viernes, 26 de febrero de 2016

El príncipe perfecto en el reino virtuoso

Joaquín Mª Aguirre (UCM)
En las guerras por el control de la opinión pública hay movimientos con el estruendo del tsunami, los de la propaganda ruidosa, y otros más sutiles que intentan el método del goteo. El régimen egipcio ha probado el ruido de las trompetas de la sisimanía y el patriotismo, el de la guerra al terror, el de la difamación de los opositores o descolgados del tren oficial, etc.
Las burdas maniobras propagandísticas, como la retransmisión de la infame redada en los baños de El Cairo con el escándalo consiguiente, se han repetido hasta el momento con un aparato que ha funcionado a modo de agresivo perro guardián que enseña los dientes a todo el que es o puede llegar a ser un enemigo. La opinión pública se vio sacudida por escándalos continuos en los que el régimen lanzaba sus cruzadas de seguridad y morales.
Desde que este régimen se fue personalizando, es decir, desde que la figura de El-Sisi dejó de presentarse como la cabeza visible de un amplio movimiento social de rechazo a los Hermanos Musulmanes (los salafistas de Al-Nour fueron muy astutos) la sitaución ha cambiado. El-Sisi pasó a ser la cabeza autónoma sobre la que descansaba el futuro de Egipto, identificándose con su pueblo y el pueblo con él, la comunicación ha cambiado. Ahora era ya la cabeza del pueblo, no de los partidos o cualquier otra institución política.
La estruendosa sisimanía está dejando de ser eficaz. Se está cerrando esta fase. Las grandes proclamas y discursos ya no despiertan la rendida euforia que antes. Los problemas irresueltos son sordinas en el trompeteo de la propaganda. No se puede inaugurar un canal cada semana, sobre todo si se paga con el dinero de todos y no pasan más barcos de los esperados. No se pueden construir nuevas capitales sin solucionar los problemas de la economía con la dolarización de la libra, la inflación galopante y las crisis de seguridad (con los escándalos policiales) y del turismo. Los países a los que El-Sisi puede viajar sin que se monten escándalos a su llegada son cada vez menos. El prestigio se pierde dentro, por ineficacia, y el desprestigio aumenta fuera por el deterioro democrático.



La reacción comunicativa del régimen no se hace esperar. Por lo que podemos ver, esta estrategia se divide en dos líneas: a) tratar de centrar en el presidente la imagen de Egipto, es decir, reforzarla en esa línea en la que se ha trabajado desde el principio; y b) la colocación de peones informativos en diferentes partes del tablero mediático egipcio.
En la primera línea se ha centrado el propio presidente mediante un llamamiento a que solo se le escuche a él, algo realmente insólito en cualquier régimen que aspire al pluralismo democrático.
El día 24, Ahram Online publicaba una escueta noticia con el titular Sisi says he will keep building Egypt 'until end of either life or term'". Ya el titular es asombroso en la línea de lo señalado anteriormente. Se trata de reforzar el carácter titánico y mesiánico de la figura del presidente. La noticia era esta:

Egypt’s President Abdel-Fattah El-Sisi said on Wednesday that he will continue to build and develop the country until either the end of his life or his presidential term.
El-Sisi’s speech comes at a conference where Egypt’s prime minister and some of his cabinet are presenting the country's 2030 economic and development vision.
“[Egypt] is a great country, it can do anything,” the president added.
“[If] you truly love Egypt, I’m telling all Egyptians who are listening to me: Listen to my words only. Only mine,” the president stated  to an applauding audience, in an apparent reference to critics of government policies.
“I’m not lying, I’m not beating around the bush, and I have no other interest except that of my country,” El-Sisi said.*


Es poco probable que se haya escuchado afirmaciones de esta naturaleza en circunstancias de normalidad. La construcción del carácter heroico y patriarcal del presidente El-Sisi trata de recuperar de forma casi hipnótica el magnetismo que se ha ido perdiendo por el camino azaroso recorrido desde su llegada al poder.
El foro en el que hizo estas afirmaciones es —otro más— un intento de conjura de los miedos a través de la realización de eventos en los que hacer explotar la confianza en el presidente. Un foro llamado "2030" significa que se está trabajando. No cuesta nada organizarlo y hablar y hablar sobre un futuro mejor que el presente. En su visión de la opinión pública, las declaraciones son esenciales porque se trata de poner en escena la figura del presidente. Cuando esto se ha hecho, llega el discurso sorprendente: no hagan caso a nadie, no escuchen a nadie. Es un intento bastante patético de absorción de una verdad que ya no es la "oficial", que nadie cree, sino la "personal" del presidente, el hombre que aceptó el llamado de la Historia para hacerse cargo de la gran familia egipcia y llevarla a cumplir su destino glorioso.
En este sistema monopersonal (una especie de monoteísmo laico) se funden faraón y profeta en una sola figura, la presidencial. El régimen egipcio se concentra en la figura presidencial creando una "dependencia", de palabra y presencia, del presidente. Es él quien garantiza el camino. Hay que desoír los cantos de sirenas, los negros augurios, las estadísticas, los informes, la prensa nacional e internacional, las organizaciones de derechos humanos, los sindicatos médicos, los sindicatos de funcionarios, los sindicatos de periodistas... ¡todo! Y, en el silencio final, solo debe haber una voz.
Ya se han silenciado mediante las campañas de desprestigio: se han debilitado las voces de los partidos, reduciéndolos a "ruido" y también el parlamento, en el que gritan los cuatro o cinco diputados escandalosos por naturaleza, estrategia y profesión. El presidente del parlamento ha pedido a los periodistas que no boicoteen al Parlamento pese a los ataques realizados contra ellos por un par de diputados, dispuestos a que solo se oigan sus voces estridentes y reaccionarias.**


La segunda de las líneas para recuperar el control de la opinión consiste en ir colocando peones en medios adversos a través de artículos proclives a las ideas básicas del régimen. En esta categoría podría colocarse el artículo titulado "Moral deterioration in the land of Egypt", firmado por Moataz Bellah Abdel-Fattah, en cuya nota biográfica dada por el periódico se señala que es «an Egyptian professor of political science. He has been an adviser to the prime minister of Egypt, and Professor of political science at both the Cairo University and Central Michigan University.»**
Moataz Bellah Abdel-Fattah parte de la observación de Albert Schweitzer en su "Filosofía de la Civilización" de que la degeneración moral y social "hacen imposible el renacimiento y el desarrollo", idea evidentemente anterior y que el XVIII tuvo en Rousseau uno de sus mayores impulsores. Es interesante que el autor ligue las ideas de "desarrollo" con la de "renacimiento", redirigiendo así las mentes de sus lectores hacia aquella etapa de la que consideren que se producirá el "renacimiento". Se juega así con una deliberada ambigüedad.
Tras la cita de Schweitzer, que considera con valor de ley y sobre la que construirá su argumentación, señala:

When negative values ​​such as lying, slander, pretension, exaggeration, and absence of moral scruples or conscience dominate a community with them appear behaviours such as insults, humiliation, idleness, bribes, forgery, and many delinquent patterns.
This moral and social environment was prevalent in the late era of ancient Greeks, Romans, Ottomans, and Russian Tsars. Schweitzer even says it is close to becoming laws of physics; the more moral and social deterioration a community has, the further the fall in renaissance ethics of mutual trust, willingness to sacrifice, and work together. Thus the process of development and evolution becomes impossible.
This is the dilemma faced by many southern communities that gained independence after World War II, where moral deterioration was the master of the situation in most of these countries and their leaders sought three directions: first, there should be an authority that is credible and can be a role model in terms of sacrifice generosity and commitment; second, updating legislative structure and applying strictly on everyone; third, by using all means of awareness – education, media, and religious and cultural discourse –moving all national figures and leaders of public opinion to make a paradigm shift in the way of thinking, pattern of consumption, and lifestyle of the new generations.***


La construcción retórica del discurso no deja lugar a engaño. Es casi un ejercicio escolar de causalidades. Lo primero es la cuestión del "líder". Los pueblos se desvían, degeneran y necesitan de líderes "ejemplares", fuertes. Los líderes también están sujetos a vicisitudes y pueden arrastrar a sus pueblos lejos de sus destinos gloriosos.
El último párrafo citado representa esas "tres direcciones" del buen camino. La primera, por supuesto, es el líder (¿dónde pueden ir los pueblos sin ellos?) correcto: abnegado, comprometido... Se parece sospechosamente a la imagen que se pretende construir del presidente El-Sisi, un líder solitario al que el pueblo debe seguir escuchándolo solo a él, como pedía, alguien dispuesto a estar al servicio de la patria hasta el fin de los tiempos si es necesario.
La segunda línea es sospechosa porque plantea el problema de visionario, es decir, qué garantías tienes de que tu visión es la buena. Ahí entra el respaldo de la virtud y el refuerzo de las instituciones que te aclaman como el elegido, el enviado para hacer cumplir el destino de los pueblos. Lo que se dice pasa a ser perfecto porque se dice. No hay entonces crítica porque criticar es intentar retrasar el cumplimiento de la Historia. Si tienes la suerte de que el destino te envía un elegido, no tientes a tu suerte poniéndole pegas; déjate llevar. El mesianismo político es peligroso.


Es en el tercer apartado donde se da cumplida cuenta del programa integral que el pueblo debe aceptar para salir del cenagal moral en el que vive. Se ha desprendido de los falsos líderes, ha reconocido al enviado, ha aceptado su programa y ahora solo queda desarrollarlo con alegría, el futuro está cada vez más cerca. ¿Quizá en 2030? Quince años son suficientes como para que nadie te pida cuentas los diez primeros, que son de gracia.
Es en el cierre del artículo donde se concentra esta idea de consolidación del líder El-Sisi por encima de un parlamento donde los diputados dan mal ejemplo (¡gasto inútil!).

I know the list of power in the country has immense tasks as we have not heard a peep from many sectors in the country due to many years of moral and social deterioration. This is what the president was referring to when he said, “Whenever I put my hand in a field, I am faced with big problems”.
This is completely understandable owing to a common denominator among all sectors: the moral and social deterioration of those responsible for such sectors.
The solution will not only be in more investment, more tourism, and more reclaimed lands. The solution must be linked to the people, their character, and behaviour, which should be given more attention by the state.
I wish the president to appoint someone full-time as the “presidential assistant for values ​​and behaviour” who would carry the responsibility of coordination and follow-up with relevant people to benefit from the three aforementioned directions.***

La idea de un asistente personal del presidente para "valores y comportamiento" es la confirmación del "estado y el gobernante virtuosos" que tiene la tradición islámica del líder de su parte. Cuando se habla de la "democracia islámica" la tradición señala que la comunidad puede elegir o aclamar al que consideran el más virtuoso, entendiendo por tal a aquel que cumple y hace cumplir las normas coránicas. Un buen gobernante musulmán necesita de esos dos requisitos. Se puede equivocar en todos, pero debe seguir y hacer seguir lo que está dicho.


La petición de democracia para Egipto, tal como se exigía en la revolución de 2011, no tiene nada que ver con este planteamiento que está lleno de suposiciones y trucos desarrollados en el tiempo. El golpe de estado de 2013, en cambio, aspiraba a este tipo de planteamiento que busca la consolidación del gobierno del país en aquel que demuestra las virtudes (que se encarnan en la religión y el Ejército).
La revisión de lo que ocurre en estos últimos tiempos acaba forzando el regreso a esta interpretación en la que el pueblo debe seguir a sus enviados, tal como se ha presentado a El-Sisi. La figura del presidente trata de mantenerse incuestionada, aunque falle el gobierno, el parlamento o cualquier otra institución. Es más: cuanto más fallen las instituciones, más necesaria será la figura del presidente. Se comprende que esto lleva a una trampa: si todo va bien, es gracias al presidente; si todo va mal, hace falta reforzar al presidente.
He reservado dos párrafos del texto para comprobar este aspecto:

It is also apparent in the viour of some parliamentarians who prove that the deterioration reached the minds of the voters who made the wrong choice of electing them. The deterioration also appears in the behaviour of some of those in charge of law enforcement, to the behaviour of some teachers and its reflections on students.
It is apparent in the negative messages from adults to the young, the considerable increase in divorce rate, and with it comes the phenomenon of breadwinner mothers. Deterioration is very clear in the improper words and insults on social networks, which do more to separate people than to bring them together, and the behaviour of people on the streets and in public places.***

En el primero no solo se culpa a los parlamentarios por su comportamiento sino que se explica la elección de esos impresentables como parte de ese deterioro: el pueblo sano elige representantes acordes con el planteamiento del presidente, el único posible. El deterioro —sin explicar más— se percibe en los que explican ideas contra la línea oficial expuesta por el presidente. Esto vale tanto para los radicales islamistas como para los que critican el poder desde líneas liberales o laicas, pues se sanciona a ambos.


El deterioro moral, en fin, se palpa en redes sociales, calles y plazas donde la gente lleva la contraria al oficialismo. Hasta el incremento de los divorcios (que casi siempre solicitan las mujeres huyendo) es visto como deterioro moral; no lo es cambio el aumento de los matrimonios infantiles o las 50.000 libras de fianza a los maridos que tengan más de 40 años de diferencia con sus esposas (niñas vendidas por sus padres) para que el día en que las devuelva a la familia esta disfrute de un segundo capital. Eso no es deterioro moral. Tampoco lo es la tortura, las desapariciones, las condenas a muerte masiva tras juicios relámpago, etc.


Publicar un artículo así en la semana en que se ha condenado a Ahmed Naji a dos años de cárcel, cuando arrecian las condenas desde todas partes, nos imaginamos que —dado que no dice nada sobre ello— considerará que la obra de Naji es otro de esos venenos que hace que la gente no siga la senda adecuada y se dirija por los oscuros caminos de la desobediencia. Nada hay más incómodo para un gobernante que ha recibido el llamado de la Historia que tener un pueblo sordo.

Es indudable que Egipto necesita de regeneración moral. Pero eso es precisamente lo que no hace cuando se condena a los que luchan por los derechos humanos y las libertades y en cambio se suelta a los asesinos (de Shaimaa al-Sabbagh, por ejemplo), se miente y se niegan los hechos (el caso del avión ruso) o se libera a los corruptos del sistema anterior, que salen cada día a la calle. Esa es la verdadera degeneración, la verdadera inmoralidad.
La idea de que cuanto más aumente la presión sobre el régimen, tanto exterior como internamente por el descontento, se irá magnificando la figura del presidente, rodeándola de un aura de líder moral y respaldo religioso. La pregunta es ¿qué ocurrirá cuando se haya deteriorado la imagen del presidente y no sirva para aplacar las quejas, cuando se le responsabilice directamente? La respuesta no es muy complicada. Los regímenes que aspiran a la perfección acaban coreándola a través de discursos contradictorios con la realidad. Pregonan la virtud y encierran a los que no están de acuerdo o se quejan. Se convierten en regímenes altamente retóricos, como ya está empezando a ocurrir. Las palabras tienen  también sus límites.
Nos imaginamos también que cuando el autor del artículo pide que se nombre a alguien para esa tarea de vigilante de "valores y comportamiento", él estaría dispuesto a aceptar el sacrificio, la llamada del deber, de dedicarse a vigilar el comportamiento de la gente para asegurarse de que sepan valorar adecuadamente la suerte que tienen con el presidente, espejo de príncipes y reyes. El renacimiento está cerca.
  

* "Sisi says he will keep building Egypt 'until end of either life or term'" Ahram Online 24/02/2016 http://english.ahram.org.eg/NewsContent/1/64/188413/Egypt/Politics-/Sisi-says-he-will-continue-building-Egypt-until-en.aspx
** "House speaker urges press not to boycott Egypt parliament news" Ahram Online 23/02/2016 http://english.ahram.org.eg/NewsContent/1/64/188328/Egypt/Politics-/House-speaker-urges-press-not-to-boycott-Egypt-par.aspx

*** "Moral deterioration in the land of Egypt" Daily News Egypt 25/02/2016 http://www.dailynewsegypt.com/2016/02/25/moral-deterioration-in-the-land-of-egypt/


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