lunes, 23 de marzo de 2015

Muerte de una activista delgada o del fatalismo a la desfachatez

Joaquín Mª Aguirre (UCM)
Es difícil encontrar un grado mayor de cinismo. Es probable que solo Putin y algún otro se atreviera a dar una respuesta como la que ha dado el jefe responsable de los forenses egipcios tras la investigación sobre la muerte de la activista Shaimaa El-Sabbagh a causa de los disparos de la Policía mientras iba a llevar flores a los mártires dobles —de entonces y de ahora— de Tahrir.
Hasta el diario Al-Ahram Online ha puesto comillas al titular, incapaces de soportar una vergüenza de este calibre: " Police birdshot killed activist El-Shabagh because 'she was too thin': Egypt forensic spokesman". ¡Insólito! Primero te matan y después se burlan.
Señala Ahram Online:

An Egyptian leftist activist shot by police with birdshot in January died "because she was too thin," a spokesman for the forensic medicine authority said on Saturday.
Hisham Abdel-Hamid said that the 33-year-old Shaimaa El-Shabagh had "no fats, so [birdshot] particles easily penetrated into her heart and lungs causing her death."
"She was not supposed to die…this is an extremely rare case," Abdel-Hamid told a news show on private television channel Sada El-Balad.
"It is impossible that small-particle birdshot from an eight-metre distance kills…But this is her fate," he added.
Abdel-Hamid continued to explain that the person standing next to El-Sabagh in the protest was not killed despite being shot in the neck as he had "a layer of fat."*


Los forenses egipcios —grandes especialistas en examinar virginidades para determinar si la han perdido durante las protestas antigubernamentales; grandes especialistas en la exploración de esfínteres anales, también para expedir certificaciones sobre homosexualidad— han determinado que el destino de Shaimaa El-Sabbagh comenzó a torcerse cuando empezó a perder peso. ¡Si se hubiera dedicado a comer en vez de a la política! ¡Si hubiera hablado menos por tener la boca llena! Su destino, nos dice ese genio del arte forense llamado Hisham Abdel-Hamid, esa mente preclara, estaba marcado por el ritmo angustioso de la báscula.


Ese "pero era su destino" debería ponerse en la entrada de los aeropuertos, carreteras y puertos de Egipto, la madre de la Humanidad. Deberían saberlo todos los que allí llegan. Deben saber todos que hay que ir a Egipto bien comidos, no sea que la bala que el destino ponga en tu camino te pille con el estómago vacío, con las costillas marcadas y aquello que en otros se salda con una pequeña incidencia, casi una tirita, se pueda convertir en tu muerte, insha'Allah.
En Egypt Independent también dan cuenta del insulto del forense a la inteligencia, a la vergüenza y a la historia:

Bird shot is not deadly if shot from a long range, but an activist killed by those shots in January by police, was “too skinny” to survive them, said Egypt’s top forensics official.
Activist Shaimaa al-Sabbagh, from the Socialist Popular Alliance, was shot dead during a symbolic march in Downtown Cairo on 24 January that marked the fourth anniversary of the 2011 uprising against former President Hosni Mubarak. A police officer was referred to criminal court earlier this month for her death.
Hesham Abdel Hamid, head of Egypt’s Forensic Medicine Authority, told Sada el-Balad’s Ahmed Moussa on Saturday that forensic reports concluded Sabbagh was shot from 8 meters away, which would not be deadly in normal cases.**


¡Increíble! Primero se detuvo a un compañero de la víctima, acusándolo de su muerte, mientras había ido a declarar. Los jueces no quisieron pasar por esa vergüenza y lo dejaron libre. Las evidencias fotográficas, videográficas y los testimonios de los presentes no dejaban lugar a dudas: el policía le disparó a muy corta distancia. Está registrado el disparo y la caída. Por eso se trata ahora de pasar de forma ridícula e insultante la responsabilidad a la víctima. Estaba "demasiado delgada"; era su destino. En "normal cases", dice la noticia, no habría muerto. ¿En circunstancias "normales"? ¿Qué tiene de "normal" que te disparen?

Egipto está pagando las contradicciones de su presente, un momento en el que salen de las cárceles, liberados de cargos, los antiguos represores, aquellos contra los que se sublevó el pueblo egipcio. Pero no, no era el "pueblo egipcio" según las últimas versiones. Eran islamistas y simpatizantes dispuestos a amargarle la vida al buen padre Mubarak, digno servidor de la patria. Egipto racionaliza sus propias fantasías hasta que no ya pueda aceptar más incongruencias, contradicciones y desvergüenza.
Están salvando la dignidad nacional los muertos, los que cayeron entonces y ahora por un futuro mejor. Los que ahora están son los mismos que estaban y el informe del forense es la renuncia definitiva al futuro. Es la misma justificación con la que se encerrado, se ha hecho desaparecer, se torturado.
Las palabras del presidente al-Sisi sobre los derechos humanos —me encantan, pero no por ahora—, las palabras del ministro de Justicia Transicional y Reconciliación Nacional (¡sí, han leído bien!) diciendo que se están ocupando del "80%" de las "observaciones" de Naciones Unidas, pero que el restante 20% no lo cumplirán por "cuestiones religiosas y valores nacionales", suenan a burla ante el informe del Forense Jefe. ¿Es la mezcla de fatalismo y desfachatez un valor nacional?


En Egypt Independt, en enero de 2012, un año después de la revolución del "25 de enero", se entrevistaba al nuevo jefe de FMA, la Autoridad Médica Forense, Ihsan Kamil Gorgy. La entrevista se hace mientras llegan gritos desde la calle; son los familiares de los muertos en esas fechas turbulentas del periodo entre la caída de Mubarak y el futuro ascenso de Morsi. Son muertos en los enfrentamientos con policías y militares, un periodo que al Egipto actual no le gusta recordar pero que forma parte de su historia. El teléfono, contaban en la entrevista, no paraba de sonar en el despacho forense:

The scene isn’t much calmer outside the building. A group of Ultras (football fanatics) have just walked away. Earlier they had protested angrily while waiting for the body of one of their comrades to be released from the morgue. Mohamed Mostafa was killed in the last round of violence with military personnel near Tahrir Square in December. From his window on the second floor, Gorgy could hear the crowd shouting in reference to the killing: “This is disgraceful, you infidels!”
“If I were in their position, I would do the same thing,” says the 58-year-old Gorgy. “Families come here in anger and assume that I am part of the regime and that my job is to protect that regime. But I consider myself only a forensic doctor.”
In early May, Gorgy was appointed as chief forensic doctor, succeeding Ahmed al-Sebai in a step widely seen an attempt to purge the Forensic Medicine Authority (FMA) of remnants of the old regime. With his Upper Egyptian accent, the Assiout-raised Gorgy says he takes it upon himself to reverse the FMA’s “bad reputation.”***


Pero el ambiente postrevolucionario no es el que se vive ahora, absolutamente involucionista. El Forense Jefe contaba cómo había tenido que contradecir los informes policiales y certificar que los muertos lo habían sido por heridas de bala de los cuerpos de seguridad que disparaban en la calle y desde los tejados. Como profesional, trataba de luchar contra esa "mala reputación" que ha servido de tapadera a los crímenes del régimen.

La absurda explicación de la muerte de Shaimaa El-Sabbagh dada por el Forense actual, demuestra que pronto se ha vuelto a las viejas prácticas encubridoras de los crímenes institucionales, que el Estado desea una sola voz y una sola versión de lo que ocurre en las calles. De los veinte muertos en la avalancha provocada por el cerco policial y los gases lacrimógenos, producida hace unas semanas, también se ha responsabilizado a los islamistas infiltrados. Sin embargo, lo que las cámaras mostraron no tiene nada que ver con esa versión. La policía los arrinconó y después les lanzó las granadas de gas. En la estampida se mataron por asfixia. Pero nadie es responsable oficialmente de lo que ocurre, de ninguna muerte. Es el destino.
En el artículo de principios de 2012 se recordaba el papel de la policía y las versiones de los forenses sobre la muerte de Khaled Saeed:

The integrity of the forensic body came into question after forensic doctors released the infamous report on Khaled Saeed, the young man from Alexandria who was tortured to death by two policemen in June 2010. While the photograhs of his deformed face and broken jaw went viral in the media, the FMA said that he had died of asphyxia after swallowing a bag of narcotics. The FMA was accused of twisting realities to acquit Mubarak’s police.
Both Refai and Gorgy hold that this report manifested several technical flaws. First, examiners violated international protocols by not taking pictures showing the wounds. Second, they did not make all the necessary medical tests.
The public outrage that Khaled Saeed’s death elicited is now considered a prelude to the 25 January revolution.
“The society and the state should realize the [FMA] influenced all court rulings, and hence should look into what is needed to improve its performance and credibility,” says Abdel Hamid.***


El asesinato de Khaled Saeed, en efecto, fue el detonante de la vergüenza. Pero Egipto llevaba entonces treinta años haciendo chistes sobre Hosni Mubarak. Hoy los chistes contra la autoridad están mal vistos y los cómicos y críticos tienen callar, emigrar o arriesgarse a ser considerados traidores, conspiradores islamistas u occidentales, que ya no se sabe qué es peor. 
A Shaimaa El-Sabbagh, nos dice el forense, la mató su delgadez; era su destino, señala. Ya habían avisado que la retórica previa apuntaba a considerar atenuantes en la actuación policial, pero nadie se esperaba algo así, tal desfachatez. Desde este momento se pueden abrir cráneos por tener los huesos frágiles, morir de asfixia por tener poca capacidad pulmonar o cualquier otro aspecto que la fértil imaginación egipcia considere. Es el destino; no hay otra.
El informe de la autopsia de Shaimaa al-Sabbagh, de la que el presidente dijo que la consideraba una hija —también Mubarak consideraba sus hijos a todos los egipcios—, es un insulto a su memoria y a la de todos.
Solo nos queda honrar la memoria de Shaimaa El-Sabbagh, de su familia. Recordarla unida a los que realmente levantaron la cabeza para decir con orgullo que querían más libertades. 



* "Police birdshot killed activist El-Shabagh because 'she was too thin': Egypt forensic spokesman" Ahram-Online 22/03/2015 http://english.ahram.org.eg/NewsContent/1/64/125838/Egypt/Politics-/Police-birdshot-killed-activist-ElShabagh-because-.aspx
** "Top forensics official: Slain activist was too skinny to endure bird shot" Egypt Independent 22/03/2015 http://www.egyptindependent.com//news/top-forensics-official-slain-activist-was-too-skinny-endure-bird-shot
*** "In Egypt's forensic medicine authority, a revolution" Egypt Independent 04/01/2012 http://www.egyptindependent.com/news/egypts-forensic-medicine-authority-revolution





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