miércoles, 30 de abril de 2014

La gran pregunta o la ira de los despechados

Joaquín Mª Aguirre (UCM)
La pregunta que se hace todo el mundo es si Vladimir Putin tienen realmente el control de lo que está ocurriendo en el este de Ucrania o si es la ira de los despechados, de los que se han visto utilizados para sus objetivos, la que está llevando, por encima de cualquier otra consideración, a una situación explosiva. Es la gran pregunta. ¿Quieren hacer por su cuenta los habitantes de estas ciudades el mismo proceso separatista que el de Crimea sin entender las diferencias entre uno y otro según los intereses rusos? ¿Han creído realmente la retórica nacionalista de Putin?
No es fácil —como en los viejos tiempos— interpretar al Kremlin. La política rusa (y soviética) ha sido siempre un campo de astucias y escenificaciones internas y externas. Putin está dejando que hablen de forma más directa otros personajes políticos de segunda línea, como el que acaba de decir que los norteamericanos y europeos se busquen un trampolín para llegar hasta la Estación Espacial Internacional. Es lógico que esté muy enfadado porque le han incluido entre los sancionados y eso no hace gracia, aunque sea un signo de reconocimiento de estatus. Putin, en cambio, usa fórmulas como "no me gustaría verme obligado".

Tras las "sanciones" se establece el combate dialéctico, la guerra de los discursos interpretativos, en la que se trata de hacer el cálculo público de los daños posibles. Como lo de la Economía suele ir lento, los políticos y analista describen los futuros efectos de las sanciones, de las que se aplican y de las que se podrían aplicar. Forma parte del duelo dialéctico. El mismo político enfadado, por ejemplo, ha lanzado un aviso a la NASA y a la Agencia Espacial Europea, señalando las consecuencias de la interrupción de los vuelos rusos con astronautas occidentales. Con lo del gas ocurre igual. Te advierten y dejan que tu imaginación calcule los efectos que tendría. Hechos con hechos y palabras con palabras, han señalado que será su táctica, lo que no deja de ser curioso después de invadir y haberte quedado con una parte de tu vecino. Pero Rusia, oficialmente, nunca estuvo allí.


En su columna de The New York Times, Thomas L. Friedman considera que Europa y los Estados Unidos han usado la estrategia correcta ("I think America and the European Union have done exactly the right thing in ratcheting up sanctions on Putin") y que el conflicto es una cuestión de Putin, más que de Rusia, que desemboca en una cuestión de "valores":

Ukraine is not threatening Russia, but Ukraine’s revolution is threatening Putin. The main goal of the Ukraine uprising is to import a rules-based system from the E.U. that will break the kleptocracy that has dominated Kiev — the same kind of kleptocracy Putin wants to maintain in Moscow. Putin doesn’t care if Germans live by E.U. rules, but when fellow Slavs, like Ukrainians, want to — that is a threat to him at home.
Don’t let anyone tell you the sanctions are meaningless and the only way to influence Russia is by moving tanks. (Putin would love that. It would force every Russian to rally to him.) If anything, we should worry that over time our sanctions will work too well. And don’t let anyone tell you that we’re challenging Russia’s “space.” We’re not. The real issue here is that Ukrainians, as individuals and collectively, are challenging Putin’s “values.”*


Creo que no le falta razón a Friedman en cuanto al valor de las sanciones y la forma de actuar frente a otras estrategias, pero todo esto de los "valores" de Putin se queda en el aire si la contestación a la pregunta con la que comenzábamos hoy es "no". Si Putin no controla realmente a los grupos que se han organizado en el este de Ucrania, lo que pueda ocurrir es muy diferente.
Putin sería —en un sentido especial— rehén de sus propios valores: el nacionalismo ruso que le sirvió para reivindicar y anexionarse Crimea, el reconocimiento del teatral referéndum realizado, y finalmente prisionero de sus argumentos sobre los "nazis" que habían tomado el poder en Kiev. Todos esos argumentos son convertidos en esperanzas y temores por los "prorrusos" del este. Quieren: a) ser "independientes" para ser "rusos" —nacionalización en dos etapas—; b) hacer un referéndum para darle los visos de legalidad que Putin —y solo Putin, pues el resto del mundo no lo acepta— ha dado como buena y legal —pueden prescindir de soldados, camiones y blindados si es necesario—; y c) no quieren caer en manos de los hitlerianos ucranianos y occidentales, que es lo que les han dicho, y prefieren pasearse con retratos de Stalin, que ha vuelto a ser el "padrecito" (a la rusa, no a la mejicana, aunque Stalin pasó por el seminario). La retención de los observadores de la OSCE para canjearlos por detenidos, por ejemplo, es un síntoma claro de falta de perspectiva más allá de lo local que no creo que un control férreo desde el Kremlin considerara adecuado para sus objetivos.


Está claro que el objetivo de los secesionistas es llegar a un referéndum, más absurdo que el de Crimea, sin medios para hacerlo y que pondrá a Putin en otro compromiso, salga lo que salga, si es que llega a realizarse. Si se realiza, Putin no tendrá más remedio que mover sus fichas en algún sentido y no tiene muchos, pues se encuentra enredado en sus propios argumentos, creídos todos por los secesionistas.
¿Y si hacen el referéndum y sale que quieren ser independientes? ¿Aprobará la Duma en veinticuatro horas la integración en la Federación Rusa? Me temo que no. ¿Lo aceptará Ucrania y el resto del mundo? Me temo que tampoco.
La tesis implícita en las declaraciones de Serguei Lavrov —que siempre hila fino— de que Kiev estaba atacando a su propio pueblo, como señalamos cuando las hizo, es un mensaje de que los que se creen "rusos" en Sloviansk son "ucranianos" a los ojos de Lavrov. Pero me temo que los "prorrusos" no están de acuerdo. Ellos no quieren ser atacados por su propio ejército, sino por un ejército imperialista que les quiere invadir y pisotear, que es lo que vende.


Pero este conflicto tiene más consecuencias. Me preocupa que de repente, en Siria, se hayan vuelto a utilizar un gases tóxicos, como hay sospechas de que ha ocurrido. La participación de Rusia como valedora de Al Assad en este tema introduce una variable nueva que puede desplazar los focos —o reabrirlos— hacia Oriente Medio. Si se vuelven a utilizar armas químicas, se reabren las "líneas rojas" que pueden hacer que se aproximen las posturas en vez de separarse. Si Rusia no interviene en el control de Siria, Occidente se ve de nuevo obligado a poner en marcha la maquinaria. Cosas peores se han visto y nada une más que los problemas comunes.
La perspectiva de un conflicto doble y simultáneo en Ucrania, con la posibilidad de llegar a las "líneas rojas" de Putin, y en Siria, con la reapertura de las "líneas rojas" de Obama respecto al uso de armas químicas, pone los pelos de punta.


* Thomas L. Frieman "Challenging Putin’s Values"29/04/2014 http://sociedad.elpais.com/sociedad/2014/04/29/actualidad/1398797359_414494.html



martes, 29 de abril de 2014

La corriente o el viaje de Hamoud

Joaquín Mª Aguirre (UCM)
Maher Hamoud, editor del periódico independiente Daily News Egypt, publicó hace dos día la primera parte de una "carta del editor" con  el título "Europe and those Arabs (1): Is the EU having an affair with The Muslim Brotherhood?"*. El texto de Hamoud comenzaba contando la advertencia que le había hecho un conocido al enterarse de que viajaba a Europa, a Bruselas para recibir un premio por su labor periodística en estos dos últimos años: “Tell those EU people to take it easy on Egypt and stop supporting The Muslim Brotherhood.”* En su "carta", el periodista va analizando lo que se desprende del consejo de su conocido: la creencia en una conspiración contra Egipto por parte de cualquiera que discrepe sobre lo que ocurre a ambos lados del Nilo.
Maher Hamoud resalta las nefastas consecuencias, la manipulación constante que padecen los egipcios ante esta paranoia conspiratoria que lo único que hace es mantenerles en un aislamiento distorsionado en el que, cada vez más, se va perdiendo el sentido de la realidad. Cuando analiza la conducta de los gobiernos europeos  respecto al golpe de estado de junio de 2013 y a los acontecimientos posteriores, Hamoud escribe:
[...] the official European line in both levels of national governments and the EU cannot do anything that is not in the direction of condemning the military coup and the unprecedented violence that followed. They simply have no other option, even if some were not that angry about what happened. If they would have taken any other position, it could have been a severe setback in political norms, standards and values that have been deeply carved into the very body of EU thought of governance in the past few decades, which are now taken for granted by average citizens.
Of course, application, especially outside the old continent, is not necessarily in full respect of such values, but there is no single EU leader that dares to publicly disrespect these agreed upon standards, even if believing otherwise. It can be a dramatic political career suicide, if it happens.*


Cualquier persona sensata y con cierta comprensión del funcionamiento de la política entenderá sin dificultades lo que ha querido señalar Hamoud. Ningún líder europeo (ni de ningún sitio) salió apoyando el derrocamiento de Morsi por más que la Unión Europea le recibiera (también dimos cuenta de ello) con toda la frialdad posible advirtiéndole sobre la situación de mujeres y de la minoría cristiana en Egipto tras su ascenso al poder y exigiéndole que abriera cauces de diálogo con la oposición para la aprobación de la constitución islamista. Morsi, por supuesto, respondió que a nadie le importaban los asuntos de Egipto. La misma soberbia que perdió a Mohamed Morsi es la que ha guiado a todos los que han gobernado Egipto antes y después.
Durante años he tratado de que algunos mis amigos egipcios entendieran cómo funciona el mundo más allá de las orillas del Nilo; he tratado de señalarles la necesidad de incorporarse a la comunidad internacional en busca de la estabilidad para poder recuperar un puesto clave en la zona y en el resto del mundo. La mayor parte de las veces han sido esfuerzos inútiles porque todos se siguen alimentando con la idea de la Gran Conspiración Mundial para acabar con el papel de líder en el mundo (no solo en Oriente Medio). Gracias a esta creencia son manipulados por sus gobernantes, que esconden sus errores echándole la culpa a los demás, y se encierran sobre ellos mismos viviendo una fantasía inacabable y suicida. Hay muchos egipcios que son conscientes de esto y no lo llevan bien. Saben que cualquiera que les advierta sobre el desastroso final previsible de sus andadas caerá indefectiblemente en el saco de los conspiradores, los blasfemos y los enemigos de Egipto.

Un ejemplo, para no ir más lejos, es el del propio Maher Hamoud, que ya sufre en sus carnes haberse atrevido a publicar un artículo en ese tono. Cuando leí el artículo hace dos días no había comentarios. Por supuesto ya los hay. Todos recriminatorios y hasta uno que se ya tiene claro porque le "premian" los europeos: es otro vendido más a Occidente, otro traidor infame. "Now you have made me suspicious of these awards they are giving you, maybe, they have to do with your being an apologist for them", escribe el comentarista perspicaz, avalado por las conspiraciones milenarias contra Egipto. Este es el destino probable de aquel que se atreve a decir lo que piensa en contra de esa corriente de la opinión, con mayor fuerza que la del Nilo.
Hoy, de nuevo, el mismo juez que dictó más de 500 sentencias de muerte hace una semanas para escándalo del mundo conspirador, ha vuelto a firmar, tras apenas una hora de juicio, otras casi 700 penas de muerte con una alegría y eficacia desbordantes. Frente a esta forma de actuar, muchos moverán la cabeza con asentimiento. La misma corriente que critica unas cosas acepta otras sin demasiados escrúpulos. Es la corriente que arrastra.
Ayer otro juez ha prohibido las actividades del Movimiento Juvenil 6 de Octubre, una de las piezas clave en la contestación y caída de Mubarak durante la Revolución. ¿Las acusaciones? "Espionaje" y "difamación de Egipto". El ridículo de estas acusaciones nos muestran un paso más en la misma dirección de la corriente que todo lo arrastra. El diario AhramOnline señala:

TV anchors and channels affiliated with remnants of the Mubarak regime accused the group — along with other icons of the January 2011 revolution — of "receiving foreign funds, conspiring against the state and belonging to the Muslim Brotherhood."
Abdel-Rehim Ali made a number of allegations against the group on his show 'Black Box'. In a series of episodes, Ali, who claimed he possessed over 5,000 recordings, aired the private phone calls of prominent activists, including April 6 co-founder Ahmed Maher, claiming they proved the activists had "conspired against state institutions."**


El delirio de la corriente paranoica sigue su curso mediático creando opiniones, moviendo los hilos, orientando las acusaciones contra otros. No es el primer caso en que los protagonistas de shows televisivos egipcios se dedican a la caza de brujas o son usados para ello. Acusar de "espionaje" es decir que están vendidos a esos enemigos exteriores —una categoría global, "lo no Egipto conspiratorio"—, señalar que son dignos de condena por la peor traición.
La segunda acusación es otra de la favoritas de la corriente: la difamación. Supone la difusión de una imagen falsa de Egipto, pero ¿qué imagen están transmitiendo estos jueces y dirigentes del país con decisiones descabelladas y desproporcionadas? Solo en la prepotencia del soberbio que se cree en posesión de la verdad cabe considerar "difamación" la discrepancia. Los que difaman a Egipto son los que actúan en su nombre llevándolo hasta el absurdo las condenas y llegando al ridículo de las acusaciones. Pero es la corriente, la fuerza irracional que arrastra en una dirección.
Los absurdos se suceden cada día con un sistema que ha decidido que es el mundo, en su totalidad, el que está equivocado. Las prohibiciones van ya desde las películas, como ha ocurrido con "Halawet Roh", por ser subida de tono, a protestar contra la ley antiprotesta, una de esas herramientas silenciadoras que la autoridad se ha dado y que puede hacer que acabes muy mal. Son detenidos los que van a protestar porque otros han sido detenidos formando una cadena que puede dejar el país vacío —más bien sus calles— si es necesario.


El diario Egypt Independent nos cuenta la historia del joven de 18 años Abdul Raol Yosri que estaba esperando el metro el 28 de febrero. En una inspección policial rutinaria se le pide que abra su mochila y le encuentran un tirachinas. Es detenido acusado de "pertenencia a grupo terrorista". La familia dice que el tirachinas lo usaba para cazar gorriones y que la Policía le "colocó" octavillas de los Hermanos Musulmanes. Su hermano cree que levantó sospechas porque llevaba el pelo largo, nada más. El periódico nos ofrece un resumen de la situación general:

Random arrests have become common practice by Egyptian security forces after the military overthrew the first democratically-elected president, Mohamed Morsy, on 3 July 2013. These arrests have come amidst a rising number of conspiracy theories and accusations.
Police arrested and detained 21,317 people since the crackdown on dissidents began until the end of 2013, according to the WikiThawra initiative by the Egyptian Center for Economic and Social Rights.
The group says the majority of those arrested are still in detention, as the interim president Adly Mansour issued a decree allowing the indefinite renewal of the suspect's 15 days of pending investigation.
According to lawyers, the decree was issued ahead of an expected overflow of detainees overwhelming the judiciary's processing capacity.***


Lo peor de todo esto es que se hace en nombre de una presunta libertadad futura, modernización y democratización. Es imposible construir nada así. Por el contrario, a lo único que se asiste es a la intensificación de todos los vicios anteriores sin que se perciba más allá de los discursos una modificación de la situación. Decir esto ¿es difamación? Desde su perspectiva, seguro. Parece que Egipto ya no busca la paz, sino el silencio.
Otro caso absurdo, la detención de un joven estudiante de 17 años que había ganado la fase egipcia de un importante premio por la invención de una gafas que permiten controlar con la mirada ordenadores, un dispositivo para personas con minusvalías. Había ganado una plaza para ir a competir a la final del concurso internacional de Intel en Los Angeles, California. Abdallah Assem no podrá ir porque ha sido detenido por la denuncia de alguien que le involucró en la quema de un coche, dijeron unas informaciones, probablemente por envidia, y según otras versiones por manifestarse sin permiso. La publicación Cairo Scene se pregunta:

What do we do when one of our country's youngsters finally does something like, really technologically advanced and good for humanity, and just really represents us well? We arrest them, that’s what! That's right. 17-year old Abdallah Assem, obviously a little prodigy of a kid, was meant to travel to the US next month to represent Egypt in the Intel Science Talent Search (Intel STS) – yes, that's the mega-international brand Intel – for his creation of glasses which enable people with physical disabilities to communicate with the world using their eyes. Unfortunately, his trip has been put on hold because he was arrested this Friday in Cairo, charged with demonstrating without a permit.****


El absurdo sigue ante el asombro de todos los que tienen a bien mirar hacia Egipto. Pero todo el mundo está equivocado, nadie entiende lo que ocurre, según las versiones oficiales.
Cuando Maher Hamoud llegue a Bruselas para recoger su premio por sus trabajos informativos transmitirá a los europeos el mensaje con el que su conocido advertía al mundo: dejad de estar engañados. Nosotros sabemos lo que ocurre, quiénes son espías, quiénes terroristas, quiénes difamadores de la patria, quiénes usan los tirachinas para derribar gobiernos, quiénes desarrollan inventos con fines probablemente perversos, quiénes reciben sospechosos premios buscando —como tú, Maher— congraciarse con ese mundo de impíos y depravados que viven más allá de nuestras fronteras. ¡Adviérteselo, Maher, antes de que sea demasiado tarde para ellos! ¡Nadie puede ir contracorriente!

Felicitamos a Maher Hamoud por su bien merecido premio y sobre todo por saber nadar contra esa poderosa corriente de la complacencia y la adulación. Egipto siempre necesitará gente como él, capaz de decir lo que nadie quiere escuchar, lo que nadie quiere entender.

* "Editor’s letter: Europe and those Arabs (1): Is the EU having an affair with The Muslim Brotherhood? Daily News Egypt 26/04/2014 http://www.dailynewsegypt.com/2014/04/26/editors-letter-europe-arabs-1/
** "Egypt court bans April 6 over espionage claims" Ahram Online 28/04/2014 http://english.ahram.org.eg/News/99998.aspx
*** "Slingshot in backpack puts young man in jail" Egypt Independet 26/04/2014 http://www.egyptindependent.com//news/slingshot-backpack-puts-young-man-jail

**** "Science Prodigy arrested" Cairo Scene 28/04/2014 http://www.cairoscene.com/ViewArticle.aspx?AId=2969





lunes, 28 de abril de 2014

El juego ilusionista

Joaquín Mª Aguirre (UCM)
Hay dos cosas que podemos no percibir: las que son demasiado rápidas y las que son demasiado lentas. Eso ocurre en varios niveles de la vida. Percibimos cambios y diferencias, pero la velocidad de esos cambios es determinante para que lo podamos procesar. En la entrevista que le realizan en el diario El Mundo a la psicóloga neurocientífica, especializada en la magia ilusionista, Susana Martínez-Conde, se resalta esta característica de la percepción:

Es curioso porque se dice que Picasso cambiaba frecuentemente los objetos de su casa para poder verlos.
—No conocía esa anécdota. El sistema nervioso se habitúa a lo que no cambia. Y Picasso es otro ejemplo de la intuición que tienen los artistas que, aunque no cuenten con formación en neurociencia, son grandes estudiosos de la percepción y del comportamiento humano. Picasso es un gran ejemplo porque sus obras demuestran lo bien que conocía el sistema visual, quizás de forma intuitiva.*


Lo que es la base del "ilusionismo" es la creación del ritmo del cambio para dirigir la percepción hacia lo que debe y lo que no debe ver. En eso consiste su secreto, en dirigir la mirada, en hacernos ver lo que no hay y en ocultarnos lo que tenemos delante volviéndonos ciegos.
La anécdota que le refieren a Susana Martínez-Conde Picasso sobre Picasso es muy reveladora y está bien traída por la periodista Ángeles López: la rutina produce ceguera. Lo que tenemos delante debe cambiar lo suficiente como para que podamos evitar que desaparezca tragado por el efecto destructor de lo rutinario. Si, como decían, el que se mueve no sale en la foto, el que no se mueve también desaparece devorado por el vacío de lo repetido, como el tic-tac que dejamos de escuchar porque nuestro cerebro lo da por inevitable y se dedica a atender otros estímulos. Y lo que es válido para la magia lo es para muchas otras circunstancias de la vida: la rutina se traga todo; es la atención la que reclama cambios.


Nuestro mundo tiene mucho de ilusionismo más allá de las pistas y escenarios. El descubrimiento del hecho rutinario hace que estemos bombardeados por pseudocambios cuya función es que nuestro cerebro, aburrido, no los ignore. Aquellos cambios que sean demasiado rápidos también quedan también ocultos al cerebro, que no los procesa. La mano, decimos, es más rápida que la vista.

El principio ilusionista hace, por ejemplo, que Crimea desaparezca de nuestra vista antes de que se pueda reaccionar y donde veíamos "Ucrania" ahora veamos "Rusia", en un acto de escamoteo clásico. El mundo está lleno de ilusionistas, desde lo que se aprovechan de la velocidad de los mercados para especular antes de que los demás se den cuenta hasta los que sacan alumnos de la nada para estafas en cursos de formación. Están los que te hacen ver fortunas en las preferentes o te hacen ver grandes palacios en las euforias de las burbujas. No todo el ilusionismo acaba en aplausos; muchos terminan en llanto cuando ves la realidad y al mago le ha fallado el truco y el cuerpo del voluntario queda en dos mitades o el billete que hemos dado para el juego no reaparece. Entre malos aficionados y verdaderos maestros hay que tener cuidado con cierto ilusionismo.


Nos dice Susana Martínez-Conde que están trabajando también sobre otro gran aliado del mago:

Además de la atención, ¿el humor es un aliado de la magia?
—El humor es muy importante para el mago, tanto como herramienta de vínculo para el público como de manipulación de la atención. En nuestro laboratorio estamos desarrollando investigaciones inspiradas por los magos para desentrañar cómo las emociones afectan a nuestros procesos atencionales. Uno de los magos con el que colaboramos, John Thompson (el Gran Tomsoni), nos dice que cuando el público se ríe el tiempo se para, y entonces el mago puede hacer lo que quiera. Desde el punto de vista de la empatía, al mago le interesa tener una personalidad simpática para que la gente se alíe con él y su trabajo sea mucho más fácil porque el público querrá que el mago triunfe. Lo mismo pasa en otras ámbitos, como en la educación o en la empresa.*


Interesante y verificable esa idea de la detención del tiempo atencional en la risa. Si la base de la atención es la percepción de peligros y amenazas, la risa es la liberación del instinto de defensa aunque sea momentáneamente. La atención entonces se relaja y se percibe con menos detalle lo que ocurre ante nosotros. Los chistes del mago son bombas de humo y cerramos los ojos y nos relajamos placenteramente en la risa, momento en el que se aprovecha para lograr los objetivos buscados.
Hoy los magos son aliados de los científicos y lo podemos apreciar a través de programas como "Brian Games" (National Geographic) en el que se recurre a la magia para explicar el funcionamiento del cerebro y las ilusiones de la mente. Cumplen así la teoría y la práctica, ya que el asombro es otra forma de captar la atención. Nos enseñan con humor. Nacemos curiosos y se nos van los ojos detrás de lo que se mueve, para bien y para mal.


Magos ilusionistas son también los políticos que tratan de hacernos ver el mundo guiando nuestra percepción. Si el mundo es construcción interna con lo que percibimos filtrado de fuera, la lucha por controlar nuestra atención, por usar nuestros modos naturales de percepción sin forzar la voluntad, es constante. Ilusionismo es lo que practican los medios de comunicación al reconstruir para nosotros lo que nos ponen ante los ojos. Son la voz del mago que nos hace percibir el mundo a través del filtro de imágenes o palabras.
Picasso tenía el control de los cambios para mantener viva su atención. Cambiaba su espacio para no perderlo de vista. La mayor parte, por el contrario, deja de percibir lo que tiene delante por efectos de esa rutina y es seducido por los llamativos trompeteos que nos distraen y nos reclaman. Quizá el recurso final para sobrevivir entre olvidos y estridencias sea, como hacía Picasso, hacer el esfuerzo de ser conscientes de lo que es importante para evitar que nos lo escamoteen en el juego cotidiano del secuestro de la atención. Las cosas más relevantes corren el riesgo de dejar de ser valoradas cuando se convierten en rutina, del amor a las libertades.
  

* ENTREVISTA Susana Martínez-Conde 'El cerebro es el gran compinche del mago' El Mundo 28/04/2014 http://www.elmundo.es/salud/2014/04/28/533efa7022601d961b8b4582.html?a=2a42c35f2973d0fcabad3af57a421ade&t=1398662147




domingo, 27 de abril de 2014

Cartas europeas

Joaquín Mª Aguirre (UCM)
Tras un interesante análisis del origen y desarrollo de la crisis económica, de los errores cometidos en el tiempo, de las insuficiencias y desacuerdos europeos frente al resto del mundo, el artículo de Emilio Trigueros en el diario El País, titulado El sentido de Europa, termina con las siguientes conclusiones:

A pesar de todo, nos hace falta Europa y no deberíamos renunciar a construirla por más insatisfacción o confusión que nos suscite, como necesitamos esta democracia por más imperfección que acumule. La Europa que une a países y ciudadanos es, además, algo más que un entramado economicista; de alguna manera, nuestra Europa nació en los siglos en que los pensadores de la filosofía y la ciencia de distintos países se escribían cartas para debatir métodos y abrir caminos comunes en las regiones del entendimiento, desde una comunidad de espíritu; esos pensadores podían construir juntos una nueva época porque vivían en una sociedad donde para muchos de sus conciudadanos eso constituía un empeño valioso y natural. Tanto tiempo después, nos sigue uniendo cierta conciencia colectiva de que la razón y el bien pueden fundar las bases de la organización social, junto con un sentido último compartido de la libertad y la dignidad. Es en nuestro diálogo incesante sobre decisiones y representación, sobre poder y democracia, sobre dudas y posibilidades, o sobre si la verdad, el bien y la belleza son la misma cosa, donde reside ese espíritu de Europa que no puede extinguirse, y no debería nunca dejar de escucharse.*

Concuerdo plenamente con la idea y creo que es necesario incidir en ella en estos tiempos en que está de moda tanto el descreimiento como el interés torticero. Creo que efectivamente en el espíritu e idea de esa Europa "epistolar", la surgida —como bien señala Trigueros— al hilo de los intercambios entre personas que participaban en unas búsquedas comunes en los campos de la verdad y la belleza. Es de esas redes —filosóficas, científicas, estéticas...— de donde surge la voluntad de entendimiento por encima de las realidades cruentas que tenían que soportar por siglos de enfrentamientos políticos y religiosos.
Hay una idea de que la unión de Europa surge para evitar más guerras y conflictos entre los países del continente, enfrentados permanentemente. La unión sería como una especie de estado impuesto ante tanta beligerancia histórica, frente a tanto nacionalismo peligroso. Los enfrentamientos se realizarían ahora a través de otras fórmulas, básicamente la competencia económica. Esta idea es nefasta porque considera a los europeos como enemigos naturales cuya única salida se limita a cambios en las armas y medios usados para combatir.
La idea de una Europa comunicativa, en cambio, refleja como natural el intercambio de objetivos e ideas en ámbitos muy diferentes. Basta con escarbar un poco en la historia para que aparezca el intercambio con los rincones más alejados del continente movidos por los intereses comunes, por las ideas compartidas, por los sueños imaginados por personas distantes.

De nuevo se desaprovecha una campaña europea para incidir en lo que nos une. Quizá las campañas electorales no sirvan para unir, sino que son espacios destinados a la confrontación y al distanciamiento. Además de algunas cuestiones técnicas sobre el formato de la Unión —que son también importantes y necesarias— habría que insistir más en los elementos no estrictamente políticos y económicos que forman parte de la cultura y la identidad común que está por definir, por unir las piezas dispersas. Una Europa de políticos y economistas habla de "política" y de "economía". Es una obviedad que hay que recordar para no pedir peras al olmo. Los discursos sobre Europa no pueden ser únicamente los que escuchamos y tiene que existir otro tipo de foros, de escenarios y programas más allá de los que se usan habitualmente.
Hace dos cursos organicé con mis alumnos chinos de posgrado un seminario con el título "Introducción a la cultura europea". No solo fue muy interesante para ellos, sino que lo fue también para mí, pues el reto era tratar de explicar "Europa", algo que no acabamos de entender bien. Nos movimos por todo tipo de textos —del ¿Qué es la Ilustración? kantiano al primer Manifiesto surrealista de Breton; del Discurso sobre las Artes y las Ciencias rousseauniano al El Malestar en la cultura freudiano— viendo cómo desde estos y otros se indagaba en un espacio cultural problemático en el que no había que señalar tanto características como tensiones y deseos. Por eso comparto plenamente la idea señalada por Emilio Trigueros de Europa como un espacio de "diálogo incesante", como un espacio dubitativo necesitado de diálogo. Europa es diálogo porque es esencialmente posibilidad, un poder ser que deviene de su propio deseo de libertad. Ese es su motor, como es la duda el motor de la búsqueda de la certeza cartesiana.

Hay que integrar Europa en nuestro espacio cotidiano a través del diálogo abierto en todos los escenarios. Y hay que crecer en la idea de Europa a través de la educación. La Historia surge como disciplina vinculada al nacionalismo del siglo XIX; surge como un campo de acumulación de diferencias para construir las nuevas identidades nacionales ante países —muchos de ellos recién formados— que necesitan urgentemente de una retórica que movilice los ímpetus de los "ciudadanos", concepto nuevo frente al de "súbditos" o "vasallos", que iban por otros derroteros motivacionales, los de la obediencia.
La necesidad de crear esa identidad europea real, no vinculada románticamente a la tierra o a la lengua como exigían los cánones románticos y organicistas políticos decimonónicos es una vía inédita. Europa reclama una identidad de las diferencias internas, como riqueza; no una definición de diferencias externas como conflicto. Sentirse "europeo", es decir, partícipe de una entidad con tierras distantes y lenguas diferentes, es un reto que solo la "cultura" común puede ayudarnos a componer. Nuestras historias políticas, artísticas, literarias son "nacionales". Va siendo hora de concebirlas a imagen de las filosóficas o científicas, mostrados esas conexiones del pensamiento en la búsqueda de  "verdad, bien y belleza", en donde las raíces nacionales son de menor importancia.
Empeñadas en lo "nacional" para marcar distancias, estas historias ocultan muchas veces esas conexiones con otras obras o personas distantes; las influencias y relaciones que podríamos resaltar en vez de silenciar. La cultura —las ideas, las formas...— es permeable y viajera, gusta de los mestizajes y los encuentros. Son los que buscan la "pureza" incontaminada los peligrosos; la vida real es intercambio: del arte a la gastronomía, de la filosofía a las matemáticas.

Mientras no haya una idea de que el europeo es responsable de toda Europa, de que le afecta la pobreza o la injusticia que se pueda dar en cualquier rincón de nuestro espacio, que está comprometido con la mejora de todos, será difícil convencer a la gente de que Europa no es ese "entramado economicista" del que habla con razón Emilio Trigueros. No es ni será fácil conseguirlo, pero es deber de los que se sientan comprometidos intentarlo en sus esferas. Usted es europeo si se siente europeo; tendrá que definir qué significa eso para usted, dotarlo de sentido. De otra forma no será europeo; simplemente estará en Europa. Ser y estar son dos verbos que indican distintos estados. A muchos hoy les cuesta incluso el simple estar, no ya el ser, que ni se plantean o rechazan.
Se ha insistido demasiado en los beneficios económicos como móvil para la integración en Europa; poco en cambio en los de otra naturaleza, sobre todo los de tipo cultural en sentido profundo. Por eso la crisis económica enfría los ardores europeístas de muchos. El economicismo torticero que nos guía ve nuestra unidad como una forma de estímulo de la competencia confundiendo Europa con sus empresas y fábricas. También hay que desligarla de eso para que se convierta en una experiencia de ampliación de lo valioso que siglos de cultura, de ideas, de principios pueden ofrecernos.
Desde fuera se nos percibe como una unidad y así hablan de nosotros, los "europeos" como una categoría distinta a "españoles", "alemanes", "ingleses" o "franceses". Nosotros, en cambio, cuando decimos "Europa" nos referimos a algo ajeno que está fuera de nuestros espacios mentales. Europa somos nosotros y podremos serlo más en la medida en que avancemos en la mejora de nuestra propia identidad, en que podamos sentirnos más identificados con lo que hacemos y decidimos, más solidarios con el destino de las partes de la Unión, más generosos al compartir y al ofrecer lo que tenemos.


Europa, la Europa por venir, es todavía una utopía. Se percibe ahora como un edificio a medio construir, con necesidad de avanzar en las mejoras y arreglar los desperfectos. En última instancia, son esos deseos de libertad y dignidad compartidos, reivindicados para un espacio común de convivencia y de referencia para los demás, son los impulsores de la idea europea. Es más importante y atractiva una Europa ejemplar —hacia dentro y hacia fuera— que una simple comunidad de intereses que acabarán siempre en divergencias.
Quizá, al contrario de lo que parece, las elecciones europeas sea un mal momento para pensar en Europa y sea preferible hacerlo el resto del tiempo ahondando, lejos de fricciones, en "lo europeo". Los políticos suelen querer que hablemos de lo que a ellos les interesa cuando les interesa. Y debería ser al contrario: que ellos hablaran de lo que nos interesa cuando nos interesa, Hablemos de esta Europa epistolar, en intercambio de cartas simbólicas y reales; estemos en diálogo permanente sobre lo que somos, lo que podemos y queremos ser. Europa debe tener quien le escriba.



* Emilio Trigueros "El sentido de Europa" El País 25/04/2014 http://elpais.com/elpais/2014/04/08/opinion/1396973029_895609.html





sábado, 26 de abril de 2014

La reina del mambo

Joaquín Mª Aguirre (UCM)
Pude escuchar ayer las declaraciones de Mónica Oriol, la presidenta del Círculo de empresarios. Especifico lo de escuchar porque no es lo mismo leerlas que ver y oír los tonos y maneras que la letra fría e igualitaria dejan por el camino al imprimirse. Las cosas se puede decir de muchas maneras. Los gestos de desprecio y el tono empleados decían tanto o más que las palabras que se recogen en los medios. Incluso el fondo suave de golpes con el canto de la mano que recogen los micrófonos mientras habla tiene un componente significativo, tajante, en la forma de expresarse. "Todos compramos cuando lo que se nos ofrece es razonable de precio (pausa). Por eso vamos a las rebajas"*, ha dicho. La pena es que se esté refiriendo al trabajo de las personas; quizá a las personas mismas, pues es difícil separar el trabajo de quien lo realiza en estos tiempos en el que paga no solo manda sino que se considera con derecho a tratarte como una mercancía de su propiedad. 
Ayuda, Señor, a los buenos empresarios porque quedan pocos. Y distingue a los empresarios buenos de los buenos empresarios; a ser posible, salva primero a los que tengan las dos características. 


Tras escuchar en los Desayunos de RTVE al presidente ecuatoriano, Rafael Correa, invitar a los empresarios españoles a invertir en su país, en donde —nos dice— a las empresas españolas les va muy bien (pone el ejemplo de Telefónica, en la que gana la empresa y gana el país) e invitar a los profesionales españoles a ir a trabajar a Ecuador, en donde dejan muestras de su cualificación (pone el ejemplo de un médico, director de un importante hospital). Correa nos dice que "son bienvenidos, con los brazos abiertos"*. Tras esto, escuchar a la señora Oriol y su desprecio hablando de la "gente que no vale para nada"* o de aquellos que "dejaron de formarse" porque preferían trabajar en el sector de la construcción y alardear el fin de semana de los mil euros que ganaban. Eran, según ella, "los reyes del mambo", "sus amigos en el cole sin un puñetero duro y ellos... ¡jo!... llegaban el viernes e invitaban a todas las niñas". Y se pregunta: "¿qué hacemos con esa gente, ¡cero cualificación!" Y el salario mínimo que "te obligan a pagarles aunque no valgan pa' nada".*


Habrá que decirle a la Presidenta del Círculo de Empresarios, como acaba de señalar, que quienes acogieron a esos "reyes del mambo", por usar su expresión, fueron los empresarios de la construcción. Los que abandonaron la formación lo hicieron al llamado de constructores, inmobiliarias, etc., cuyos hijos no ponían a vender para que se pudieran formar en buenos colegios y administrar las fortunas familiares (los Oriol son una familia que sabe de eso). Esa generación de "ni nis", término insultante en su boca, la creó un empresariado sin escrúpulos que les ofreció esos "mil euros o mil quinientos" porque era más barato (sus "rebajas") que contratar a otros exigiéndoles formación. Ella lo explica muy claramente: "compramos" lo más barato. Y venden lo más caro. A eso le llaman "mercado". Y no hay ninguna moralidad en ello, según nos defienden cada día los que solo usan a Adam Smith para lo que les interesa.

Lo impresentable del discurso de Mónica Oriol es su tufo a moralina, a ejemplaridad o a la falta de ella. Esa generación de la que habla despectivamente como una "carga", como "perdida" es el resultado de la especulación inmobiliaria en España, que no la han creado los trabajadores, sino los empresarios y banqueros, gente como los Oriol y demás personas que hoy nos lanzan sermones. Algunos lo hicieron, pero ya no pueden porque están en la cárcel y tendrán que esperar a salir para hacer partidos políticos y contar sus andanzas en libros de memorias. Contrate o no contrate en sus empresas, pero no haga moralina cuando no  tienen ningún derecho a hacerlo.
Ya es bastante con aguantar una crisis y dramas familiares con los hijos como para aguantar también discursos moralistas recriminatorios de aquellos que han creado la crisis. Por supuesto, ellos son los emprendedores, partiendo de cero o de fortunas familiares. Ellos, como nos dice el diario ABC de Mónica Oriol, son congruentes con sus normas:

De tendencia muy neoliberal, de la que hace orgullosa gala, la presidenta del Círculo de Empresarios es una persona fría y distante en las distancias cortas, llegando a ser ruda en algún momento. Con su familia se jacta de llevar a la práctica su ideología predilecta, con pocas reglas pero claras, y así les da préstamos a sus hijos (adelanta la paga a cambio de futuras pagas), penaliza las llegadas a deshoras con recortes en el horario de salidas futuras, etc.**

¡Feliz ella!, que puede reproducir el mercado en casa. Al menos, una parte, claro; puesto que no habrá mucho paro o no pedirá el desahucio de sus hijos si no le devuelven el préstamo dado. Solo les recorta el horario y no el sueldo. Sus hijos, como ella, son muy afortunados. La familia que comercia unida, permanece unida.


Nos perfila su trayectoria ABC:

Licenciada en Ciencias Económicas y Empresariales por la Universidad Complutense de Madrid y diplomada por la London School of Economics, Mónica Oriol fue nombrada presidenta del Círculo de Empresarios en sustitución de Claudio Boada en el año 2012, quien abandonó el cargo tras los ocho años de máximo al frente de la institución. De poco más de 50 años, casada y con seis hijos, ya era vicepresidenta del Círculo en ese momento. Además es presidenta de Seguriber Umano, la empresa encargada de la seguridad exterior del Madrid Arena el día de la fatídica avalancha, y consejera de Indra.**

Es una pena que la empresa presidida por ella fallara en uno de esos accidentes simbólicos de la realidad española, el caso del Madrid Arena, en la que murieron algunos miembros de esa generación que no vale para nada más que para asistir a las macrofiestas con la que los emprendedores neoliberales hacen su agosto, gracias a sus precios competitivos y amigos competentes. El detalle ya ha sido resaltado por la prensa, como no podía ser de otra manera. No creo que le importe.


No sé qué les pasa a nuestros empresarios y a sus discursos, que parece que son los únicos con derecho a hablar y los demás solo a contestarles. Han conseguido echarle la culpa de la crisis de este país a todos menos a ellos. Los discursos cínicos, de una hipocresía hiriente, se acumulan en un mundo con noticias de fraudes constantes por parte de dirigentes de las patronales y afiliados. No son los únicos, pero sí bastante, bastante responsables. Sí, también hay una generación "ni ni" empresarial: ni han creado empleo ni han sabido conservarlo. No solo los "ni nis" no hacen nada; tampoco lo pueden hacer muchas personas muy cualificadas que tendrán que aceptar la invitación de Ecuador o de cualquier otro sitio en donde se les acoja y necesite. Aquí no se les necesita, parece, y además se les insulta y explota. Como "ni nis" se les aprovecha, como materia prima, en los fraudes de la formación —¿se refiere a que hacen falta más "cursos"?—, meros nombres en una lista de la que algunos emprendedores se han beneficiado. Esos también fueron a las "rebajas" siguiendo los dictados del mercado.


Se puede discutir sobre el salario mínimo y sus efectos. Pero no es lo que ha hecho. Demasiado desprecio y prepotencia en esa caricatura de dirigente neoliberal dando golpecitos sobre la mesa mientras sermonea. Ella ha hecho una caricatura de los demás, pero se ha retratado a sí misma.
No se puede hablar de las personas diciendo que vamos a las "rebajas" a "comprar", o que "no valen para nada". No es lícito, justo ni ético; nada elegante. Tampoco es piadoso. Es cínico e hiriente, ofensivo.  Injustificable. ABC titula diciendo "saca el látigo neoliberal", pues que lo use en sus consejos de administración, pero que fuera de allí se lo guarde porque los demás no tienen porqué aguantarlo. Se ha ganado que se hable de ella con el mismo desprecio con el que ella habla de los demás. 
Ella sí es la reina del mambo.



* Los desayunos de RTVE "Rafael Correa, presidente de Ecuador, y Diego Carcedo, excorresponsal en Lisboa" 25/04/2014 http://www.rtve.es/alacarta/videos/los-desayunos-de-tve/

** "Mónica Oriol, la presidenta del Círculo de Empresarios, saca el látigo neoliberal" ABC 25/04/2014 http://www.abc.es/economia/20140425/abci-monica-oriol-presidenta-circulo-201404242133.html