lunes, 31 de agosto de 2015

Los parásitos

Joaquín Mª Aguirre (UCM)
El drama constante de los refugiados y la emigración llegados desde los lugares en los que ya es imposible vivir, nos está dejando una estampa distinta en las últimas semanas con el inclasificable espectáculo de las mafias de traficantes. Si la guerra es un negocio, el tráfico de personas no lo es menos. Las noticias que nos llegan cada día son una muestra de hasta dónde somos capaces de llegar en nuestra codicia.
Las mafias son una muestra de capitalismo salvaje. Resuenan esas palabras que se repite a los que se apuntan a cualquier cursillo de emprendedores: las crisis son oportunidades. Vamos descubriendo hasta qué punto es cierto. Lo que no nos dicen es la corrupción que genera aprovechar ciertas crisis en vez de intentar solucionarlas.
Teníamos las referencias claras de lo que era el paso desde el sur hacia los Estados Unidos y el gran negocio que se había formado con la emigración además de con las drogas, marcando la vida de la zona. Se nos decía que el mayor control del tráfico de drogas había hecho cambiar de negocio a los mafiosos y que ahora se dedicaban al tráfico y al secuestro de personas en su tránsito hacia los Estados Unidos. Una economía flexible y adaptada.


La economía de estas zonas comienza a cambiar y va girando hacia la emigración, a sacar provecho de la situación de los que llegan. Es un principio económico simple: se invierte en lo que resulta más rentable. Y estos "emprendedores de sangre" comienzan a hacer sus fortunas con los que necesitan desesperadamente ayuda.
El espectáculo que estamos viendo en lo que hasta ahora llamábamos el "Mediterráneo" se está modificando con lo que nos decían: por mar solo va una pequeña parte; la mayoría escoge la ruta terrestre, la que pasa por Turquía y sigue por los Balcanes hasta llegar a una frontera comunitaria. Estas mafias llevan mucho tiempo trabajando y han pasado a primer plano por el aumento del flujo de personas. Pero han trabajado en silencio, beneficiándose de la desgracia ajena durante mucho tiempo.
A diferencia del tráfico marítimo, del que solo se nos daban imágenes de los que llegaban o de los que morían, la ruta de tierra ha permitido seguir el camino, ver el espectáculo dramático de ver a las familias cargando con los niños en brazos, destrozados caminando por las vías, pasando vallas y alambradas, luchando por hacinarse en el interior de viejos trenes. Permite escucharles en lo que nos cuentan del horror del que vienen, pero sobre todo permite ver la normalidad del proceso, su horror cotidiano de miles de kilómetros recorridos.


La muerte horrible de 71 personas encerradas en un camión abandonado en la carretera en Austria nos ha acercado mucho el horror. Y nos ha desvelado el negocio del tráfico en toda su crudeza dejando al descubierto esta vieja forma de economía internacional con la que parece que no es posible acabar. Ya no se trata de los botes hinchables que salen por mar o de los destartalado barcos en los que se asfixian en las bodegas o en las salas de máquinas; ya no se trata de las pateras. Son caminantes que se suben a trenes, a camiones, a furgonetas, a todo lo que les acerque hacia un destino idealizado que siempre les parecerá mejor que el infierno del que salen.
El gobierno norteamericano, que tiene por costumbre estar diciendo a Europa lo que debe hacer, hablaba del "control de las mafias". No sé si es el más adecuado para dar ejemplo sobre a quién hay que "controlar" cuando aparecen constantemente fosas comunes en las que han acabado sus inmigrantes a los que se les cobra y se les mata por el camino, que resulta un negocio mucho más productivo. No sé si es el más adecuado para hablar cuando no ha logrado acabar con los "vigilantes" de la frontera, con Steven Seagal en plan estrella de un "reality" incluido (ver "Apatrullando Texas") y tiene vociferando a un Donald Trump ganando adeptos a golpe de racismo y xenofobia, de expulsión y muros fronterizos.


Las afirmaciones de los emigrantes de que agentes de la policía serbia les dejan pasar mediante pago nos vuelve a la realidad de lo que está ocurriendo. Mientras no se tomen decisiones políticas reales y de inmediato cumplimiento, esos inmigrantes serán explotados hasta la última moneda, hasta la última sangre. Se han generado a su alrededor, a lo largo de todo el camino, unos productivos negocios que las autoridades de algunos países no evitan con la esperanza de que favorezca el tránsito quitándoles a ellos el problema de encima. Cuanto menos tiempo estén en su territorio, mejor.
Pero el problema ya no se puede dilatar más. Se ha hecho con la guerra de Siria, hasta convertirlo en un conflicto horrendo que ha posibilitado la aparición y toma de posesión de territorio del Estado Islámico. La incapacidad para alcanzar una salida para Al-Assad en el momento en que se produjeron las revueltas de 2011 es lo que ha generado que la "primavera siria" pasara a ser un infierno fundamentalista gracias a la llamada al yihadismo internacional —incluido el llamamiento del entonces presidente de Egipto, Mohamed Morsi— para ir a combatir allí, desplazando a los sirios que reclamaban más libertades frente a la dictadura de Al-Assad.


El miedo a perder un aliado hace responsable a Rusia también de lo que está ocurriendo allí. Rusia se ha limitado a poner el veto a cualquier resolución o acción en la zona y a suministrar armas a Al-Assad. Igualmente los países de la zona (o de más lejos) que entendieron que la caída de Al-Assad representaría un aumento de la influencia de Estados Unidos en la zona son responsables de no haber puesto soluciones encima de la mesa y de haber creado este caos imparable que ahora mismo es y se sigue extendiendo más allá de las fronteras.
Hoy son cientos de miles de personas de los dramas sin resolver de Libia y Siria (además de los que vienen huyendo de Irak, Afganistán y de un África completamente revuelta) los que sirven de materias primas para el enriquecimiento de estas mafias que han aprendido durante años que los gobiernos no les ponen muchas trabas cuando se trata de evitar que se queden en sus países creando un "problema".
La crisis a la que asistimos es de una enorme dimensión política, pero sobre todo moral. Europa puede sobrevivir a muchas cosas, pero es difícil que se construya sobre un fondo de inhumanidad e insolidaridad ante un problema de este calado. Lo que hagamos ahora marcará nuestro futuro.
Los que sufren las consecuencias de la inoperancia internacional son esos millones de personas desplazadas y hacinadas, mal atendidas en campamentos desbordados y lanzados a la aventura, con viejos a la espalda y niños en los brazos.

Vamos aislando mentalmente la zona como si estuviera condenada a la inestabilidad, como si fuera lógico y natural lo que allí pasa. Solo cuando llegan hasta nuestras mismas puertas nos damos cuenta de que la distancia es pequeña, solo enorme para los que no llegan.
Son el horror presente y la falta de futuro lo que impulsa a esos millones de personas a huir lejos de sus tierras. La experiencia en los países próximo es de solidaridad de algunos y abusos de otros. Los recursos son muy limitados y las agencias internacionales avisan de los problemas. Libia, Siria, Irak... son escenarios de muerte, la vida apenas vale. Los que tienen familias fuera, en Europa, tratan de reunirse con ellos; los que no, salen a la aventura, un camino de llegada que empieza a parecerse cada vez más al de salida.
No son parásitos. Los parásitos son esas mafias que tratan de hacer fortuna con el sufrimiento ajeno, llevándoles a la muerte sin el menor escrúpulo, ahogándolos en el mar, en las bodegas de un barco, en el interior de un camión cementerio. Parásitos son también todos aquellos que teniendo responsabilidades no dedican su tiempo y esfuerzo para resolver este drama que nos avergüenza a todos. Parásitos son los que buscan rentabilizar la situación para asegurarse sus propios objetivos, da igual del tipo que sean.




domingo, 30 de agosto de 2015

¡Y que ladren! o las guerras de las mujeres

Joaquín Mª Aguirre (UCM)
La guerra de las mujeres en los países musulmanes adquiere muchas formas distintas pero es constante. Las resistencias a cualquier tipo de cambio son muy grandes y la presión social o política es grande allí donde intentan ganar unos milímetros en derechos. La igualdad no gusta a muchos y la "teoría" y la "práctica" está a su favor, por lo que las mujeres deben hacer grandes esfuerzos para poder salvar los obstáculos que les van poniendo, ya sean legales, brutales o sarcásticos.
Del primer tipo es lo que algunos egipcios se han dedicado a hacer burlándose de las mujeres libanesas que han salido a la calle a protestar en la actual crisis, llamada de las "basuras" porque tiene su origen en un problema de recogidas que ha derivado en una protesta generalizada contra la corrupción.
Con el título "Lebanese protesters fire back at 'sexist' Egyptian observers", Mada Masr nos da cuenta de lo ocurrido:

A garbage collection crisis last week triggered the protest movement, which demands the resignation of the government under the slogan, “You stink.” The marches have escalated into violent clashes with police forces, resulting in injuries and arrests.
But instead of questioning the politics of the protests or the ensuing violence, images of demonstrating Lebanese women have become the object of focus for the majority of Egyptian commentators on social media.
Social media users have compared images of women protesting in Lebanon and Egypt, joking that they would do anything to join the Lebanese protests. This angle has even bled over into mainstream media coverage. The privately owned Youm7 news site, for instance, posted pictures of female protesters on its Facebook page with the caption, “Lebanon’s beauties set the ‘You Stink’ protests on fire.”*


Convertir la participación de las mujeres en las protestas en objeto de sexismo y burla hace ver qué poco ha cambiado y cuánto se ha retrocedido en estos años que separan los días de Tahrir de los ultraconservadores y piadosos con los que en estos momentos Egipto está respondiendo a sus propias demandas. Convertidos en el centro de la perfección moral con sus campañas contra todo el que no siga las normas (incluidos sus propios ciudadanos) y marcando las diferencias con otros países (con Marruecos, con Turquía, ahora con Líbano, por unas cosas u otras), algunos egipcios se sienten también el centro del mundo y con derecho a trasladar una visión retrógrada y acosadora a las mujeres que han participado en las protestas. Si el mundo su hubiera tomado de la misma forma trivial y machista su "revolución" del 25 de enero de 2011, se habrían sentido insultados y con razón.

Esa forma machista de considerar a las mujeres no es más que un síntoma de la represión creciente en la que se encierran y que buscan la forma de liberar, esta vez con las libanesas que han tenido el valor de salir a la calle a protestar. Los comentarios machistas desde los medios hacia las mujeres y sus respuestas en las redes sociales, da cuenta del propio aislamiento que provocan. Las cifras de acoso sexual, un mal terrible en Egipto (o en mutilación genital), no debería hacer presumir de nada al macho egipcio que lanza esos comentarios públicamente y los hace circular para risa general.
La respuesta en Líbano nos la cuenta Mada Masr:

Ali Latifa Fakhry, a Lebanese activist, criticized the Egyptian reactions in a Facebook post. After the Lebanese people held sit-ins in solidarity with Egyptians in 2011 and celebrated their triumph as their own, this reaction to the Lebanese movement comes as a great disappointment, he said.
“Today, the majority of the Egyptian people on social media are making a joke out of the revolution taking place in Lebanon, which could lead to the change of the corrupt Lebanese regime — and a sexist, racist and unfunny joke at that,” he wrote.
Fakhry points to the gravity of the situation, saying that people are getting arrested and injured while Egyptians are only focused on what the Lebanese people wear and how they talk.
Esmat Samira, who has participated in the protests, posted a video responding to the comments. She starts by reiterating the Egyptian remarks, including some calling the movement “a revolution in swimming suits.” She says that the narrow focus of the Arab, and especially Egyptian, observers reflects their current political condition after facing difficulties in their own revolts.
The Lebanese are proud that their protests lacked mass sexual assaults, Samira said, and that women have the freedom to wear what they want and not fear harassment.
Her comment alludes to repeated incidents of mass sexual assaults and continuous sexual harassment that plagued Egypt’s protest movement.**


La respuesta era obvia: ¿de qué habla Egipto, cuando los militares —héroes actuales—realizaban exámenes de virginidad a las manifestantes en Tahrir? ¿Por qué no les apoyan como ellos les apoyaron en vez de dedicarse a hacer chistes machistas sobre las manifestantes? Y finalmente, les dejan en evidencia: las libanesas pueden salir a la calle como quieran sin ser acosadas, como ocurre en Egipto, una auténtica plaga.
Pero de todas las respuestas, la más doliente es "¿qué queda de la revolución?". Egipto avanza hacia una gran crisis que no es solo política sino moral revestido de virtudes que solo él reconoce, dando lecciones ante el escepticismo de la comunidad internacional. Todo esto es el resultado de esa forma de autoengaño de que caminan hacia una democracia cuando están inmersos en una amada dictadura que ya desborda la anterior, por la que se lanzaron a la calle.


Las críticas a las mujeres libanesas es una muestra de ese retroceso orgulloso, de esa pérdida absoluta de lo que fue su propia revolución, tapada por los ecos de sus propios cánticos de aceptación de lo mismo que rechazaron. Han tenido que recordárselo las activistas libanesas: ellas luchan. Los medios de comunicación y las redes sociales en Egipto se limitan a mirar, comentar y hacer chistes. A ellas no les preocupa lo que a otros obsesiona.
En su blog sobre asuntos de Oriente Medio y Egipto, Nervian Mahmoud responsabiliza tanto a los medios como a la sociedad misma que los acepta:

Political shallowness
Some political commentators in Egypt are not just lazy and ignorant, they are happy to spread ignorance in their society. Only a few have done their homework and researched the backgrounds and motivations that triggered Lebanon’s “You Stink” campaign. Others, however, in a display of crass stupidity, opted to focus on the beautiful Lebanese women, clearly displaying their inability to cover the real story, and to fulfill the basic demands of their jobs as commentators: Knowledge, depth, insight, and objectivity.
Cynicism
Egypt’s failure to produce a liberal democratic transformation has created a cynical attitude in the society towards revolutionary activities in the rest of the Arab world. Subconsciously, many Egyptians think others cannot produce a better outcome than Egypt. There is indeed a lot to be learned from Egypt’s turbulence since Mubarak was ousted, but a prevailing element of snobbery and condescension among some Egyptians seems to pervade that society.**


Creo que difícilmente se puede decir más claro el diagnóstico. Y acertadamente. Es el fracaso de su propia revolución lo que está negando las de los demás. Es una reacción ante el fracaso disfrazada de superioridad respecto a los demás. Eso le impide respetar a los otros y la necesidad de engrandecer lo que son los defectos que han llevado al fracaso. Esto no se cura con "canales" sino con un reconocimiento que la sociedad egipcia no parece dispuesta a afrontar. Por el contrario, responsabiliza a su revolución de sus propios fallos hundiendo, difamando, acusando a los que una vez dieron la cara por todos. Todo aquel que no se suma al canto de ocultación, queda fuera.
Se lo han tenido que decir las mujeres ante la falta de sensibilidad (e interés) por su movimiento político. El sarcasmo es el que refleja la impotencia; las críticas a las mujeres reflejan su propia incapacidad para evitar que Egipto sea considerado, según los estudios internacionales, uno de los peores países para las mujeres. Pero es más sencillo ver la paja en ojo ajeno, que la viga en el propio. Hay un refrán egipcio que dice que los que viven en casas de cristal, no deberían tirar piedras a los demás. Ahora les llueven las piedras lanzadas por las mujeres ofendidas. Ofenden además a las mujeres egipcias, algo que no es nuevo.


Tampoco es un buen lugar para las mujeres Arabia Saudí. El otro caso tiene un sentido diferente pero muestra también las dificultades de las mujeres para conseguir sus metas. Se habla muchas veces de Arabia Saudí como una "revolución lenta", quizá demasiado lenta.  Por eso cualquier avance referido a las mujeres es un gran paso. En este caso el "paso" es su participación como votantes en las elecciones municipales que se celebrarán a finales de año. Es uno de los logros indirectos de la Primavera árabe que hay que recordar. En 2011 no habían podido votar; se anunció en septiembre de ese mismo año que las mujeres podrían votar y ahora lo hacen.


Hace unos días la CNN recogía algunas reacciones: «"This is something new to women," an unidentified woman told al Ekhbariya, Saudi state television. "I am pretty sure women will have different opinions and thoughts. I am very happy."» No es para menos. La afirmación de que las mujeres tienen distintos pensamientos y opiniones ya es en sí un salto. Una cosa es saberlo y otra reconocerlo a través del derecho a votar en la elecciones municipales. La mitad de los cargos serán elegidos directamente por el rey, pero en la otra mitad tendrán voto las mujeres.
Esto, evidentemente, no ha sido bien visto por todos en el Reino. La BBC nos cuenta la campaña que se ha desatado en contra:

Conservative voices have been waging an online campaign to oppose the first-ever opportunity Saudi women will have to vote in December.
But they've been matched by social media users using sarcasm and wit to promote the cause of women.
Women will for the first time be able to stand for office as well as vote in municipal polls.
However, a group of conservative Saudis recently visited the country's Grand Mufti to urge him to intervene and "prevent" women's involvement in elections.
He turned down their request and said such "enemies of life" should be ignored.
A hashtag on social media provides a platform for those opposed to women's participation in elections. #The_danger_of_electing_a_woman_in_municipal_elections has been active for three months and has been used over 7,500 times in the past month.
But what started as an attempt to galvanize public opinion against the female vote was soon hijacked by pro-women's rights individuals with many using sarcasm to make their point.***


El miedo a que voten o simplemente el miedo a las mujeres tiene profundas y cómodas raíces culturales. Son profundas porque arrancan de épocas en las que se quiere seguir viviendo aunque hayan pasado miles de años y no tenga sentido; y son cómodas porque aseguran el control de una parte de la sociedad creando una parte débil, carente de derechos sobre la que tiene poder desde el más rico hasta el más humilde.
Las mujeres saudíes han dado muestras de no estar demasiado satisfechas con sus estatus actual y van extendiendo su campo ante la inquietud de los que, como en esta caso con la visita al Gran Muftí, ven el fin del mundo en que las mujeres voten o conduzcan.


Pero esta vez —a diferencia de lo que ha ocurrido en Egipto— son las redes sociales las que se han reído de los ofendidos machos piadosos. Habían comenzado con tuits tratando de evitar el voto de las mujeres y augurando desastres. Los opositores siempre se presentan como "defensores de la familia", base de la sociedad. Parece ser que el hecho de que las mujeres voten "destruye las familias". El argumento no es nuevo ni saudí, pero con el tiempo se descubre que muchos de los defensores ardientes de la familia, de lo único que son defensores es de su propia autoridad, incontestable, de su tiranía sobre los miembros de la familia. Siguen manteniendo una consideración negativa de la mujer, que si no se controla destruirá el mundo con su maldad intrínseca y su incompetencia.
Por eso ha sido el sarcasmo lo que han utilizado para contrarrestar las campañas contra el voto en Arabia Saudí. A los argumentos de que las mujeres no deben participar en la política porque eso lleva el desastre, les han puesto en bandeja la respuesta:

In response to a tweet that claimed "a nation fails if their leader is a woman", user @Fanunx responded sarcastically: "So Britain and Germany failed, and the Arab states were victorious with their men." Her tweet was retweeted over 200 times.
Also popular was a photo (meme) of the German Chancellor Angela Merkel with the words "Please say that again, I liked it".
Several users also tweeted photos of successful women and politicians in response to those who were "degrading" women.
"Of course it's dangerous! Elections mean a voice and an opinion, and the voice of the other sex (which they silenced) scares them. Proving her existence terrifies them," user @haunted2012 tweeted.
Overall, there appeared to be slightly more tweets supporting women's participation in the polls than ones expressing opposition.**

Lo importante, por encima de la guerra de las redes, está ese sentimiento creciente de apoyo a las mujeres en sus avances. Hace poco contábamos aquí como la Corte Suprema de Afganistán había frenado la candidatura de una jueza que era propuesta por el presidente, empeñado en que hay mujeres en todos los niveles. No salió por el argumento de que nunca había habido en la historia del islam una mujer en esos niveles de decisión. Pero el hecho de que haya habido lucha es importante.
Las mujeres libanesas están en primera línea de sus protestas, por más que le moleste a los medios machistas de Egipto. Las mujeres saudíes también van avanzando poco a poco y saliendo a la luz. Los argumentos de que fuerzas extrañas tratan de sacarlas de las casas para destruir a las familias y con ellas al Reino son cada vez más difíciles de sostener, aunque no por ello dejen de sostenerlo.
Lo hemos dicho muchas veces: la revolución en el islam es la de las mujeres. Por eso no es de extrañar que haya resistencias, de diferentes estilos, pero con la misma base. Apoyarlas es ir a favor del futuro; burlarse de ellas u oponerse a que tengan derechos, no es más que oscurantismo. Y de eso queda mucho todavía.
Ni los chistes machistas egipcios van a frenar a las mujeres libanesas ni la presión de algunos saudíes van a evitar el voto, pero reflejan algo. Nos quedamos con el comentario de la mujer saudí preguntada por la BBC: se siente muy feliz.
¡Y que ladren! 



* "Lebanese protesters fire back at 'sexist' Egyptian observers" Mada Masr 28/08/2015 http://www.madamasr.com/news/lebanese-protesters-fire-back-sexist-egyptian-observers
** "What Egypt can learn from Lebanon’s “You Stink” campaign" Nervana Blog 29/08/2015 http://nervana1.org/2015/08/29/what-egypt-can-learn-from-lebanons-you-stink-campaign/
*** "Twitter campaign to stop first Saudi women's vote" BBC 29/08/2015 http://www.bbc.com/news/world-middle-east-34090700



sábado, 29 de agosto de 2015

Erdogan y el discurso identitario turco

Joaquín Mª Aguirre (UCM)
La situación de Turquía se hace más complicada gracias a las increíbles maniobras realizadas por el presidente Recep Tayyip Erdogan para evitar perder el poder.  La situación en la que ha dejado a Turquía hasta el momento es penosa: sin estabilidad, rompiendo una tregua con los kurdos, con la entrada y salida de yihadistas que la usan de camino abierto, la confusa guerra con el Estado Islámico y la convocatoria de nuevas elecciones ante la imposibilidad de formar gobierno. Todo esto en una zona cuya crisis tiene consecuencias incalculables.
La evolución de Turquía es un aviso sobre los límites que se pueden esperar del islamismo político. La regresión turca es absoluta, solo frenada por los desafíos que la sociedad y los grupos políticos le lanzan en su resistencia al proceso de islamización social en un país, precisamente, que había logrado la separación de la religión y la política de forma más eficaz. Sin embargo, la labor de los islamistas es siempre la misma: la reunificación a distintas velocidades hacia los "estados islámicos".

El diario turco Hurriyet Daily News trae una interesante entrevista con Toni Alaranta, autor entre otras obras de "National and State Identity in Turkey: The Transformation of the Republic's Status in the International System" (2014), y "senior research fellow" en el  Finnish Institute of International Affairs. Alaranta es un especialista en el islamismo turco y ha estudiado su evolución en diversas obras.
La cuestión "identitaria" está en el centro de la obra y de la entrevista. No se estudian demasiado estas cuestiones, más cercanas muchas veces a los estudios "culturales" que a los estrictamente políticos o estratégicos. Sin embargo, en la sociedades modernas los procesos identitarios son esenciales porque establecen las reinterpretaciones constantes de cómo nos percibimos a nosotros mismos y en relación con los demás. En este sentido, el estudio de los "nacionalismos" (la construcción de las identidades nacionales), las "culturas", las religiones, etc., actúan como motores sociales y generadores de discursos que van desde la Historia a las Artes. Todo justifica el presente en un meticulosa construcción del pasado. Las manipulaciones culturales de Erdogan son ampliamente denunciadas por los intelectuales independientes,
La entrevista a Alaranta deja expuestas las estrategias seguidas por el partido de Erdogan y el aprovechamiento que este supo hacer de la compleja situación internacional tras los atentados del 11 de septiembre, auténtica sacudida que obligó a rehacer las estrategias internacionales y nacionales en determinados países del mundo islámico. Desde su título se hace referencia a la "mala interpretación" occidental de lo que supone Erdogan y el AKP.

Particularly after 9/11 there was what you call a “structural demand” for the “moderate Muslim democracy” label. For 10 years Turkey was the poster boy of this demand. Why did this happen? Was it a conscious decision by the AKP to cultivate this label?
The 9/11 terror attacks suddenly seemed to discredit all the previous talk of post-ideological politics. People began to think of the world as essentially defined by a struggle between large-scale civilizational entities:
Samuel Huntington’s famous “Clash of Civilizations” thesis, or at least how it was understood. At this time, when there was this perceived antagonism between the so-called Western world and the so-called Islamic world, there emerged an idea that the West had this long-term NATO ally Turkey that could function as a kind of balancer or bridge between antagonistic entities.
At the same time, Turkey’s EU candidacy was given a boost with the declaration of its official candidate status in 1999 and negotiations starting in 2005. So there was a huge expectation both in U.S. and EU circles that Turkey was more or less destined to become a role model, a liberal democracy ruled by Muslim conservatives who had allegedly managed to move beyond the political Islamist position and were now embracing democratic pluralist values.
I believe that the leading cadres of the AKP realized this situation and saw it as an opportunity - they used the “bridge” metaphor themselves. But in my opinion all the reforms of the AKP’s first term were very much instrumental. Their purpose was to delegitimize their political opponents and to consolidate the AKP in power. So I would definitely say that the EU and the U.S. should look in the mirror and take at least some responsibility for the legitimization of the AKP within this liberal democratic discourse.*


Erdogan ha usado precisamente esta estrategia occidental, como bien señala Alaranta, para la destrucción de la oposición interior. No le ha interesado un estado de convivencia, sino la "deslegitimación" de sus oponentes situándolos como ajenos a esa "identidad" que pasa a ser propiedad del AKP. Solo se es "turco" si se es musulmán y del AKP. Todo lo demás queda absolutamente estigmatizado y a expensas de los intereses de Erdogan. La ruptura de la tregua, después de más de dos años, tras la pérdida de la mayoría absoluta es una de las maniobras más indecentes de la política realizada en muchos años. Y el listón no está precisamente bajo. Su uso de las muertes de los kurdos a manos del Estado Islámico en la frontera misma ha sido otro aspecto que ha dejado claro hasta dónde puede llegar en su consecución del poder.

Pero Erdogan es algo más que un megalómano autoritario. Esa personalidad tiene sus propios objetivos hacia los que se dirigen sus acciones políticas y sociales: la islamización.
Es ahí donde Erdogan aprovecha esa idea de "puente", como señala Toni Alaranta en la entrevista. Como "puente", hay que señalar, tiene unas características muy especiales: desde él se arrojan todos los que no entran en su proyecto.
Para ello, señala Alaranta, El AKP ha desarrollado una "narrativa" de deslegitimación de los otros y la elaboración de un mensaje: solo el AKP hará que Turquía sea "Turquía", acusando al "kemalismo" anterior, que modernizó el estado separando la religión, de ser un obstáculo en su camino:

[...] The “real nation” of pious conservative Muslims are said to have been marginalized throughout the republican decades - only liberated by the alleged liberal-democratic-conservative AKP. This narrative is a pure myth that is very skillfully used and propagated by the AKP cadres.
So we had the liberals saying they found a partner for their reform agenda and AKP cadres even today saying they have liberated Turkey from the tutelage regime. The reason why the AKP was able to get backing from the liberals was based on this widespread idea that the Islamic-conservative constituency would enforce the retreat of the state, which was dominated by a monolithic, almost petrified Kemalist elite. This was a crude simplification, a distortion of the past century of Turkey’s political history.*


Es en ese movimiento de "recuperación" de la "nación real" en el que deslegitima a todos aquellos que han impedido que lo que debía ser fuera, presentados como obstáculo históricos para el desarrollo de una esencia que está presente desde los inicios.
Este tipo de discursos identitarios no son privativos del AKP y se pueden reconocer en muchos procesos sin necesidad de ir demasiado lejos. Son característicos de los nacionalismos y de su creación de identidades deslegitimando las que atribuyen a los demás. El avance se realiza como una recuperación, idealizando una situación primera que muchas veces no existió. Es lo mismo que ocurrió con el "romanticismo", que idealizó el pasado de una "naciones" que no habían existido, pero que era necesario dotar de un cuerpo. De la misma forma, el "yihadismo", tal como ahora es expuesto y actúa, también inventa un pasado y una tradición siendo un movimiento teorizado de forma reciente.
La entrevista finaliza con una serie de observaciones interesantes sobre lo que puede ocurrir en Turquía:

Turkey at the moment is in the midst of a big shift, ahead of yet another election. The populist political Islam of the AKP has for 13 years been predicated on the idea that it is the majority, the “authentic” representative of the nation. Now that the AKP has lost its parliamentary majority, and may not get it back, what does that mean for the inherently majoritarian AKP project?
That’s a very difficult question. At the moment it is not the PKK or the ethno-nationalist Kurdish movement that threatens the AKP project; it is the HDP, the Kurdish party’s ability to emerge as a kind of liberal democratic movement. This demonstrates that even the Kurds are not the kind of monolithic, Islamic-conservative constituency that the AKP imagines the whole of Turkey to be.
There is obviously a very brutal power struggle going on in Turkey at the moment. To go back to the earlier point, there was a widespread expectation that political inclusion and economic development would moderate the political Islamists, but we are now witnessing a very significant - even historic - course of events. If the AKP is unable to get back its absolute majority, we will come to the question of whether the political Islamists will hand over power.
On the other hand, we are only now starting to see just how strong the ideological layer of the party is. If a parliamentary majority does not back this political Islamist movement it will be an interesting moment:
Either the political Islamists will have to step aside, or it will be proven that the very widespread idea of political inclusion of these groups to make them more democratic has been a failure.*

El desafío es enorme y el alcance importante. Convertida en parte de la OTAN y aspirante a miembro de la Unión Europea, lo que ocurra en Turquía es fundamental. Lo que no se puede ignorar es lo que ya ha ocurrido que, como Toni Alaranta señala, es histórico. ¿Han llegado los islamistas del AKP al límite? ¿Puede sus socios occidentales seguir basando una política de "seguridad" (francamente insegura) en la idea sobre Turquía vigente hasta el momento? La gran pregunta y que no tardará mucho en verse resuelta es ¿qué ocurrirá si Erdogan pierde realmente el poder y se instala un gobierno laico en Turquía?
El ejemplo de Turquía es interesante porque ha sido el modelo propuesto hasta no hace mucho, algo señalado por Alaranta y de lo que se habló mucho al comienzo de la Primavera Árabe. Turquía parecía, en contraste con las dictaduras de Gadafi, Al-Assad, Mubarak, etc., un sistema democrático pleno y asentado. Sin embargo, los efectos de la Primavera tuvieron lugar en el conjunto de los países islámicos de la zona. De formas muy diferentes, pero todos tuvieron sus propias sacudidas.


Desde entonces el retroceso turco ha sido evidente usándose la fórmula "la deriva autoritaria de Erdogan". Esa deriva no es más que la estrategia desarrollada para convertir sus mayorías absolutas en eternas, es decir, en hacer un sistema político de no retorno. El islamismo político no es democrático. No se basa en la idea de alternancia en un sistema en el que todos puedan convivir, sino que es una forma de llegar al poder para cambiar las normas del juego. De ahí que el discurso identitario sea fundamental, pues convierte a los otros agentes políticos no en la "alternativa" sino en los "enemigos". El discurso del "enemigo", del "traidor", del "conspirador", etc., se convierte en característico de este tipo de mentalidad político-religiosa. Los otros son los herejes o los infieles.
¿Están los islamistas políticos siempre en la tesitura de abortar los procesos democráticos una vez que consiguen el poder? Parece ser que sí. El problema está en la esencia de su propia ideología en la que la democracia es solo un camino, no una meta. El problema es que provocan movimientos pendulares en sentido contrario, como en Egipto. Hemos visto cómo ha reaccionado Erdogan ganado las elecciones pero sin poder formar gobierno. Vamos a ver qué ocurre ahora. Como bien señala el entrevistado, habrá que estar muy pendientes de lo que ocurra en Turquía.




* "INTERVIEW: West misread AKP and Erdoğan, legitimized crude power grab" Hurriyat Daily News 29/08/2015 http://www.hurriyetdailynews.com/interview-west-misread-akp-and-erdogan-legitimized-crude-power-grab.aspx



viernes, 28 de agosto de 2015

Mirando al futuro

Joaquín Mª Aguirre (UCM)
Durante siglos, del futuro se ocuparon videntes y adivinos. Ya sea porque entraran en trance, miraran las estrellas, les llegaran vientos divinos o efluvios telúricos, porque le dieran a los hongos o leyeran los hígados del pollo, la gente veía cosas. Al menos eso decían. Y a lo que veían lo llamaban "futuro". Al principio solo tenían "futuro" los reyes y se llamaba "destino". Luego la cosa se fue democratizando.
En los sesenta se inventaron los futurólogos, que eran la versión cultural de lo que antes era individual. Hablaban de un futuro común en el que nosotros —¡qué ingenuos!— nos incluíamos. Desde entonces, además de a los políticos —que también hablan del pasado— escuchamos a mucha gente hablar de cómo va a ser nuestro futuro. Esto ha sido especialmente intenso desde que la digitalización y las redes que dan la vuelta al planeta se han introducido en nuestras vidas cambiándolas.


El País incluye desde hace algún tiempo una sección patrocinada en la que expertos en tecnología hablan de cómo va a ser nuestro futuro. A la gente, habrán dicho, le preocupa el "futuro". A mí me preocupa más, por contra, la idea de "nuestro". No tengo ni idea a quién meten dentro de ese "nosotros" que será el "poseedor" del futuro que nos describen. Creo que estas cosas que nos cuentan  solo estarán al alcance de unos poquitos. Es un truco retórico muy manido contarnos eso de que viviremos "cien años", que cuando se descubra la forma de frenar el envejecimiento esto va a parecer un parvulario. Si finalmente lo hace, será para los cuatro privilegiados que se lo puedan pagar. Y así muchas cosas.
Estos anticipadores nos pintan un mundo que es difícilmente compatible con el actual, por mucho descubrimiento que hagamos. Hay un porcentaje grande la población que no vive el sueño de la vida eterna sino de llegar al día siguiente con vida. Es casi insultante que se digan estas cosas. Pero se dicen. 

Los expertos de El País nos dicen cosas como: "Eythor Bender nos explica cómo la biónica nos hará más rápidos, más fuertes, más seguros". Nos dice que están construyendo un auténtico "Ironman", como señaló el presidente Obama que tuvo el detalle de hablar de Ironman y no de Robocop.
Es el uso del "nos" lo que me parece excesivo porque es hacerle la boca agua a la gente que no es "rápida", ni "fuerte" ni se siente "segura". También: "Linda Franco te presenta la ropa conectada: una chaqueta con la que puedes hacer música o controlar un dron". No sé tampoco si es lo más urgente, la verdad. Como futuro deseable, habrá quien sea feliz haciendo esas cosas con su chaqueta, lo de la música, y el dron, pero tampoco me parece lo más urgente.


Me preocupa, sí, que la gente se monte una empresa y lo que vende tenga que ser "nuestro" futuro. Jessica Banks, por ejemplo, es CEO de una empresa de diseño de muebles. El País nos advierte en su titular  —que parece de un desahucio tecnológico en el futuro— "Muebles que se conectan, levitan y desaparecen": 

Banks lo tiene claro cuando afirma que “ya vivimos conectados a varios dispositivos que nos miden decenas de parámetros y con ello nos hacen la vida mejor. La relación que tenemos con nuestros muebles es igual de tangible, porque cuando estamos sentados en una silla o usamos una mesa la estamos tocando permanentemente”. Así, nuestra silla analizará esos parámetros fisiológicos e históricos para decidir cambiar de forma y adoptar una que nos convenga más, o nos invitará a levantarnos porque considera que llevamos demasiado tiempo en actitud sedentaria. Nuestra mesa, a su vez, será capaz de conectarnos con otros dispositivos del hogar, recibirá directamente información de utilidad o incluso nos servirán para comunicarnos con otras personas.
La evolución técnica de nuestros muebles y de los dispositivos que nos rodean en el hogar los convertirá en más inteligentes y, por tanto, mucho más útiles para las personas. Un escalón más en nuestra evolución tecnológica.


La perspectiva de una silla o un sofá que se dedique a controlarme el tiempo que llevo sentado y que "me invita" a levantarme porque considera que —con sus "parámetros"— llevo demasiado tiempo sentado es preocupante. Se empieza pidiendo por favor y se acaba dando descargas. Habrá quien la utilice para saber cuánto tiempo estás fuera de "tu silla" en el trabajo. A la gente le controlan hasta cuántas veces va al servicio en esas modernas empresas. La silla actuará como si ficharas y les pasará la información a tus jefes, que para eso la compraron.
Lo típico de los anticipadores es mostrarte el lado bueno de las cosas y ocultarte el negrísimo, que siempre lo tienen. No hay invento que no tenga su lado oscuro. Depende de cómo lo uses, te dicen con cierto cinismo. No, la silla que me estudia y almacena datos por mi bien no me parece tampoco un futuro idílico. Ni mío.


La expresión española "es como hablar con las paredes" me impide también emocionarme con el titular del profesor del MIT, Tomás Palacios: “Tu teléfono móvil serán las paredes de tu habitación”. En alguna de las casas en las que he vivido, las paredes eran finas que hacía terapia de grupo con los vecinos. Allí las paredes hablaban y lo hacían sin cesar. Tampoco me parece que las paredes sean idóneas para llamar por teléfono, aunque la privacidad ya la hemos dejado como algo del pasado. Ahora que los teléfonos hacen de todo, la solución de futuro es que todo haga de teléfono. Todo absolutamente todo estará conectado: la ropa, las paredes, los muebles... nosotros mismos. Datos y más datos. No somos más que datos que alguien recoge y estudia. La silla es su cómplice recolecto. También las paredes. Y la chaqueta... Todo.
Vinton Cerf, padre de Internet, nos lo asegura:

Ahora Cerf está centrado en el impulso de lo que será el nuevo paso en la red, lo que se denomina “Internet de las cosas”: un mundo absolutamente conectado a través de objetos cotidianos que serán manejables desde nuestros smartphones. A sus 72 años se atreve a imaginar cómo seremos en el 3.015, cuando hayamos conseguido colonizar otros planetas, nuestros ordenadores sean moleculares y nuestros cerebros estén interconectados a través de chips que nos permitan comunicarnos con el pensamiento.


No pienso llegar a 3015 para comprobarlo. Y Cerf tampoco. Un mundo de telépatas hará innecesario todo lo demás. Se puede decir cualquier cosa sin que a nadie le extrañe. ¿Que en 3015 todos usamos la telepatía y estamos en otro planeta? Pues ¡qué genial!
Si pensamos que todos los que salen en El País (por no extendernos) van a ver sus profecías cumplidas, es decir, seremos biónicos —más rápidos, más fuertes— nuestras sillas nos invitarán a levantarnos o a sentarnos, hablaremos por/con las paredes y haremos música o guiaremos drones con las chaquetas en medio de un intercambio gigantesco de datos —que serán almacenados en algún sitio para saberlo todo de nosotros— no sé si es apetecible como futuro. Nadie me habla de un solo problema real. No sé cómo piensan llegar a ese futuro sin arreglar antes este presente descabellado, injusto, violento y desigual. A lo mejor porque ese futuro es solo para unos pocos y no todos podrán disponer de estas experiencias tan gratificantes.
Este "futuro" es un futuro que ignora los problemas reales del mundo. Los que vivimos cada día, los excluimos de nuestras visiones de futuro, en dónde viviremos eternamente sin saber qué comeremos o dónde nos meteremos.
Creo que muchos miran el futuro para no ver el presente.




jueves, 27 de agosto de 2015

La carne y el espíritu

Joaquín Mª Aguirre (UCM)
Dos campañas se han puesto en marcha en Egipto. La primera, muy airada, es contra el consumo de carne, cuyo precio se ha disparado. "No a la carne", "Todos somos pobres", "Boicot a la carne" son algunos de los lemas de las campaña a la que se han ido sumando por el país ciudadanos que no están dispuestos a pagar los precios que les piden. El gobierno tratará de importar carne para forzar a bajar los precios prohibitivos para muchos egipcios, que ya tienen la economía bastante complicada. Los precios han subido hasta llegar en caso a las 90-100 LE por kilo. Nos cuenta Egypt Independent:

The campaigns immediately caught the eye of people throughout the country. In Damietta, people decided to boycott meat anywhere between 15 days and a month to protest what they consider is the butchers' greed. Meanwhile, in Suez, a similar campaign has placed various posters throughout the city, encouraging citizens to stop meat purchases.
In Qena and Nagaa Hammadi a campaign entitled “No for meat” was started to boycott local meat for one month. The campaign’s founder, Amin Al-Fouly, said the move aims to lighten the burden on citizens while placing pressure on butchers to sell local meat at the “official pricing” set by the Supply and Internal Trading Ministry, which dictates meat should cost LE65 per kilo.*


 La Agencia de Defensa de los Consumidores apoya la campaña y entre las actividades de presión está el hashtag "#forget_about_meat" que se ha convertido en viral, nos dice el periódico.
La otra campaña no va por la carne, sino más bien por el "espíritu": la iniciada por antiguos miembros de Tamarod para erradicar los partidos políticos religiosos. Ahram Online titula: "The 'no to religious parties' campaign gains momentum". Recordamos que Tamarod (Rebelde) fue el grupo de activistas que organizó la recogida de firmas pidiendo la dimisión del entonces presidente Mohamed Morsi y la convocatoria de elecciones después de un año de mandato. Su objetivo era llegar a conseguir, al cumplirse el primer aniversario, el mismo número de firmas que Morsi había tenido de votos, 11 millones, pero lo cierto es que recogieron cerca 23 millones, que es el objetivo que se han fijado ahora.
Los partidos políticos "religiosos" están teóricamente prohibidos en la constitución reformada tras la salida de los Hermanos Musulmanes del poder. Pero les queda un fleco: ¿qué hacer con el partido de los salafistas, el partido Nour, que apoyó la defenestración de Morsi y apoyó al nuevo régimen? 


Los salafistas fueron astutos y sabían que la Hermandad quedaba fuera y que no tenía sentido solidarizarse para acabar en prisión o en el exilio. Con astucia política islamista, los salafistas se apuntaron al carro vencedor a sabiendas de que quedaba fuera su principal rival en el voto "piadoso", los Hermanos Musulmanes, y que el régimen los necesitaba como coartada para hacer ver que no era contra los "islamistas" sino contra la Hermandad. Los salafistas se hicieron la "foto" con los demás apoyando la caída del régimen de Morsi. Los demás se fueron poco a poco, pero ellos se han quedado, convirtiéndose en un socio incómodo.


La incomodidad proviene de la incongruencia que supone no considerar al Nour, salafista, como un partido religioso, pero también por el temor que pudiera aglutinar el voto islamista en las próximas elecciones y hacerse con un buen puñado de asientos en la cámara cuando se abra el parlamento.
Ahram Online recoge opiniones sobre esta cuestión:

Osama Al-Ghazali Harb, a political analyst and a leading member of the Free Egyptians Party, said "the Egyptian people did not expel the Muslim Brotherhood from the door, only to see another religious party like Nour to come from the window."
But other political analysts, like Al-Ahram's Amr Hashem Rabie, were critical of Tamarod's campaign.
Rabie said Nour was part of the revolution against Morsi and its leaders never said they have a religious party.
Rabie believes that the wide popularity of Nour in Egyptian governorates represents the real motive behind the Tamarod campaign.
"Instead of competing against this party in fair elections, the Tamarod and other secular parties resort to courts to eliminate the party and gain seats without competition," said Rabie.
Shaaban Abdel-Alim, a leading Nour official, told Ahram Online that "Tamarod" itself is an illegal entity trying to impose its say on the political street.
"We are not a religious party. We are just a political party with a religious background," said Abdel-Alim, adding that "if Nour was dissolved in any way, the party's leaders would meet to form another party under a different name."**


Las tres opiniones permiten ver la acumulación de incongruencias en la política egipcia, la distancia entre lo que se dice y lo que se hace. Indudablemente, los tres tienen razón y no la tiene ninguno. Es cierto que el Nour se hizo la foto junto a Al-Sisi cuando derrocó a Morsi; es cierto que Nour es un partido religioso y es cierto que temen el apoyo electoral que puedan tener en unas próximas elecciones.
Lo que no se dice nunca pero no se deja de pensar en ello, es que el conjunto de los votos islamistas en el parlamento anterior era superior al 70%, contando la Hermandad y los salafistas. El gobierno se ha encargado de perseguir y encarcelar a los Hermanos Musulmanes, pero no lo ha hecho con los salafistas. Como astutos que son, no ha entrado en las provocaciones destinadas a identificarse como "partido religioso". Ellos saben que se está mejor en casa que en la cárcel y mucho mejor todavía en el parlamento. Los que votaron a Morsi (no todos eran islamistas, muchos lo hicieron por el cambio confiando en la palabra de un gobierno para todos) no están en las cárceles ni se han ido todos. Votarán y lo harán a la alternativa más próxima. De ahí el temor y el deseo de inhabilitarlos ante unas elecciones.

Los salafistas, bien organizados, ya lo advierten: si les impiden ir a las elecciones, se cambian de nombre e irán con él a las elecciones. No supone muchos problemas porque los partidos políticos, como ocurre con la Hermandad, no son más que útiles interfaces para concurrir en los comicios. Ellos no creen en los partidos porque no creen en los sistemas parlamentarios. La Hermandad piensa igual; su mentalidad es otra.
En Egipto se está pagando el sistema de "partido fuerte" que desde Nasser y con todas las variantes históricas ha ido gobernado el país. Aunque nominalmente pudieran existir más, el partido del gobierno era el que realmente controlaba el país. Se ha hecho todo lo posible por evitar que los partidos políticos crecieran y se consolidaran, garantizándose así el control político por los militares. El que quería conseguir algo, se apuntaba al partido gubernamental. Con esto solo se consiguió hacerlos corruptos, debilitar a la sociedad —que no tenía nadie que la representara— y dejar la organización social en manos de los islamistas, en sus diversas variantes. La labor subterránea de los islamistas fue dando su fruto al quedar infiltrados en todos los rincones sociales y desde allí controlar los votos con su propia maquinaria. Hasta la caída de Mubarak se contentaban con lo que les dejaban, pero después fueron a por todas.


El temor de todos ahora es que la enorme atomización de los partidos beneficie de nuevo a los bien organizados por décadas, a los islamistas. El intento de Tamarod es dejarlos fuera mediante un sistema de recogida de firmas, pero los salafistas se saldrán con la suya.
En junio, Al-Monitor recogía la propuesta para evitarlo:

The president proposed — and promised to support — a unified list of all political parties and forces that are to participate in the upcoming parliamentary elections, which the government is keen to hold this year.***


Como señalaron algunos analistas y Al-Monitor recoge, esto contradice el sentido de lo que significa una elección, ya que no hay dónde elegir. Pero no deja de ser una incongruencia que puede ser vendida como "amor a la patria" y "sentido del deber". Todo esto ocurre en un contexto en el que ya algunos partidos políticos han llamado al boicot o ha anunciado que no concurrirán a las elecciones.
La paradoja de que se prohíban los partidos religiosos mientras se proclama que el mal es el ateísmo y se encarcela a quien lo defiende no se resuelve fácilmente. En este sentido, lo que se hace es fortalecer a Al-Azhar que queda como institución controladora del país. Fue el Al-Azhar desde donde se amenazó con dejar predicar a los salafistas contra el predicador reformista. La estrategia de mantener en la reserva a los salafistas para amenazar cuando alguien desafíe a los clérigos de Al-Azhar es clara y se utilizará cuando sea necesario. Por eso es dudoso que ellos se apunten a la idea de sacarlos del mapa político. Su oposición frontal a que los "intelectuales" puedan participar en los diálogos sobre la reforma religiosa choca, como vimos hace unos días, muestra que son ellos los que quieren el control religioso.
El artículo concluía:

[Tahani] Gebali [al-Gebali, former vice president of the Supreme Constitutional Court of Egypt] said that many of Egypt's 103 political parties do not represent anyone but their own members and are more of a burden on the state than an actual political movement. According to Gebali, political parties should also know that the Egyptian state is currently in a foundational phase, which requires the concerted efforts of all the concerned parties to move to the next democratic level, “which we all are aspiring to.”
It seems difficult for Egyptian political parties to unite under one list because there are three conflicting orientations vis-a-vis this possibility. One is represented by religious parties, another by parties supporting the old Mubarak regime and a third by parties seeking a modern democratic state. It does not seem like these orientations will converge soon.***

No le falta razón, pues de eso se trataba, de que no se representaran más que a ellos mismos y poder controlar al  electorado a través del clientelismo y diversas prácticas en las que el estado egipcio se manejó muy bien. La verdadera dsituación, como bien se señala, es la que representa esa distinción tripartita: los religiosos, el antiguo régimen y los que buscan un nuevo Egipto democrático sin lastre. Pero el mundo no es como queremos y la Historia es avanzar sin saltarse ningún capítulo. El régimen actual quiere ser religioso sin partidos religiosos, mantener a los que la revolución quitó llamándose revolucionario y, además ser demócrata encarcelando a la gente. No es tarea fácil, desde luego.

No parece que se arregle ningún problema grave y sí que aparecen algunos nuevos. Antes esto, la respuesta es la vigilancia. A la orden del Ministerio del Interior de que todos los comercios instalen cámaras de seguridad, se suma ahora la instalación también en las mezquitas para controlar los sermones que allí se imparten. Parece que el único negocio próspero va a ser el de la vigilancia.
Al menos, según nos cuenta la prensa, los jueces han desestimado la petición de un patriota piadoso que había solicitado el corte de Facebook en Egipto por considerarlo un arma de la prostitución y un difusor de mentiras. Hemos pasado de una revolución que reclamaba Facebook, Twitter y YouTube a la sociedad de la vigilancia.


No sé qué campaña tendrá más éxito, si la de bajar el precio de la carne o la de sacar a los salafistas del partido Nour del espectro político. Las dos son peligrosas a su manera. Las grandes subidas de precios en Egipto siempre han tenido algún tipo de consecuencias. El paso a la sombra de los salafistas también lo tendría. Puede que se cambien de nombre, pero nunca lo harán de ideas. Estarán ahí, a la espera tranquila de poder ocupar más espacio del que tienen. No tienen prisa. Fue la prisa lo que llevó a Morsi a donde está.


* "Nationwide campaigns boycott local meat" Egypt Independent 25/08/2015
http://www.egyptindependent.com//news/nationwide-campaigns-boycott-local-meat
** "The 'no to religious parties' campaign gains momentum" Ahram Online 26/08/2015 http://english.ahram.org.eg/NewsContent/1/64/138915/Egypt/Politics-/The-no-to-religious-parties-campaign-gains-momentu.aspx

*** "Sisi calls for unifying Egypt's electoral lists" Al-Monitor  3/06/2015 http://www.al-monitor.com/pulse/originals/2015/06/egypt-sisi-call-unify-electoral-lists-elections-parties.html