martes, 1 de abril de 2014

Farage, tan británico él

Joaquín Mª Aguirre (UCM)
Las declaraciones del "líder" antieuropeísta británico, Nigel Farage, reconociendo su admiración por Vladimir Putin y su forma de actuar tiene tanto de boutade como de estupidez irresponsable. Tan británico él. Cuando fue entrevistado por la revista CQ, le preguntaron sobre su líder admirado y su respuesta fue: "As an operator, but not as a human being, I would say Putin."*
No se entiende muy bien que para atacar a sus compatriotas tenga que establecer comparaciones poco presentables con el nuevo zar ruso. Esperemos que Putin no emprenda nuevas acciones que hagan que el señor Farage, tan británico él, se tenga que tragar sus palabras. La condenable, para Farage, es la Unión Europea, que —según él— tiene las manos manchadas de sangre por alimentar las esperanzas de países como Ucrania, Siria o Libia ("[...] the European Union had "blood on its hands" for encouraging rebellion in Ukraine, Syria and Libya.")*

El diario The Guardian le dedicaba un par de artículos para que sus declaraciones no se pierdan en la piadosa niebla británica:

Nigel Farage has repeated his admiration for Vladimir Putin, saying he respects him more than the "kids" who run Britain, as Nick Clegg condemned support for the Russian president as "utterly grotesque".
The Ukip leader said he did not like or trust Putin, or want to live in Russia, but he was doing a better job on foreign policy than David Cameron and the foreign secretary, William Hague.
A number of politicians have expressed surprise about Farage's comments in an interview with GQ magazine, in which the Ukip leader said Putin was the world leader he most admired as an "operator".
"The way he played the whole Syria thing. Brilliant. Not that I approve of him politically. How many journalists in jail now?" he said.*

El mundo se está llenando de personas poco democráticas, eso es una evidencia. El gobernante autoritario, en plan "macho man", arrasa en las masas que ven en estos líderes testosterónicos una figura paterno-brutal con la que dar rienda suelta a los malos instintos políticos. Son maleducados y presumen de ello para regocijo de sus aplaudidores.


Debería darle vergüenza al señor Farage tanto presumir de británico para acabar mostrando su admiración por un zar imperialista, homófobo, ultranacionalista y que acaba de dar una demostración de cinismo histórico en Ucrania con la anexión descarada y humillante para un pueblo entero de Crimea.
El señor Farage, tan británico él, no es un incordio novedoso. Él no es un "macho man" porque le va más bien la lengua viperina y chistosa. Quiere ser una mezcla maledicente de Oscar Wilde y de Mr Bean, es decir, de alguien que no pierde la oportunidad de hablar y que sin embargo estaría mejor callado. Rescato un artículo que le dedicó el diario El Mundo allá por 2009. En la foto ya se le muestra distante y con una ceja arqueada, como si tuviera un problema en la pituitaria. El texto retrata bien al personaje, al que desde el titular se califica como "el hombre más odiado de la Eurocámara":

Farage es conocido por hablar sin matices. Compara a la UE con la antigua Unión Soviética y dice que las reformas de Lisboa le recuerdan a la debilitación de la democracia en la República de Weimar previo al ascenso de Hitler. Dice abiertamente que la mayoría de quienes están a favor de una Unión federalista tienen esa actitud porque vienen de "no-naciones" insignificantes ("como Bélgica, esa broma de país") y denuncia que el nacionalismo de antaño ha sido reemplazado por un europeísmo militante, excesivo.
'Schulz es incapaz de ser ultranacionalista por la vergüenza que siente por lo que hicieron sus padres; ha cambiado su enfoque de exaltación de Berlín a Bruselas'.
"Debes ver a Schulz cuando tocan el himno europeo -es pura repetición del viejo himno nazi, reacciona como si estuvieran tocando 'Deutschland, Deutschland über alles'-. Schulz es incapaz de ser un ultranacionalista alemán por la vergüenza que siente por lo que hicieron sus padres; en vez ha cambiado su enfoque de exaltación de Berlín a Bruselas".
Sus comentarios en los debates han provocado la ira de varios presidentes de la Eurocámara. El alemán Hans-Gert Pöttering le acosó en un ascensor y le dijo que no quería a personas como él en el Parlamento, según cuenta el inglés. El actual presidente, Jerzy Buzek, le ordenó a comparecer en su despacho para llamarle la atención hace unas semanas. "Tuve que ir al despacho del 'profe', y creo que no le hizo gracia que pidiera un gin tonic cuando me ofreció un café". Según Farage, Buzek dijo que consideraba inaceptable sus 'insultos' en la Eurocámara. Cuando el británico le pidió que le diera un ejemplo del lenguaje ofensivo, el presidente del PE citó un discurso en el cual se había referido a ciertos eurodiputados como "pigmeos".
"Yo le respondí, 'Pues tampoco son gigantes, pero no pasa nada, señor: ¡de ahora en adelante me referiré a ellos como lilliputianos!' Se enfadó bastante. No pueden conmigo".**


No sé si los padres de Farage sienten vergüenza de él, pero deberían. Puede que, como piensa de Schulz, también la sientan sus hijos el día de mañana por tener un padre tan bocazas.
A la vista de su trayectoria verbal, comprendemos que Nigel Farage es el complemento perfecto para Vladimir Putin. Los dos disfrutarían —como "pigmeos" o "liliputienses"—, con su gin tonic uno y con su vodka el otro, de una "noche de chicos" en la que un Nigel parlanchín no pararía de hacer comentarios jocosos sobre los países y los "no-países" y sus gobernantes, mientras a Vladimir le brillan los ojos y emite pequeños gruñidos de aprobación, resultado de su risa interna contenida.

Hace apenas cinco años Farage comparaba negativamente a Europa con la Unión Soviética. Hoy su admiración se destina a su regidor, del que le gusta su estilo de gobernar, aunque no, por supuesto, como ser humano.  Como político, Nigel Farage, tan británico él, se pierde en la senda irresponsable de mostrar admiración por los que han sido condenados por todas las instancias internacionales. Pero a él, esta forma de llamar la atención le parece simpática. Incluso le parece simpático al canal ruso de televisión, RT, que le concede cada vez más espacio, algo que lo medios británicos empiezan a considerar excesivo. Pero él, Nigel Farage, no pierde la ocasión de hacerse notar.
Channel 4 le dedicó un documental titulado "Nigel Farage: Who are You?". La sospecha de que tras la fachada histriónica pueda haber algo más puede convertirse en decepción. Quizá solo hay lo que vemos.



* "Nigel Farage: I have more respect for Putin than for 'kids' who run Britain" The Guardian 31/03/2014 http://www.theguardian.com/politics/2014/mar/31/nigel-farage-respect-vladimir-putin-more-kids-runs-britain


** "Una noche con Nigel Farage, 'el hombre más odiado' de la Eurocámara" El Mundi 08/12/2009 http://www.elmundo.es/elmundo/2009/12/04/union_europea/1259954536.html





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