens protesting against the shortage of subsidised infant milk, Health Minister Ahmed Emad said the gathered families did not know the new outlets for selling the milk.
Dozens of families protested on Thursday morning in front of the Egyptian Pharmaceutical Trading Company against the shortage of subsidised infant milk.
Emad said that according to a new decree, the milk will only be sold in outlets belonging to the Health Ministry, which amount to 1,005 outlets across Egypt, including 109 in Cairo.
According to an official statement from the ministry, the families were directed to the new outlets and 22 cases were given the milk after review.
Families decided to assemble at the company headquarters and block the main road, after going back and forth between the company and other retail outlets in search for the milk.
According to some families’ testimonies, the subsidised milk is much cheaper than the one found in pharmacies. One of the protestors, who came from Menoufiya in search for the milk, told Daily News Egypt that the price for a single packet is EGP 17, whereas in pharmacies it can go up to EGP 65, which he cannot afford. Many of the families had travelled from other cities to Cairo to get the milk.*


La información se acompaña de fotografía en las que se ve a la Policía frente a las madres que han ido con sus hijos en brazos a solicitar la leche y de un vídeo de poco más un minuto en el que pueden escucharse las protestas desesperadas de los padres que abandonan el trabajo para intentar conseguir los botes de leche. No pueden permitirse perder días u horas de trabajo intentando conseguir la leche.
Las diferencias entre el precio de la leche subsidiada —17 libras egipcias— y lo que les cuesta en las farmacias —65 libras—, que dicen no ganar nada, es una diferencia abismal que cae sobre las familias bote tras bote. La decisión del ministerio de venderla solo en los dispensarios estatales ha tenido como consecuencia este caos en su búsqueda.
Estos pequeños ciudadanos egipcios ya han tenido su bautismo de fuego en las protestas callejeras del brazo de sus madres desesperadas. Puede que sea el primero, pero no será el último. Tienen por delante una vida de protestas ante la falta de oportunidades y la falta de escrúpulos. Desgraciadamente, volverán en muchas ocasiones a la calle, a la protesta, y no les faltarán motivos ante la ineficacia de sus dirigentes.


Por su parte, The Washington Post da cuenta también de las manifestaciones y de cómo la Policía evitó la disolución de la manifestación de las mujeres con sus hijos, decisión inteligente porque si a la imagen de las mujeres desesperadas con los bebés en brazos se le añade unas de brutalidad policial, es fácil que los efectos del incidente se hubieran extendido por muchos lugares de Egipto. The Washington Post recoge algunas opiniones sobre el efecto de estos problemas con la leche infantil:

Mahmoud Fouad of the Egyptian Center to Protect the Right for Medicine said this is the first time that Egypt has cut baby formula subsidies.
“It’s also the first time that mothers rally in the streets to ask for food for their babies,” he said.**


El dramatismo de la expresión no es exagerado. Recordemos el artículo de ayer de Al-Nagar en el que se acercaba a la mujer llorando en la estación de autobuses o el caso de violencia doméstica por haber tenido que pedir prestado para pagar el recibo de la electricidad.
El mundo del subsidio se desmorona y faltan múltiples recortes. El problema es que en ese mundo vive la gran mayoría del pueblo egipcio, desastrosa y fraudulentamente administrado durante décadas. Como decíamos ayer, los nuevos precios de las cosas —pan, electricidad, arroz, leche...— están haciendo que los egipcios perciban el mundo de otra manera y que se den cuenta de que apenas pueden sobrevivir en él.
The Washington Post no se contenta con narrar la manifestación de demanda de leche infantil y ahonda en la explicación:

Formula prices have increased 40 percent and the Ministry of Health has announced that, starting this month, authorities will issue cards to mothers who meet certain criteria making them eligible for the subsidized formula — such as having twins, working for more than seven hours a day, or having medical records that show poor health.
The ministry is introducing about 1,000 government-run distribution centers for baby formula across the country. It’s not clear what exactly caused the formula shortages.
Health Minister Ahmed Radi said in a Cabinet statement on Thursday that the government measures will regulate distribution so the subsidized formula goes to those who need it the most.
The ministry said that the government provided 18 million packages of baby formula, worth 450 million Egyptian pounds, or about $51 million.**

Sin embargo, lo ocurrido con el trigo y las "tarjetas inteligentes" para el control de las raciones corre el riesgo de acabar de la misma manera: generando un mercado fraudulento en el que se acabe revendiendo la leche.


Este acontecimiento y estas medidas sobre todo se deben interpretar desde la experiencia de lo ocurrido con el escándalo del fraude del trigo y —es importante precisarlo— de la harina y del pan. El fraude se ha cometido en todos los niveles: del trigo imaginario almacenado en los silos a los panes estafados falseando las tarjetas por parte de los vendedores de pan. El hecho de que el Ministerio quiera venderlo en los locales autorizados por ellos implica querer controlar mejor lo que pueda ocurrir. Pero ¿es esto posible? Es decir: ¿es posible generar una cadena limpia hasta llegar al receptor final de la leche?
Sería lo deseable por el bien general, pero el bien particular de los que están acostumbrado a enriquecerse en estos procesos gracias a la corrupción de los funcionarios y de las empresas privadas con las que se conectan lo hacen difícil. Aunque pongas sistemas de control, esos mismos sistemas de control están controlados por personas corruptas, como ha ocurrido con la fabricación y uso de las tarjetas para la distribución del pan. ¿Pasará lo mismo con la leche?


El parlamento egipcio ha reaccionado llegando rápidamente con la "solución" eterna: el Ejército egipcio se hará cargo del proceso y fabricará leche si es necesario. Es como una ruleta en la que siempre saliera el número 33. La imaginación política egipcia se acaba en los límites militares. Como siempre, es la forma de confirmar que sin el Ejército Egipto no puede sobrevivir. Es como si el Ejército fuera una versión del 7º de caballería cinematográfico que acude al rescate del pueblo egipcio entre toques de corneta y galopes polvorientos. Por algo el presidente se pone el uniforme cuando inaugura algo. Egipto es un ejemplo de homeopatía política: combate su enfermedad con dosis de aquello que la produce.
El sitio de información de las actividades del Parlamento egipcio titula gloriosamente "Buenas noticias para las colas" y señala que "el Ejército va a salvar a los niños de Egipto"***. Mejor harían en investigar por qué hay que salvarlos. Pero va a hacer falta mucha "salvación" para lo que se avecina: crisis con el azúcar, el arroz, el algodón, la aplicación del IVA (que producirá nuevos encarecimientos), las matrículas escolares... En un polvorín social en el que los subsidios han actuado como cortafuegos, el hundimiento económico del sistema (carente de divisas, mantenida la libra artificialmente, 15% de inflación, déficit galopante...) y una corrupción que se traga lo destinado a paliarlo. Egipto padece la ceguera de pensar que los problemas se pueden tapar siempre. Ese tiempo se ha terminado.


Una buena noticia que permite algo de esperanza, en otros niveles, pero que no queremos dejar pasar. Egyptian Street recupera un caso del año pasado, el de la estudiante brillante Mariam Malak, llamada por los medios "Zero Girl" porque esa fue la nota que consiguió el año anterior en los exámenes para ingresar en la universidad.
Recordarán el caso: una brillantísima estudiante copta, con un expediente cercano al 10, se encontró con un cero en su examen. Cuando pidió revisarlo se encontró con que las muchas páginas que había escrito se habían transformado en una hoja con apenas unas líneas escritas. Alguien había cambiado su brillante examen por el de algún ignorante bien relacionado. Sus recursos se desestimaron y ella exigió hasta exámenes de peritos calígrafos que afirmaron sin pudor que la letra de aquellas pocas líneas era suya. (ver entrada El que hace la ley (casi siempre el mismo), hace la trampa 9/10/2015)
De nada le sirvió a Mariam Malak protestar y fue gracias a su decisión de denunciar el caso en las televisiones por lo que el caso adquirió notoriedad y apoyo social. Todos sabían a qué se estaba enfrentando. Sus lágrimas conmovieron a muchos, pero el corrupto sistema educativo, y los no menos administrativo y judicial fueron implacables y Mariam continuó siendo "Zero Girl" durante un año. Egyptian Streets nos trae la buena noticia de que ha repetido su examen este año y las cosas han vuelto a su cauce: ha obtenido un 94,02 sobre 100. Ella debe estar orgullosa; no han conseguido callarla ni ocultar su valía, años de sacrificio en un entorno difícil en todos los planos. Cuando Mariam Malak recibió su rotundo suspenso, saltó el escándalo de los favores educativos a los hijos de jueces, altos funcionario, etc. que pasaban las pruebas sin problemas, como denunció la prensa. A alguno de ellos fue el examen brillante de Mariam Malak.
Egyptian Streets señala para cerrar la información:

Malak’s plight became symbolic of Egyptian struggle against corruption, particularly when her continued efforts to navigate these bureaucratic hurdles and challenge the scores were unsuccessful.
Her story quickly gained traction across social media platforms, where users developed the hashtag “I believe Mariam Malak,” highlighting their disbelief of the medical reports and lack of support for the court rulings.
Her lawyer now says that her ability to secure a high overall score in this year’s examinations should remove any shadow of doubt that she was telling the truth before.***


Es en la gente como Mariam Malak en donde está el futuro de Egipto y cuanto antes se den cuenta mejor. Pero para que tenga un futuro real y no emigre, Egipto deberá limpiar y no meter debajo de la alfombra los males que todos los egipcios conocen. En Mariam Malak está el futuro; los obstáculos son la herencia de un pasado que, como las pirámides, siguen mostrando que el poder es eterno.
Los problemas de los egipcios comienzan ya con los biberones y luego se va ampliando el muestrario. En realidad comienzan antes. La imagen de esas madres con los biberones vacíos en una mano y el bebé en la otra no hace ningún bien a Egipto, ni dentro ni fuera. La solución no estará en nuevos subsidios sino en abordar la reforma de la corrupción que hace que todo lo que Egipto produce se lo acabe tragando ese monstruo que todo lo devora, que impide que se pueda invertir en crecer y no solo en tapara agujeros.


Yo creo en Mariam Malak. Con más como ella, quizá pueda cambiar algo. Su honestidad es pareja a su capacidad, dos valores que no son los que han hecho triunfar en una sociedad atrapada que prefiere las fanfarrias militares, el griterío mediático, la loa propagandística, al silencio del estudio, a la honestidad discreta. No sé hasta dónde llegará Mariam Malak, no sé hasta dónde sus virtudes la dejarán ascender en medio de la mediocridad fraudulenta. Copta, mujer, humilde, honesta y buena estudiante... tiene todo en contra. Sabemos que el inútil que se benefició de su examen, en cambio, llegará alto porque estaba protegido.
Egipto necesita muchas Mariam Malak y menos protegidos. Mientras no lo entienda y haga algo para remediarlo no habrá muchas soluciones, como se ha visto con el escándalo del trigo, los anteriores y los que indudablemente vendrán. 
Besar fotos no alimenta, aplaudir tampoco. De la cuna a la tumba. Mariam Malek y muchas otras como ella son la solución.



* "Subsidised infants milk to be sold only in ministry outlets: Health Minister" Daily News Egypt 01/09/2016 http://www.dailynewsegypt.com/2016/09/01/subsidised-infants-milk-sold-ministry-outlets-health-minister/
** "Egyptian moms protest shortages of subsidized baby formula" The Washington Post 1/09/2016 https://www.washingtonpost.com/world/middle_east/egyptian-moms-protest-shortages-of-subsidized-baby-formula/2016/09/01/f16b288e-704d-11e6-993f-73c693a89820_story.html

* "Egypt’s ‘Zero Schoolgirl’ Mariam Malak Retakes Thanaweyya Amma, Scores 94.02%" Egyptian Streets 30/08/2016 http://egyptianstreets.com/2016/08/30/egypts-zero-schoolgirl-mariam-malak-retakes-thanaweyya-amma-scores-94-02/




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