martes, 24 de marzo de 2015

Historia de Sisa o el premio del no ser

Joaquín Mª Aguirre (UCM)
Esta es una historia corta de una historia larga, la que lleva a una mujer joven, embarazada y viuda a transformarse en hombre para evitar todos los males que le llegan a una mujer joven, embarazada y viuda. Es una historia corta de penalidades infinitas y alegrías escondidas.
Ocurrió en Egipto, donde ocurre lo bueno y lo malo; donde ocurre lo que no debería ocurrir, pero donde encontramos ejemplos de cómo sobrevivir a ello. Es la historia de Sisa Gaber Abu Douh,  quien decidió que sacaría adelante al hijo que llevaba dentro sin tener que aceptar un nuevo matrimonio.
Sisa Gaber Abu Douh acaba de ser galardonada por el gobierno egipcio en la celebración del  Día de la Madre, cuyos premios se entregan por estas fechas. La han galardonado por esos más de cuarenta años disfrazada de hombre, trabajando de limpiabotas o albañil. Hoy tiene sesenta y cinco, aunque habría que sumarle los años de cada una de las vidas, la masculina visible y la femenina que nunca abandonó, porque solo por un sentido profundo del amor hacia la hija que llevaba dentro decidió cambiar de vida.
La prensa y la televisión egipcias se han ocupado estos días de Sisa Gaber Abu Douh. Su vida doble ha llegado más lejos y hasta The Jerusalem Post ha dado cuenta de su proeza adaptativa:

Her husband died when she was six months pregnant with her first child. She was forced to disguise herself as a man to find work, as women were not hired for manual labor jobs in Egypt in the 1970s.
She cut her hair, dressed in loose fitting robes and a turban, finding work as a shoe-shiner, farmer and in construction to provide for her daughter.
Many knew her secret, adding to the respect for her work ethic in her hometown of Luxor, where she became a local legend.*


Aquí contamos muchas historias de mujeres y esta es singular, sin duda. No sé muy bien lo que se ha querido premiar en ella, si su astucia, su temor a lo que pudiera pasarle en una sociedad donde más del noventa por ciento de las mujeres han sufrido alguna forma de acoso, o cualquier otra circunstancia que se me escapa. Es la historia real de una mujer y madre invisible; es la historia de una huida, de una infiltración en el otro bando.


La abnegación de esta mujer, su sacrificio fue una forma de rebelarse contra un destino social y personal que estaba claro entonces. No era sencillo casarse para no estar sola con el hijo de un muerto en camino. No hay romanticismo en esta historia; es puro realismo. Ocultar su condición de mujer y madre era preferible a la búsqueda de un hombre protector. Hizo lo más descabellado, que le pareció más juicioso: renunciar a su condición externa de mujer.
En Egypt Independent dieron más luz al caso:

After becoming a widow in Upper Egypt with no breadwinner, life swept black into the eyes of six-month pregnant Sisa Gaber Abu Douh, now 64, who at a young age bravely decided to disguise herself in men clothes to save her own daughter from poverty. 
But, after 43 years of struggle, Douh received the honor of winning the annual Role Model Competition held by the Social Solidarity Ministry celebrating mother's day. 
When Douh's husband's died, she turned a new leaf in her life; unlike many other women, she refused to remarry because of her daughter and decided to work. 
In order to protect herself from men's harassment and gossip, she dressed in a baggy traditional men's galabya and turban, held a shoe cleaning kit and began to work alongside other male shoeshiners in small, close villages where no one knews her.**


A veces se es héroe por mera supervivencia. Que los que la conocían la apoyaran con su silencio encubridor es el indicador de cuál hubiera sido su destino y el de su hija en un mundo agresivamente masculino. Sin poder ganarse ella misma el pan, sin un marido a su lado que la protegiera, la única salida es la que tomó: la aventura de sobrevivir disfrazada de hombre. De esa forma llevaba el pan a casa y no la desgracia.
Su vida habrá sido muy dura, pero seguro que no tanto como la que le hubiera tocado vivir siendo una viuda sola con un hijo en la ciudad de Luxor.
Dije que esta historia era corta y lo será. La sociedad da medallas a los que sobreviven a sus maldades. Los honores que reciba los recibe a cambio de las ayudas que jamás recibió cuando las necesitaba. Se premia el coraje de una madre que como madre habría sido alimento de los lobos. Se le premia lo que tuvo que ocultar.
Enhorabuena por el premio que la vida le concedió: el valor. Los aplausos llegan tarde y nadie le devolverá su vida. Pero seguro que ella no se queja. Sabe que lo otro hubiera sido mucho peor.
No hay romanticismo; solo la supervivencia en el camuflaje.



* "Egypt's Sisi honors woman who dressed as man for 40 years to provide for family" The Jerusalem Post http://www.jpost.com/Middle-East/Egypts-Sisi-honors-woman-who-dressed-as-man-for-40-years-to-provide-for-family-394793

** "Upper Egypt woman raises daughter disguised, working as man for 43 years" Egypt Independent 21/03/2015 http://www.egyptindependent.com/news/upper-egypt-woman-raises-daughter-disguised-working-man-43-years






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