martes, 26 de julio de 2016

Una sola mano, una sola voz o la guerra del sermón unificado

Joaquín Mª Aguirre (UCM)
En muchas ocasiones hemos tratado de explicar el papel que la Universidad de Al-Azhar juega en el diseño del régimen de El-Sisi. Lejos de recuperar o avanzar hacia un estado laico o liberal, el presidente egipcio pretende extender la visión cuartelaria al país. La idea no es en absoluto la de un equilibrio clásico de poderes sino la concentración totalitaria del poder a través de una burocratización mayor del estado, que funcionaría bajo el control visible de un presidente carismático y el invisible de una organización, el Ejército, cuyo control se extiende por todos aquellos campos en los que sea posible su presencia. Hay militares y ex militares entre los políticos cercanos a El-Sisi al frente de sus campañas de la misma forma que ocuparon mayoritariamente los puestos de gobernadores de las provincias o controlan una parte enorme de la economía egipcia a través de las empresas nacionales, al frente de las que se sitúan cuando abandonan el Ejército.
Pero hay una pieza esencial en el diseño político del país: la Universidad de Al-Azhar. Como hemos señalado, El-Sisi tiene la pretensión de convertirse en un nominal reformador religioso que transforme el islam con Egipto como centro. Evidentemente esto forma parte de su propia campaña más que de la realidad entre otras muchas cosas por el "islam" no se deja reformar por su propia estructura.


La realidad es, en cambio, que lo que ha avanzado en Egipto no es la moderación sino el conservadurismo tradicionalista de una sociedad de la que los Hermanos Musulmanes fueron expulsados como organización política, pero cuyo poder se debía en gran medida al respaldo social que su conservadurismo tenía y sigue teniendo. La dificultad de entender el "islam político" es precisamente que se trata de una forma paralela del "islam social" o sociológico, una cuestión de mentalidades que se resisten a lo nuevo por sistema y miran al pasado como forma mejor frente a lo que pueda llegar.
El abandono de todas las fuerzas políticas con la excepción de los salafistas —muy interesados astutamente en estar en el terreno de juego— ha dejado el régimen de El-Sisi huérfano de ideología y movido hacia un pragmatismo que usa de los dos pilares básicos del régimen: religión y nacionalismo. El-Sisi sabe que mientras mantenga unidas esas dos fuerzas y se muestre como su "defensor" no tendrá excesivos problemas.
El "nacionalismo" forma parte de la retórica militar y está conectada directamente con el estado, siempre respaldado por la institución y gobernada —con la excepción del año de  Morsi— siempre por militares. El-Sisi busca el consenso inicial de Nasser a través de la sisimanía y la fabricación propagandística de su carisma, pero sin embargo tiene una barrera en el terreno religioso.


Hemos analizado aquí muchas de las acciones realizadas en Egipto —detención de homosexuales, persecuciones de ateos, detenciones de escritores y secuestro de libros, cruzadas morales, etc.— como el mensaje conservador y religioso que El-Sisi mandaba a la sociedad tradicionalista egipcia —la gran mayoría— mostrándose como defensor de la fe y de un islam "moderado". La palabra "moderado", el "verdadero islam", etc. no significan más que una forma de establecer diferencias con los grupos terroristas, pero no significa demasiado en otros terrenos. Ayer mismo, Euronews entrevistaba a un ministro saudí que señalaba que el Reino formaba parte del "islam moderado". Si Arabia Saudí es "moderada", los demás pueden considerarse casi "revolucionarios". Por ello, estos mensajes y declaraciones no significan nada, lo que cuenta son los hechos. Los mensajes están destinados a promover una buena autoimagen en quienes las escuchan, que gustan de considerarse buenos y piadosos creyentes que hacen lo que se debe hacer.
Para esta parte religiosa, El-Sisi ha utilizado a la Universidad de Al-Azhar, como institución cabecera del islam suní en los aspectos normativos y de erudición, como intérpretes del mensaje coránico. El-Sisi ha incluido a algunos de sus profesores entre los sucesivos gabinetes que ha ido formando tras las crisis. Sin embargo esto no era suficiente.


Ha despertado polémica en Egipto la instrucción según la cual las prédicas de los viernes en todas las mezquitas del país deben ser las mismas y salir de las oficinas del Ministerio de Dotaciones Religiosas. De esta forma, El-Sisi busca neutralizar el uso de las mezquitas como forma subversiva contra su gobierno. No basta con el control de los medios. No hay medio más poderoso que los miles y miles de mezquitas un viernes.
Ya el gobierno había tratado de controlar la acreditación de los predicadores para librarse de los salafistas y miembros de la Hermandad, que siguen su propia política e interpretación de la realidad. De esta forma no solo controlaba los mensajes sino que convertía las mezquitas en un medio de comunicación estatal.
Mada Masr informa sobre este conflicto abierto entre la Universidad y el gobierno:

Anger over the decision to unify the Friday sermon throughout Egypt’s mosques has extended from ministry to imams to the leadership of Egypt’s prestigious Al-Azhar whose deputy last week said that the directive to imams to read ministry-issued sermons does not apply to Al-Azhar preachers.
“Al-Azhar was not officially notified about what is being reported on the written sermon,” Abbas Shouman wrote in a statement on his Facebook page last week. “It is not binding to Al-Azhar preachers, who are provided with a library enabling them to pass on their knowledge. This is apart from the fact there is a careful process through which the preachers were selected and the experience most of them have gained through preaching locally and internationally.”
Earlier this month, the Ministry of Endowments announced the formation of a committee to draft Friday sermons to be distributed to imams across the country, after it had previously moved to unify the topics of each sermon but left the articulation of their particular points to individual imams.
In its statement, the ministry said the decision aims to facilitate imams’ work and guarantee the optimum delivery of the salient points of assigned topics. The ministry justified its move with harsh criticism of imams’ delivery of Friday sermons.*


El conflicto reproduce una vez más la vieja polémica islámica entre "imanes y sultanes", entre el poder religioso y el político, en donde la teoría va por un lado y la práctica por otro y plantea unos conflictos permanentes. Por temporadas, Al-Azhar se ve penetrada por corrientes dominantes que pueden entrar en conflicto con la política del gobierno. El conflicto lo intentó resolver Nasser controlando la Universidad y poniéndola al servicio del Estado, pero pese a haberse librado de los clérigos cercanos a los Hermanos Musulmanes, la política de Al-Azhar va por otros derroteros a la de El-Sisi. Cuando este anunció la necesidad de una "reforma" en el islam, lo clérigos le contestaron que ya la harían ellos. Nada ha salido hasta el momento. Sí, en cambio, ciertas decisiones puramente políticas han recibido el apoyo religioso desde el Ministerio de Dotaciones Religiosas, que se ha manifestado apoyando desde sus peculiares interpretaciones coránicas la entrega de las islas de Tiran y Sanafir a Arabia Saudí y bendiciendo la prohibición de manifestarse en recuerdo de la revolución del 25 de enero.


Sabedores del papel que El-Sisi les ha asignado en el planteamiento global del Estado, se resisten a que se les escriban los sermones de los viernes, reclamando su autonomía y voz. Mada Masr recoge algunas reacciones:
A member of Al-Azhar’s Council of Senior Scholars told privately owned Al-Watan newspaper that the minister is attacking Al-Azhar scholars and lamented the ministry’s position.
“The ministry’s position saddens me,” Mahmoud Mehanna said. “Engaging in conflict with Al-Azhar will negatively affect the country. Egypt is worth nothing without Al-Azhar, it is what brought Islam to the six continents.”*

Es difícil llevar a un extremo de tensión mayor una cuestión que esta oposición entre el país (Egipto) y la institución religiosa (Al-Azhar). Mehanna es el portavoz de la Universidad y un miembro destacado de una institución que ha estado infiltrada durante décadas por los Hermanos Musulmanes, tanto entre el profesorado como entre los alumnos.
Desde allí se ha atacado precisamente a los reformistas, por lo que las posibilidades de reformas son bastante pobres y si, en cambio, la extensión del conservadurismo que caracteriza a la Hermandad. Es interesante recuperar las declaraciones —de hace poco más de un año— de Mahmoud Mehanna cuando se dio el caso del predicador reformista, Islam al-Beheiri encarcelado con las bendiciones de Al-Azhar por dudar de la veracidad de algunas custiones transmitidas por la tradición:

Al-Azhar leaders said Al-Beheiri was only one example of a number of television presenters and journalists who have been repeatedly waging attacks against the religious establishment, not with the aim of fighting extremism and terrorism, but to undermine Islam as a religion and to demand a rewriting of its basic teachings.
Sharp critics of Al-Azhar, such as television presenters Ibrahim Eissa and Youssef Al-Husseini, do not only criticise Al-Azhar for its archaic curricula and failure to renew Islamic thinking. They also charge that Al-Tayeb failed to remove hundreds of key Al-Azhar scholars who are known for their strong support of the Muslim Brotherhood, now outlawed and dubbed a terrorist organisation by the government since December 2013.
Al-Azhar spokesmen, such as Sheikh Mahmoud Mehanna, a member of its highest decision body, the Board of Grand Ulamas (scholars), have strongly denied that the establishment is dominated by the Brotherhood. “Our laws and traditions have established that Al-Azhar scholars should not be members of any group or political party,” Mehanna said. “Besides, our Prophet teaches us that we should obey those leading the nation, even if he was a black slave. We love Al-Sisi, we love the military establishment and respect the role of the military,” Mehanna added in an interview with the private television channel, TEN.
Al-Azhar has been a hotbed of the Brotherhood for decades, and the man known as the mufti of the nearly 90-year-old group, Sheikh Abdel-Rahhman Al-Barr, is a dean of one of Al-Azhar University’s faculties. Al-Barr is on the run for alleged involvement in acts of violence led by the Brotherhood after Morsi’s removal, and faces charges punishable by death, if convicted.**


Como puede apreciarse, el conflicto se seguirá planteando y El-Sisi intentará hacer lo que Al-Azhar no quiere o no puede. La resistencia a los sermones unificados es grande y será un campo de batalla importante en los próximos tiempos.
Las redes de mezquitas que dependen del ministerio constituyen una fuerte lanza de penetración pero no son las únicas. Los imanes de Al-Azhar amenazan con abandonar la red oficial de mezquitas y predicar fuera de ellas. Hay muchas otras difíciles de controlar y que llevaría a una situación compleja: la detención de imanes en mitad de sus prédicas de los viernes si no están leyendo lo que el ministerio ha escrito para ser leído. Durante el periodo de Morsi, el gobierno usó las mezquitas para sus soflamas islamistas contra todos los que se oponían, incluidos clérigos que estaban a favor de la revolución de 2011. Surgió entonces el movimiento llamado 'Preachers without Constraints', con el que trataban de evitar la politización llevada a cabo por los Hermanos en todos los ámbitos. Se formó el movimiento precisamente por la suspensión impuesta el jeque Mazhar Shahine por sus sermones. Es una pena que solo se recuerde a Morsi por haber sido elegido y no por lo que hizo después.


Puede que hoy se esté formando una nueva corriente que trate de evitar la instrumentalización que supone la prédica dictada desde el ministerio. El artículo publicado hace una semana en Al-Monitor por Ahmed Jidji, con el título "Egypt's new plan: 1 weekly sermon for over 80 million Muslims", señala la creación de un nuevo movimiento entre los predicadores:

Ibrahim Abd al-Fattah, a coordinator of the Free Imams Movement, described the unified written speech as a step in the direction of freezing religious discourse in its place and not allowing for renewal. He stressed that the text of the ministry’s sermon would create a barrier separating the preacher from the worshipper and would prevent the latter from receiving the message. “The variety of academic and intellectual levels among worshippers will make it impossible for a single text to succeed in convincing all of them, and will turn the sermon into something more like a news broadcast,” he said.
Abd al-Fattah stressed that while the ministry seeks to exert total control over the mosques, he expects it to fail in controlling ideas being directed at people’s minds. He ascribed that failure to the diverse array of preachers in Egypt, which is replete with those who subscribe to various ideologies, such as the Muslim Brotherhood, the Salafi Call, Ansar al-Sunnah and al-Tabligh wa al-Dawah. According to him, these groups, whose preaching has been severely restricted since 2013, will head off to small prayer spaces and gain new disciples because they will offer a brand of discourse more suited to the audience. This, in his view, will render them stronger and more persuasive among their congregants.
Nuh al-Isawi, the general director of Da’wa Research in the Ministry of Religious Endowments, said in a July 13 interview that after the decision to standardize the subject of the Friday sermon in January 2014, some preachers have not adhered to the weekly topics and have turned in their sermons in directions that reflect their partisan and political affiliations.
Although Isawi conceded that the written sermons were having a negative impact on preachers’ work, he nevertheless attributed the ministry’s desire to apply this standardization as soon as possible to Egyptian society’s need for what he described as control of religious discourse, support for mechanisms delivering a correct understanding of Islam and a repudiation of violence and extremism.***


No he podido encontrar más referencias al movimiento citado de los "Imanes Libres", cuya referencia al "Movimiento de los Oficiales Libres", que fueron los que realizaron la revolución de 1952 que acabó con la monarquía y el colonialismo, es obvia. Ya sea por un motivo u otro, es la única referencia. Habrá que esperar para ver si es un movimiento fantasma o el inicio de un movimiento de resistencia organizado a los sermones dictados desde el poder. Habrá que ver también en qué dirección se manejan los contestatarios, ya que puede haber varias líneas no necesariamente concurrentes.
Las soluciones que se buscan a los problemas son generadoras de nuevos y, probablemente, más intensos problemas. La lucha entre Al-Azhar y el gobierno lo que hace es desnaturalizar al gobierno, convirtiéndolo en una institución religiosa o, más precisamente, de control religioso.

El problema es que no se produce el cambio social que rechazaría por extremistas los discursos en esa dirección. Ese cambio solo se puede producir mediante la educación y la tolerancia religiosa. Lo que tenemos, en cambio, es justo lo contrario: el aumento del sectarismo y de la intransigencia religiosa y un estado que asume la dirección religiosa en vez de profundizar en las libertades de las personas. El resultado es el aumento del sectarismo en determinadas zonas —los ataques a los coptos en Minya—, casi siempre resultado de las influencias islamistas y salafistas sobre la gente.
El tema adquiere una gran importancia en clave interna y tiene unas consecuencias imprevisibles en el futuro ya que este movimiento será utilizado por los islamistas para el desprestigio tanto de lo que quede de Al-Azhar como del propio gobierno, que será presentado como contra la verdadera religión musulmana. Y esto es precisamente lo que El-Sisi quería evitar con su estrategia de control de la Universidad islámica.
Pese a que todos los días sale alguien diciendo que lo que ocurre no tiene nada que ver con el islam, la realidad obviamente es otra. Esto no es solo una cuestión de radicales y moderados, sino del poder y de las posibilidades de apertura hacia un mundo más tolerantes, aspecto que sin embargo no parece interesar a demasiados. Mientras algunos luchan por las libertades, otros muchos luchan por saber quién controla a quién.


  
* "Al-Azhar picks battle with the state over written sermons" Mada Masr 25/07/2016 http://www.madamasr.com/sections/politics/al-azhar-picks-battle-state-over-written-sermons
** "Al-Azhar vs TV shows" Ahram Weekly 9/04/2015 http://weekly.ahram.org.eg/News/10939/17/Al-Azhar-vs-TV-shows.aspx

*** "Egypt's new plan: 1 weekly sermon for over 80 million Muslims Al-Monitor 20/07/2016 http://www.al-monitor.com/pulse/originals/2016/07/egypt-unified-text-friday-sermon-criticism-mosques.html#ixzz4FVwOKEKs


2014

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