jueves, 13 de febrero de 2014

Al salir del metro o Rajoy en Ankara

Joaquín Mª Aguirre (UCM)
Creo que hay que empezar a pensar que a Rajoy realmente no se le dan bien las salidas. Algunos pensarán que tampoco las entradas y que lo suyo son las dos aguas, pero ¡con lo sencillito que suele ser ir fuera y lo que complica este hombre las cosas! Con lo bonito que les ha quedado a dos presidente necesitados de mucha foto, como son Obama y Hollande en estos momentos, el encuentro, con sus brindis y sus competiciones de bajada de escaleras y a él, a Rajoy, le toca Erdogan.
Empezó la cosa esta de los despistes con el célebre caso del país poco protocolario —el nuestro— que visita al más protocolario del mundo conocido, Japón. El presidente Rajoy se marcó un "¡chócate esos cinco!" al emperador que hasta la oposición, que es de izquierda, agnóstica y republicana, se escandalizó ante tanta descortesía con un ser en otro tiempo divino. No, la "marca España" no funcionó en Japón. Y ahora esto.

Pero ahora ha llegado lo de Erdogan, que está que se sale después de una sorprendente entrevista de cincuenta minutos en Al Jazeera, que comienza con la siguiente y lapidaria frase "Recep Tayyip Erdogan is one of the world's most prominent leaders."* Hay que reconocer que la cadena comienza fuerte y le pone en bandeja al primer ministro turco una serie de fantasías realmente sospechosas y sorprendentes sobre cómo funciona el mundo. El primer ministro turco aprovecha para hablar de lo democrático de sus acciones, de lo sospechosas que son las de los demás, que siempre están conspirando contra él, Turquía y la Historia (que viene a ser lo mismo en su visión), defiende a los islamistas egipcios y a su amigo Morsi y confirma que el mundo va a peor con Internet.
La cadena resalta en un ladillo las siguientes afirmaciones de Erdogan: "Turkey is much more free than almost all of the EU member countries. Now you're talking about the Gezi Park incidents .... Why do you ignore the incidents that took place in Frankfurt, Germany? Just recently, incidents took place in Hamburg. Why don't you see the incidents in Hamburg? You have seen what the police have done there."*
El desparpajo de este hombre tan serio es notable. El cincuenta por ciento de Erdogan es mirada y dedo, que maneja con firmeza y soltura. Erdogan jugó a ser el puente entre Oriente y Occidente y se ha quedado en medio, con problemas en ambas orillas. Las medidas para tapar la corrupción galopante que —fruto de una conspiración, claro— ha salido a la luz llevándose por delante a medio gobierno y algunos de sus hijos bien colocados en negocios de la construcción no han funcionado todo lo bien que quisiera porque el mundo no las entiende. Con la divisa turca en su peor momento, con su gobierno en su peor momento, con su popularidad en su peor momento, con la pérdida de sus amigos egipcios y demás miembros de la Hermandad Musulmana internacional en momentos bajísimos, justo en ese momento... ¡llega Mariano Rajoy!


Algo pasa en ese ministerio, desde luego, porque no es normal. El presidente Rajoy, que va a inaugurar una línea de metro llevada a cabo por una empresa española —aunque los de Mas piensen otra cosa— se encuentra, como quien dice, al salir del túnel, con un montón gente que le aplaude y aclama. Pero, su gozo en un pozo, no era por él sino que le habían llevado, sin comerlo ni beberlo, a un mitin electoral. Y allí lo tenemos, exhibido como el "amigo español" en un mitin islamista en toda regla. ¡Qué pena!
El diario El País, que no podía renunciar a este caramelo en bandeja de plata, se recrea en el asunto. El titular de la noticia —que como ya parece habitual en el periódico, muestra mano distinta a la redacción de la noticia— señala con evidente mala intención: "Rajoy lleva su apoyo a Erdogan hasta participar con él en un mitin islamista"**.
Todo el mundo sabe que tiene que hacer concesiones en las visitas al extranjero, sobre todo si hay contratos de por medio, pero también es parte de esas leyes no escritas de la diplomacia el que no se puede llevar al presidente de un país a un mitin electoral sin su conocimiento, que es una profunda descortesía, por decirlo suavemente.


A Erdogan le ha salido bien la jugada, dando a entender a sus islamistas fieles que Europa no le critica, que está con él, que ha convencido a todos de que se trata de una conspiración mediática internacional, y que su buen amigo Mariano Rajoy viene a apoyarle y demostrar lo liberal que es, que lo que él hace en Turquía es lo mismo que hacen los demás en sus países, argumento que, por cierto, usaba con mucha frecuencia el ex primer ministro iraní Mahmud Ahmadineyad, otro famoso dignatario liberal, cuando se le recriminaba la situación de Irán y sus acciones represiva.
El diario El País no puede evitar cierta sorna al describir el acontecimiento:

El viaje a Ankara será recordado en la delegación española. El momento elegido, la actitud de Recep Tayyip Erdogan y una aparente imprevisión del equipo de Mariano Rajoy convirtieron una visita de carácter económico en una auténtica encerrona con imágenes incómodas. El presidente español se vio obligado el martes a poner cara de circunstancias mientras Erdogan increpaba a su lado a un periodista del diario Zatam que le preguntó por la corrupción. Y este miércoles participó nada menos que en un mitin islamista para las elecciones locales de marzo casi sin quererlo, algo inédito para un dirigente del PP que, además, en su día fue muy crítico con la Alianza de Civilizaciones que promovieron José Luis Rodríguez Zapatero y Erdogan.
Con su deseo de gustar a las autoridades turcas, visitó el mausoleo de Ataturk y alargó un día más su viaje, dejando así plantada en Madrid a la oposición, que le esperaba en la sesión de control del Congreso. Pero Erdogan, un veterano político que lleva 11 años en el poder, se la jugó al presidente español. Rajoy fue utilizado en un acto que, convocado como una inauguración de una línea de metro de Ankara dirigida por Comsa, empresa catalana, era en realidad un mitin del partido islamista moderado, Justicia y Desarrollo, en un gran pabellón. Entre banderas del partido, gritos a favor de Erdogan de los más de 5.000 militantes y un tono mitinero del primer ministro, Rajoy funcionó como un telonero de lujo.
Turquía aspira a ser miembro de la UE, y mientras algunos países le ponen pegas, Rajoy le apoyó casi sin matices. El primer ministro turco no desaprovechó la ocasión y presumió ante su gente de su “amigo” Rajoy, líder de uno de los grandes países de la UE.**


Hay que reconocer que la expresión "telonero de lujo" habrá servido de regocijo y regodeo en algunos lugares. Pero de aquel Erdogan de Zapatero, el de la Alianza de Civilizaciones, a la que apenas se sumó nadie, con la excepción de un imam de una mezquita en Manhattan, ya no existe. El diario se empeña en llamar "moderado" a los islamistas y creo que debe ser una "norma de estilo" del periódico porque no me lo acabo de explicar muy bien. No sé qué debe hacer para que le retiren la clasificación. Hace mucho que dejó de serlo y ahora ve conspiraciones por todas partes.
Por su parte, el diario El Mundo tampoco puede evitar la sorna en los titulares: "Rajoy acaba en un mitin de los islamistas turcos tras inaugurar el metro en Ankara"***. Parece como si se hubiera perdido por los pasillos del metro de Estambul y hubiera acabado en pleno bullicio sin saber muy bien qué se repartía allí. Pues nada, ya lo sabe.


La Vanguardia nos da detalles de mitin y lleva al su titular, de forma expresa, la idea de telonero aplicada al presidente del gobierno "Rajoy hace de telonero de Erdogan en la inauguración de una línea de metro en Ankara":

Erdogan [...] presumió de la Alianza de las Civilizaciones que creo junto a Zapatero, y llamado al pueblo de Ankara a seguir en la lucha por la libertad y La Paz en Turquía.
En este ambiente, el presidente del gobierno español se contagió y subió al estrado del auditorio donde se celebraba el acto al más puro estilo de sus mítines, saludando brazo en alto y lanzando besos al auditorio. Por eso quizá, Mariano Rajoy, no habló de la balanza comercial con Turquía, ni de las reformas que ha llevado a cabo el Gobierno español, y se limitó a expresar su agradecimiento por estar en el acto y dejar claro que "Turquía y España somos dos países amigos, y lo seremos siempre", y los asistentes al acto estallaron en aplausos y jalearon a Rajoy. El presidente del gobierno español no contó más, aseguró estar emocionado por escuchar en Ankara el himno español, felicito a todas las autoridades y sólo al final expresó su orgullo porque "una empresa española" haya participado en la construcción de "esta magnífica infraestructura" y que España está dispuesta a seguir construyendo y aportando su experiencia y conocimiento.***


¿Encerrona? ¿Sacrificio? ¿Despiste? ¿Todo junto? Cada uno verá el asunto como quiera. Al que seguro que no le hubiera importado acabar en un mitin electoral  islamista sería a Artur Mas. Seguro que si le hubieran dado ocasión, habría estado encantado de recibir aplausos electorales, hacerse fotos en los andenes con Erdogan y de cualquier otra acción en la que hubiera reforzado la idea de que aquel metro no unía a España con Turquía, "dos países amigos", sino "a un país y otro en vías", con muchas ganas de hacer amigos fuera. A lo mejor la inauguración del metro corría el riesgo, además de ser un acto electoral islamista, de serlo también en la otra punta del Mediterráneo. Quizá la "emoción" por escuchar el himno español en Ankara, como señala con énfasis La Vanguardia, era doble. Ya nos enteraremos en algún momento.
El día antes del paseo por el metro turco, Mariano Rajoy contestaba así a la prensa:

De hecho, Rajoy –que mañana acompañará a Erdogan en la inauguración de esa obra en Ankara– ha destacado que esa línea de metro haya sido construida por COMSA ENTE, empresa “catalana y, por tanto, española y europea”. Esa obra, ha proseguido, une a los ciudadanos, acorta las distancias, facilita la convivencia, fomenta los intercambios y permite superar fronteras y barreras naturales.*****

¿Estaba hablando del metro turco? La jugada de Erdogan es típica de quien necesita apoyos y fotos y recurre a cualquier argucia para conseguirlas. Y así funcionan Erdogan y la política. Le ha tocado a Rajoy pagar la novatada turca, de la que habrán tomado buena nota todos los dirigentes que vayan a visitar Ankara en los próximos meses. ¡Ojo con el programa, que Erdogan te lía!
Es una pena, se dirá Rajoy para sus adentros, ¡con lo amables que eran!



* "Erdogan: Turkey's role in the Middle East" Al Jazeera 12/02/2014 http://www.aljazeera.com/programmes/talktojazeera/2014/02/erdogan-turkey-role-middle-east-201421282950445312.html
** "Rajoy lleva su apoyo a Erdogan hasta participar con él en un mitin islamista" El País 12/02/2014 http://politica.elpais.com/politica/2014/02/12/actualidad/1392199229_283354.html
*** "Rajoy acaba en un mitin de los islamistas turcos tras inaugurar el metro en Ankara" El Mundo 12/02/2014 http://www.elmundo.es/espana/2014/02/12/52fb4b3eca47418f688b456b.html?a=d65770b9477b4cdbdf5a880c9f395807&t=1392236201
**** "Rajoy hace de telonero de Erdogan en la inauguración de una línea de metro en Ankara" La Vanguardia 12/02/2014 http://www.lavanguardia.com/politica/20140212/54401083961/rajoy-telonero-erdogan-inauguracion-metro-ankara.html

***** "Rajoy recalca a Artur Mas que está dispuesto a hablar de todo menos de “romper la soberanía nacional”" Diario de Avisos 11/02/2014 http://www.diariodeavisos.com/2014/02/rajoy-recalca-artur-mas-esta-dispuesto-hablar-todo-menos-romper-soberania-nacional/



Campaña publicitaria del diario Metro en Holanda 



No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.