jueves, 24 de diciembre de 2015

Ojos que no ven o el pudor del autoritarismo

Joaquín Mª Aguirre (UCM)
Ahora que Egipto tiene ya nuevo y flamante parlamento, tiene por delante tiempo para demostrar que era el último escalón de una hoja de ruta que llevaría a la democracia. Aquí tendrán que esmerarse mucho porque los escalones anteriores están bastante deteriorados y el conjunto de la escalera es bastante inestable y peligroso, por seguir con la metáfora de la escalera.
Los debates sobre para qué debe servir una parlamento con una peculiar composición que deja reducido casi a la nada a los partidos políticos, pobremente representados, en el que hay fundamentadas acusaciones de que han entrado a golpe de talonario los grandes empresarios que controlaban la vida económica en la época de Mubarak, con el grupo apabulladoramente ganador organizado por el antiguo Jefe de la Inteligencia —¡bonito y aleccionador salto en sus vocaciones!— y con un llamado a apoyar al Estado no cesan. De hecho parece haber más debate fuera que dentro.
Lo que se propone, no se sabe muy bien por qué, es un parlamento que arrope al Presidente El-Sisi. "Arropar" es un verbo políticamente peligroso, porque parece que se fuera a resfriar alguien si no se hace. Pero eso es exactamente lo que se pretende. El sistema egipcio está tan distorsionado que para movilizar a la gente necesita crear enemigos, incluido el propio parlamento respecto a la presidencia. Parece absurdo, pero es que lo es. ¿Se ha visto alguna vez una campaña electoral en la que los que piden ser elegidos usen como argumento que el parlamento puede molestar al presidente y perjudicar al Estado? Pues en Egipto sí.


"Molestar", otro verbo de amplia tradición en los sistemas parlamentarios, supone pedirle cuentas sobre todas las medidas tomadas por decreto, que pueden ser ratificadas o no, durante el largo periodo en el que no ha habido parlamento. "Molestar" es proponer medidas que van en desacuerdo con lo que presidente diga. Como está muy fue este presidencialismo mesiánico y personalista que Egipto se ha dado para seguir viviendo en el culto caudillista a la personalidad, al presidente le llaman "El Estado", en la mejor tradición de Luis XIV y el absolutismo.
Dadas estas circunstancias anteriores, sorprende la breve noticia que Egypt Independent nos trae:

An NGO is suing the presidency, the secretary general of the House of Representatives and the Legal Affairs Ministry for the right to broadcast parliamentary sessions live.
The Association for the Freedom of Thought and Expression said its lawsuit comes after some press reports pointed that state TV, which owns exclusive broadcasting rights, intends to air recorded excerpts of the sessions rather than airing the sessions live.
The lawsuit also demands that a website be created where archived session minutes would be available and periodically updated to allow the public easy access.
It argued that the notion of airing recorded sessions is at odds with the constitutional stipulation on the publicity of parliamentary sessions. It added that this action would negatively impact the citizens' confidence in legislators.*


El argumento de que la retransmisión de las sesiones parlamentarias "podría causar un impacto negativo sobre la confianza de los ciudadanos en los legisladores" es uno de los mejores chistes políticos que Egipto ha producido en décadas, estando el listón muy alto. No es la primera vez que lo escucho, pero siempre en Egipto. Se ha argumentando lo mismo en ocasiones anteriores. Creo recordar que fue con las sesiones de la Constitución tras las primeras elecciones. Cada vez que alguien pide transparencia, el pudor de sociedad tan virtuosa hace retirar la mirada. Así son los políticos de honestos.
Con el mismo argumento, por ejemplo, se podrían evitar las campañas electorales o las elecciones mismas por temor a que causaran un "impacto negativo" sobre la gente. De hecho, dada la abstención producida, el 72% del electorado, algo así debe haber ocurrido: la gente prefirió no mirar.


En este contexto, el parlamento egipcio está en las antípodas del que los españoles nos hemos dado hace unos días como regalo de navidad. Si el egipcio es un canto monolítico y reservado, el español son varias bandas interpretando melodías diferentes a la búsqueda de un director de orquesta que trate de dirigir este caos cacofónico.
Me ha llamado la atención la noticia aparecida en Egyptian Streets y que une los dos escenarios: "Egyptian Woman Becomes Spain’s Youngest Member of Parliament". Nos cuentan:

Egyptian-Spanish politician Nagua Alba, 25, was voted into Spain’s parliament on Sunday, making her the country’s youngest parliamentarian and the first member of parliament of Arab descent.
Alba – born Nagua Goweli – managed to secure a seat by locking more than 97,000 votes in the general elections, which took place more than four years after the last general elections were held.
Alba, who was born in Spain to an Egyptian father and a Spanish mother, is a member of the recently formed political party Podemos, which is Spanish for “We Can.” She was voted as the representative of the Gipuzkoa province in Spain’s north.
According to independent Egyptian media El Watan, Alba’s father, Ahmed Goweli, said the political events unfolding in Egypt since the January 2011 revolution profoundly impacted his daughter and impressed upon her the importance of political activism.
Inspired by activists who took to the streets in the region during the Arab Spring, Alba also participated in protests against unemployment and austerity measures in Spain, her father said.
It was from these demonstrations that Podemos was formed and Alba was among the founding members. The party quickly expanded in size and managed to secure five seats in the European parliament, following the elections that took place in 2014.
Alba is currently tasked with managing the party’s online presence and its relations with other political parties, in addition to her new role as a parliamentarian.**


Dejando de lado que el titular hable de "mujer egipcia" para presentarla después como "egipcio-española" (ya se sabe que la madre no cuenta), no deja de ser una ironía de la vida que esta joven se inspire en la revolución egipcia, hoy denostada, y que acabe en el parlamento discutidor español, mientras que el lugar inspirador termine con un parlamento monocorde y al servicio del poder, de nuevo ocupado por un militar y en un régimen represivo, tal como era antes de la revolución.


La Primavera árabe sirvió de ejemplo a los movimientos "indignados", del "15-M" al cambio global y el "Occupy Wall Street". Por paradojas de la vida, lo que comenzó allí ha tenido efectos muy distintos, apenas salvándose Túnez del desastre. El caso más triste (todos los son) es el de Egipto porque las esperanzas eran muchas y no se llegó a los extremos bélicos de Libia o de Siria, por ejemplo. Había esperanza y sirvió de ejemplo. Pero entre militares e islamistas han frustrado las esperanzas de paz y democracia por mucho tiempo. Pueden echarle la culpa a quien quieran, pero no hay muchas excusas. Los revolucionarios han sido arrinconados por las fuerzas de siempre y por el extremo conservadurismo e hipocresía de la parte de la sociedad a la que le fue bien con las fórmulas autoritarias. Les han hecho creer que viven en un mundo nuevo mientras nada ha cambiado. Muchos se han dado cuenta y lo dicen con riesgo. Otros siguen viviendo sus fantasías adorando y adulando a los mismos que siempre les han reprimido.

Le deseamos a Nagua Alba, la joven parlamentaria, que siga disfrutando de sus ilusiones con una libertad de vida y expresión que quienes ahora se alegran en la tierra de su padre no tienen. Sería una gran satisfacción que ella trajera la voz de todos los que están frustrados o sufriendo por ello, ya sea por hablar, por llevar una camiseta contra la tortura o por atender heridos a los que había que dejar morir... Sería bueno que de vez en cuando hablara de aquello que despertó su vocación política y que hoy necesita, por contra, el apoyo de su voz y la de otros para que no se olvide lo que un día quisieron y los muchos que cayeron por conseguirlo. Seguro que en Egipto hay muchos jóvenes como Nagua Alba. Pero no les va tan bien.
Ella tiene ya un escaño de diputada para poder trabajar en lo que cree. Tendrá que discutir todos los días, llegar a acuerdos, negociar con personas que piensan de forma diferente. No le pasará nada si no está de acuerdo con otros. Y deberá hacer todo esto bajo la mirada atenta de sus conciudadanos, que observarán con todo detalle si cumple lo que prometió y si defiende bien las ideas que la llevaron hasta allí. Para ello, los medios de comunicación escrutarán su trabajo y sus palabras, será sometida a crítica y deberá dar cuenta de todo. Nadie pensará que por seguir en directo sus palabras y las de sus colegas de Parlamento, de cualquier ideología, se está causando una mala percepción política y dañando las instituciones del Estado.


Y si lo hace mal, bienvenida sea la transparencia informativa y el directo sin cortes, porque servirá para que no la voten en la próxima legislatura y se elija a otros que lo hagan mejor que ella. En Egipto, el parlamento está lleno de viejas glorias de la dictadura, como ya han contando los medios, de empresarios oscuros que nunca trabajaron por el bien de su país. No querían transparencia entonces y no la quieren ahora.
Al contrario del dicho —ojos que no ven, corazón que no siente—, en las democracias o en las que quieren aparentar serlo, hay que tener los ojos bien abiertos para saber a quién se vota y lo que hacen con nuestros votos. Solo las dictaduras rechazan el "luz y taquígrafos".



* "NGO sues for right to broadcast parliamentary sessions" Egypt Independent 20/12/2015 http://www.egyptindependent.com//news/ngo-sues-right-broadcast-parliamentary-sessions
** "Egyptian Woman Becomes Spain’s Youngest Member of Parliament" Egyptian Streets 22/12/2015 http://egyptianstreets.com/2015/12/22/egyptian-woman-becomes-spains-youngest-member-of-parliament/


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