sábado, 8 de agosto de 2015

Donald Trump y sus problemas con las mujeres

Joaquín Mª Aguirre (UCM)
La fusión extrema de la política y los medios da lugar a una especie de paradoja del lenguaje en la que cuando logras que todos digan que estás muerto sea el momento en el que estés más "vivo" ya que todos hablan de ti. Cuanto más se ataca a Trump, más se le encumbra. Eso es lo que dicen las encuestas, que lo sitúan en primer lugar.
Lo terrible e ilustrativo del caso es la duda en la que hace vivir a sus rivales y asesores: ¿deben rebatirle? Cuando los demás tratan de ignorarle, Trump les provoca con nuevos ataques y declaraciones. De las cinco noticias más leídas en este momento en The Washington Post, cuatro tienen a Donald Trump, tres de ellas en solitario y una en grupo.
Tras el debate de los candidatos republicanos organizado por la cadena Fox, Trump ataca a una de las periodistas de la casa, Megyn Kelly, con lo que genera titulares. Como reacción, el blog conservador RedState produces nuevos titulares: retira la invitación a participar en el debate a Trump e invita a la periodista en la que el candidato había visto "sangre en sus ojos" mientras le dirigía las preguntas.


Eric Erickson, el responsable de RedState, explica así en el blog porqué ha desinvitado al candidato:

He is not a professional politician and is known for being a blunt talker. He connects with so much of the anger in the Republican base and is not afraid to be outspoken on a lot of issues. But there are even lines blunt talkers and unprofessional politicians should not cross.
Decency is one of those lines.
As much as I do personally like Donald Trump, his comment about Megyn Kelly on CNN is a bridge too far for me.
In a CNN interview, Mr. Trump said of Megyn Kelly, “You could see there was blood coming out of her eyes. Blood coming out of her wherever.”
It was not the “blood coming out of her eyes” part that was the problem.
I think there is no way to otherwise interpret Mr. Trump’s comment. In an attempted clarification, Mr. Trump’s team tells me he meant “whatever”, not “where ever.”*


Es lo que podríamos llamar casi un "panegírico negativo". Ha conseguido que la "sangre" se convierta en un asunto de "decencia", la nueva línea roja que Trump se ha saltado después de dudar del heroísmo de John McCain e irritar a muchos. Pero también divertir a otros que no tienen esos "problemas" con la sangre de héroes o mujeres. Unos habrán escuchado "whatever" y otros "where ever", Mañana será otro día.
Pero puede que esta vez se haya encontrado la línea estratégica para reducir a Trump: sus problemas con las mujeres, por decirlo así. El profundo machismo del que ha hecho siempre gala, unido a su mal educación, puede que le pase ahora factura. Por lo pronto ha sucedido lo que parecía impensable: que alguien renuncie a tenerlo como centro del show. Un debate es político, pero también es mediático, busca audiencias. Una cosa es el candidato político más interesante y otra el que ofrece más espectáculo, que no tienen porqué coincidir. La Fox situó a Donald Trump en el centro de los candidatos, un puesto privilegiado en el debate. Cuando intervenía un candidato, pertía la campaña para observar las reacciones gestuales de Trump. Sabía dónde estaba el espectáculo; lo que no sabía era cuál sería el argumento.


Para The New York Times, Donald Trump representa la culminación de un problema: el machismo republicano. Solo hay una candidata, Carly Fiorina —una ejecutiva, la primera mujer en liderar una empresa del top20 norteamericano, la HP— y fue marginada del debate de la Fox. Con ello, quedó reducido a un grupo de hombres dando su visión sobre temas de las mujeres, cada candidato opiniones más conservadoras. Eso ha llevado a los analistas a señalar que quien realmente perdió el debate fueron las mujeres. 


La gota que colmó el vaso fueron los ataques a la periodista Megyn Kelly. Señalan en The New York Times:

Jennifer Horn, the Republican chairwoman in New Hampshire, focused her frustrations on Mr. Trump, who leads recent opinion polls for that state’s first-in-the-nation primary.
“Megyn Kelly is an intelligent, successful, educated, professional woman, and the comments and tweets from Donald Trump were demeaning and chauvinistic,” Ms. Horn said. “There’s a big difference between being politically correct and being respectful, and Thursday night Donald Trump was not respectful to women.”
Whit Ayers, a veteran Republican pollster who is advising Mr. Rubio’s campaign, said that “Trump only hurts Republicans among women if he becomes the nominee, which he won’t.”**


Puede que sean finalmente las mujeres las que logren parar a Donald Trump. La estrategia habitual es lanzar la piedra y sacar las dos manos, es decir, insistir en ello. Puede que allí donde le ha salido bien, aquí le salga mal si se tiene que enfrentar a las mujeres periodistas en los próximos encuentros. En este sentido, ya no se le permitirá marcar la línea, sino que se verá obligado a entrar en un terreno cuya argumentación es nula centrándose en el insulto y la descalificación. A eso Trump le llama "no tener tiempo para ser políticamente correcto", algo que se volverá contra él porque le exige un tono que le llevará a seguir atacando a las mujeres para su propia defensa. Trump no retrocede, no se retracta. Todo lo más puntualiza. Y eso se puede volver contra él en ciertos aspectos.


El "incidente" con Megyn Kelly durante el debate tuvo como centro los insultos dirigidos por Trump contra la actriz y presentadora Rosie O'Donnell. Trump ha declarado posteriormente que fue lo mejor de la noche, señal clara de que siempre avanza. 
La UPI lo cuenta en estos términos:

WASHINGTON, ago. 7 (UPI) -- Rosie O'Donnell fue a Twitter para responder al comentario de Donald Trump refiriéndose a ella como una "cerda gorda" y otros términos denigrantes.
"Trata de explicarle eso a tus hijos", escribió la ex panelista de The View minutos después de las palabras de Trump.
El incidente ocurrió cuando Trump interrumpió a la moderadora del debate, Megyn Kelly, cuando ésta lo confrontaba sobre los comentarios sexistas que hizo en el pasado.
"Has llamado a las mujeres que no te gustan 'cerdas gordas', 'perras', 'cerdas' y 'animales asquerosos'", dijo antes de que Trump se metiera en la conversación. "Sólo a Rosie O'Donnell", expresó antes de la reacción escandalosa del público.
"No no fue", respondió Kelly. "Para que quede claro, fue más que a Rosie O'Donnell. Tu cuenta de Twitter tiene varios comentarios negativos sobre la apariencia de las mujeres. Una vez dijiste a una participante en Celebrity Apprentice que sería una imagen bonita verla en sus rodillas. ¿Eso te suena como el temperamento de un hombre que debemos elegir como presidente?"
Trump respondió expresando que eso es parte de un "gran problema que este país tiene". "Francamente no tengo tiempo para ser políticamente correcto", añadió.***


Tradicionalmente, el voto femenino ha ido a los demócratas. Ahora ven cómo ese voto se muestra perplejo por las palabras de Trump y las propuestas del resto de los candidatos, que se hacen educadamente pero tienen escandalizadas a muchas mujeres que temen una regresión en derechos ante la postura de los republicanos. La imagen que transmiten es la de un club machista decidiendo sobre el destino de las mujeres.
La política norteamericana —como muchas otras— obliga a decidir entre la economía, la política exterior y aspectos sociales que afectan de forma distinta a hombres y mujeres. Los republicanos parecen especialmente propensos a realizar políticas que muchas mujeres consideran lesivas para sus derechos. Y eso les cuesta votos.


Los insultos machistas de Donald Trump le llevan a un callejón sin salida. Cuando intentó centrar el insulto de "cerda gorda" solo en Rosie O'Donnell intentó ganar a una parte del electorado republicano que no caerle simpática la presentadora, que se reconoció lesbiana en 2002 y que hizo de su matrimonio con su compañera un caso público. O'Donnell ha sido reconocida, además de por su activismo, por la defensa de los niños desasistidos con una importante fundación de ayuda. A Trump no le salió bien el "insulto" con el que trataba de hacerse indirectamente con el voto de aquellos que están en contra del matrimonio homosexual o simplemente de la homosexualidad pensando que aceptarían su "punto de vista".


La presión femenina debería aumentar sobre Trump. Por ese lado no tiene escapatoria y, sobre todo, cada vez que una mujer le pregunte por el tema arremeterá contra ella quedando en evidencia. El hecho de que como consecuencia se le haya excluido de un próximo debate es importante porque es ponerle en la zona de silencio. Es cierto que eso no le preocupará mucho y que generará titulares quejándose de que se le teme y por eso se le excluye, que se evita que el pueblo le escuche, etc., pero es una señal que se manda al electorado.
The Washington Post da cómo claro ganador del debate a Trump. Pero ¿qué significa "ganador"? ¿Lo es en términos políticos, mediáticos o ambos? Otro artículo del diario le señala ganador, pero apunta a que es el principio del fin. Lo mismo hace el diario El País entre nosotros, aunque no menciona una sola palabra del incidente sobre las mujeres. Poco olfato político, desde luego; toda la prensa americana lo recoge. No es una anécdota.
Puede que el próximo presidente de los Estados Unidos sea una mujer. Hillary Clinton depende ahora de sus errores, piensan los demócratas.



* "I Have Disinvited Donald Trump to the RedState Gathering" RedState 7/08/2015 http://www.redstate.com/2015/08/07/i-have-disinvited-donald-trump-to-the-redstate-gathering/
** "Fear That Debate Could Hurt G.O.P. in Women’s Eyes" The New York Times 7/08/2015 http://www.nytimes.com/2015/08/08/us/politics/fear-that-debate-could-hurt-gop-in-womens-eyes.html 
*** "Rosie O'Donnell responde a la burla de Donald Trump en debate presidencial" UPI 7/08/2015 http://espanol.upi.com/Entretenimiento/2015/08/07/Rosie-ODonnell-responde-a-la-burla-de-Donald-Trump-en-debate-presidencial/8791438962230/





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