miércoles, 12 de noviembre de 2014

Los superempollones

Joaquín Mª Aguirre (UCM)
¡A estos los quiero yo en clase! Nos cuenta el diario El Mundo que el Tribunal de Cuentas ha detectado alumnos apuntados masivamente a cursos de formación. "Son especialmente relevantes los cursos realizados por una persona, que ascendieron a un total de 101", recogen. ¡Esto sí que es "formación"! Dicen que hay otros, no tan destacados como el "101", que se sale, alguno que sobrepasan los 90 y un tercero con 62.
Explica El Mundo:

El Tribunal no facilita los nombres de estos trabajadores o desempleados tan ávidos de formación, pero sí señala la irregularidad que supone. "Hay que señalar que tan sólo 398 alumnos efectuaron un total de 6.068 acciones formativas, siendo especialmente significativa la realización por determinadas personas, de más de 50 cursos formativos con cargo a la misma convocatoria".
"Es una multiparticipación que este Tribunal considera contraria a los principios de igualdad y objetividad en el acceso a los planes de formación, así como a los principios de igualdad y objetividad en el accesos a los planes de formación, así como a los principios de eficacia y eficiencia en el uso de los recursos públicos, al verse limitado el acceso de otros alumnos", afirma el informe. Sólo ese año, el Estado repartió subvenciones superiores a los 400 millones en cursos de formación.*


He leído este último párrafo varias veces. ¿Están de guasa? Puede que sea por alguna extraña circunstancia que se me escapa. ¿De verdad que piensan que esto es un problema de que "unos" han hecho muchos cursos y "otros" muy pocos? Puede que estén obligados a decir estas cosas porque ellos no pueden ir más allá, pero como razonamiento me parece un poco, no sé... ¿naif, quizá? Espero que sea achacable a la naturaleza especial del Tribunal de Cuentas, a su propia materia.
El fraude de los cursos de formación —entiendo— no es que unos se hayan formado "mucho" en detrimento de terceros. Si los cursos se realizaron y se cobraba por alumno inscrito, ¿qué más les daba que los alumnos fueran unos u otros? Habrá cursos que se hayan dado y que una vez cubiertos se hayan engordado con esos superempollones de los que se tiraba de datos por pura pereza y porque serían de confianza. Habrá otros que no se hayan dado, sencillamente. Y es ahí donde volverán a aparecer los reincidentes formativos.
Asumamos que es cierto. Si un alumno asiste a 101 cursos de formación y sigue sin encontrar un empleo es que algo falla. A elegir: en el alumno, en los cursos o en el mercado laboral. Todos juntos quizá. O el alumno no se entera o los cursos no valen para nada. Es mejor que el alumno no exista o que se haya limitado a ceder sus datos. La hipótesis benigna es el fraude.

El segundo párrafo parece dar a entender que esos alumnos asistieron realmente a 101, 91 y 62 cursos, por citar solo los tres primeros puestos del ranking. Es demasiada buena fe. Me imagino que esa será la segunda parte, una vez detectadas esas iteraciones, saber si los susodichos fueron realmente a clase o simplemente estaban de "imaginaria". El Tribunal de Cuentas ha ido por otras vías, especialmente las de las subcontrataciones, que es donde está el negocio realmente, algo que debería definirse mejor, en su esencia y objetivos pues hace que proliferen empresas que viven de esto.
El diario El País hablaba ayer, refiriéndose al caso de la venta los medicamentos al exterior, con farmacias y distribuidores implicados, como de un fraude infame, abyecto y demás pues había dejado desabastecidos de fármacos a enfermos de cáncer y otras enfermedades para obtener ganancias del 800%. En efecto, es una infamia. Pero los fraudes en los cursos de formación no le quedan a la zaga.


Que en un país con unas escandalosas cifras de paro —y en especial de paro juvenil— se haya tirado el dinero en formación convirtiéndolo en la ganancia de desaprensivos, entre empresarios y sindicatos que se supone que los organizaban, es grave. Cuando pensamos en ese dinero que se han embolsado algunos, empresas y sindicatos,  que estaba destinado a que tuvieran mejores oportunidades de trabajo los que son ignorados o explotados por el mercado laboral, entra bastante irritación. Quizá en problema más grave de España es que no se han solucionado los problemas porque era más rentable vivir de ellos. El ingenio de todos estos sinvergüenzas se ha puesto al servicio del fraude y no se ha empleado en cómo salir de las malas situaciones por las que pasamos. Así muchos de los que gritan pidiendo más fondos para sus causas acaban viviendo de ellas. Como al Tribunal de Cuentas, no nos salen muchos números.
Espero que si se llega a saber quién es el alumno de los 101 cursos, ese superempollón, ese al que el conocimiento le rebosa por las orejas, no resulte ser el "Pequeño Nicolás.


* "El Tribunal de Cuentas detecta que un alumno se apuntó a 101 cursos de formación subvencionados" El Mundo 12/11/2014 http://www.elmundo.es/economia/2014/11/12/5462641fe2704e2b138b457e.html?a=9f78b2f42b14bf514444c02f7089c1f0&t=1415767203



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