lunes, 23 de noviembre de 2015

Las mujeres egipcias en la segunda fase de las elecciones

Joaquín Mª Aguirre (UCM)
Entre el comienzo de la primera fase de la elecciones egipcias y las que comenzaron ayer domingo y continúan hoy los dos temas recurrentes han sido la baja participación y el papel de las mujeres. Estas han dado la sorpresa obteniendo algunos escaños directos por encima de los que las cuotas les asignaban. Eso es un gran éxito porque no se había dado anteriormente. Si las mujeres confirman los 74 escaños (70 serían de la "cuota") que algunas estimaciones les dan, pueden convertirse en una sorpresa en dos tiempos: el primero por los resultados; el segundo por sus actuaciones. ¿Por qué es esto muy importante? Porque responde a una intención durante la campaña: las mujeres votan a las mujeres.
Ahram Online recoge esta misma mañana la siguiente información con el titular "Egypt among 10 worst countries in gender equality: Report":

Egypt ranks 136th out of 145 countries in gender equality in the world after Saudi Arabia, Kuwait and the United Arab Emirates (UAE), according to the Global Gender Gap report 2015.
The Global Gender Gap report, which marks its tenth year in 2015, was first introduced by the World Economic Forum in 2006 as a framework for capturing the magnitude of gender-based disparities and tracking their progress among the thresholds of political economic, education, and health.
This year highlights a worse decline in the status of women as Egypt ranked 129th out of 142 countries according to the Global Gender Gap index in 2014, and 125th out of 136 countries in 2013.
Egypt ranks the worst on the political empowerment of women (136). There has been no progress in regards to political empowerment since 2006. On the three remaining thresholds, Egypt ranks 125 on economic participation and opportunity, 115 on education attainment, and 97 on health and survival.
In the Middle East and North Africa region, Kuwait ranked 117th overall, followed by the UAE, Qatar, Bahrain and Tunisia. Yemen is the lowest-ranked country in the index, which at 145th, has remained at the bottom of the index since 2006 but has significantly improved relative to its own past scores.*


Egipto está en el origen del feminismo árabe, de allí salieron las pioneras, las que tuvieron que enfrentarse al machismo patriarcal más profundo imaginable. Todavía hoy lo siguen manteniendo. Por eso la lucha de las mujeres es un combate que está aflorando como parte de la vida política.
Ya durante la revolución se plantearon las profundas diferencias entre la juventud y los estamentos políticos y militares, algo que padecieron las mujeres especialmente. Se consideraba una osadía el hecho de que simplemente las mujeres estuvieran en las calles desafiando al poder viril del Ejército y demás instituciones. Egipto sigue viviendo bajo la mentalidad patriarcal, pero además de un patriarca viejo e irascible. Eso no solo afecta a las mujeres, a las que se considera como eternas dependientes, sino que se extiende al conjunto de la juventud. En Egipto mujeres y jóvenes deben obedecer a sus mayores.
Las declaraciones del Gran Imam de Al-Azhar llamando a la participación electoral muestra claramente esta idea de obediencia:

Grand Imam Ahmed Al-Tayyeb called on Egyptians to vote in the parliamentary elections, describing voting as a national duty that should not be neglected, in a statement to the privately-owned CBC TV channel on Sunday.
Moreover, Al-Tayyeb urged youths in particular to participate, along with boycotters, saying that boycotting the parliamentary elections is equal to “disobeying parents”.
However, the Al-Tayyeb’s comments appear to conflict with those of Grand Mufti Shawqy Allam, who said just before the first round of parliamentary elections that any “advisory opinion” that implies that boycotting elections is religiously prohibited is nothing but a void opinion.
Allam added that advisory opinions of this sort represent a merging of religion and political affiliations. Nevertheless, he called on Egyptians to participate in the elections.**


La polémica entre el Gran Imam y el Gran Muftí no es irrelevante y afecta a los jóvenes en su conjunto y a las mujeres en particular pues la "obediencia" a los padres implica la renuncia a un criterio propio. Se puede, como señala el gran Muftí, hacer una llamada a la participación; pero eso no implica que no hacerlo sea un acto de desobediencia a unos "padres", fórmula bajo la que el poder se enmascara para exigir la sumisión.
Desde que en 2005 comenzara en Egipto el movimiento organizado de protestas contra Hosni Mubarak "Kifaya" (¡Basta!), la violencia sistemática contra los manifestantes y en especial contra las mujeres se convirtió en una forma de discurso de acción. La violencia contra las mujeres desobedientes era también por falta de respeto a la autoridad patriarcal. Mujeres enfrentándose a la Policía era una especie de despropósito que atentaba contra el dogma de la obediencia y la sumisión. Era comprensible que un hombre protestara; pero no que lo hicieran las mujeres. ¿Cómo las dejaban sus propios padres, maridos, hermanos, hijos?



Esto continuó durante la revolución de 2011 en el que la presencia en las calles de las mujeres tuvo su propia forma de violencia a través del acoso, las violaciones masivas a las manifestantes y la mayor de las perversiones institucionales: los exámenes de virginidad realizados a las manifestantes por los médicos militares. El discurso frente a esto último era puramente patriarcal: era obligación del Ejército egipcio garantizar a los padres que las hijas que se manifestaban seguían siendo vírgenes. Se establecía así una forma infame de manipulación de las mujeres y de discurso patriarcal hipócrita. Las mujeres fueron valientes y lo denunciaron. Sabían que se trataba de anularlas como sujetos políticos, señalar que ellas no tenían voz ni voluntad, solo el eco de sus hombres.

El ascenso de la violencia sexual contra las mujeres en Egipto ha llegado a esas cifras escandalosas de acoso que salen a la luz en cada informe y que se recogen en el descenso del país, como muestra el diario estatal Ahram Online, en las listas. Año tras año, Egipto sigue cayendo puestos en la lista de la infamia de género. Está en el noveno puesto desde la cola, por detrás de países que solemos pensar que mantienen unos niveles inferiores. Pero los datos son los datos. No hay conspiración; ni la visita al hospital por del presidente para visitar a la mujer atacada ha servido de nada. Ni flores ni sonrisas arreglan esto.
La presencia de las mujeres en el nuevo parlamento puede ser un revulsivo si logran que su voz se perciba alta y clara. Hasta el momento algunas lo han hecho, dando a entender que hay cosas con las que no están de acuerdo. Irán a un parlamento en donde se encontrarán con un amplio abanico de hombres poco dispuestos muchos de ellos a discutir con mujeres. Los más claros en esto, desde luego, los salafistas que ya se negaron a ser recibidos por funcionarias que no se mostraran veladas tal como a ellos les gusta. Pues me temo que se tendrán que quedar con las ganas si las funcionarias mantienen sus derechos.


Pero no será este el único obstáculo que encontrarán. El primero será la condescendencia paternalista que las considerará como "hijas" y no como "mujeres". Después sufrirán presiones en el momento en el que manifiesten opiniones contrarias a las que otros puedan tener.
Esperemos que estas diputadas, que han llegado al parlamento egipcio con un esfuerzo sin precedentes, apoyadas por el voto y el trabajo de muchas mujeres, puedan ejercer su labor con libertad, demostrando que son lo mejor que tiene Egipto. Ha habido mujeres en la historia de Egipto que no han cedido en sus principios cuando se las ha querido silenciar. Hoy hay muchas de ellas en la cárcel, resistiendo los intentos de vencer su voluntad y callar su voz. Están allí defendiendo los derechos de todos y su derecho a tener derechos.
Ellas son las que pueden imponer una modernización social que comience con el respeto a las mujeres. No sé si sus causas tendrán respaldo suficiente en el parlamento, pero creo que el hecho de haber llegado hasta allí hará que sean activas y consigan que el voto de las mujeres vaya a las mujeres, a su causa, la de todas. Esta causa no es otra que sacar al país de una mentalidad retrógrada asentada firmemente en todos los niveles sociales, instituciones, etc. Ese atraso perjudica directamente a las mujeres limitando sus derechos y posibilidades de desarrollo. Es lo que reclaman y lo que esperamos se escuche en el nuevo parlamento pronto.



* "Egypt among 10 worst countries in gender equality: Report" Ahram Online 22/11/2015 http://english.ahram.org.eg/NewsContent/1/64/170444/Egypt/Politics-/Egypt-among--worst-countries-in-gender-equality-Re.aspx

** "Boycotting elections is equal to disobeying parents: Grand Imam" Daily Egypt Independent 22/11/2015 http://www.dailynewsegypt.com/2015/11/22/boycotting-elections-is-equal-to-disobeying-parents-grand-imam/





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