domingo, 1 de diciembre de 2013

Política encuadernada o ¡qué tapa más dura!

Joaquín Mª Aguirre (UCM)
Hacen mal los editores en sacar memorias, recuerdos y mistificaciones de los políticos de cara a la campaña navideña. Quizá tengan la pretensión de que en esta época de "paz en la tierra" sea posible encontrar "hombres de buena voluntad" a los que regalárselos sin endemoniarlos. Por mi parte, jamás se me ocurriría regalar las memorias exculpatorias de ninguno de ellos a nadie a quien estimara realmente, pues ejercería el mismo efecto corruptor que el famoso libro amarillo que Lord Henry envía al protagonista de "El retrato de Dorian Gray":

Le pareció que a los sones delicados de unas flautas, exquisitamente vestidos, los pecados del mundo desfilaban ante él en mudo cortejo. Cosas que soñó confusamente tomaban repentinamente realidad para él. Cosas que no soñó nunca, se le revelaban gradualmente.

Basta con ver las reacciones que ha producido los últimos libros de memorias y recuerdos políticos entre los presuntos amigos para comprobarlo. Los que no se hablaban ahora se insultan y los que se hablaban ya no lo hacen. Quizá algunos guarden en el fondo de sus casas un retrato oficial que envejece horriblemente con cada nueva y refrescante entrega de sus memorias, auténtico lifting político con el que desvanecen arrugas y manchas en su gestión. ¿Qué es la política sino el arte de prometer en los programas y justificar en las memorias? Habrá que consultar los tratados sobre el tema.



La primera conclusión de todo ello es que los políticos sacan sus recuerdos para hacernos olvidar lo que recordamos de ellos y que las personas que los leen no los compran por admiración sino más bien por pillarlos en renuncios. Todo poco navideño. El Papa Francisco debería decir algo al respecto: ocúpate más de los problemas y menos de los que los causaron. Pero mucho me temo que la gente no esté por la labor.
Frente a esta vertiente comercial memorialista, a uno le gustaría que los políticos escribieran más antes y menos después, que nos mostraran su capacidad intelectual, sus compromisos, sus ideas y lecturas, etc. antes y menos la justificación de lo que hicieron cuando ya no están.

Lo ideal sería que la memoria del político coincidiera con la de los que le recuerdan, que no hubiera divergencia ni equívoco. Que un político tenga que explicar las cosas hasta el grado de "primicia" editorial o "exclusiva periodística" nos viene a decir que no estamos en un mundo transparente ni de decisiones públicas claras, algo que ya sabemos. Nos confirma que hay demasiada distancia entre la rueda de prensa propagandística y la realidad de los hechos, si es que llegamos a conocerlos algún día más allá de estas versiones confrontadas por parte de sus protagonistas. ¿Llegaremos a la perversión del político que reserve la información para sus futuras memorias? Pues puede que ya lo hayamos hecho.
Hasta ahora lo único que estas memorias navideñas han causado es la indignación de unos y el asombro de otros. Los periodistas aprovechan para pedir en las ruedas de prensa comentarios sobre lo publicado, desatando así una segunda oleada de comentarios de los que se ven afectados por las páginas de las obras.
El diario El Mundo nos da ya cuenta de un rifirrafe inesperado al coincidir en un foro el ministro de Economía, Luis de Guindos, y el que fuera director de la Oficina Económica de Moncloa con Rodríguez Zapatero, David Taguas. Preguntado el ministro por la prensa sobre su opinión respecto a lo afirmado por el ex presidente, que califica como "gran misterio" nuestros problemas con la deuda y el déficit exterior, el diario califica la reacción de Guindos como de "estupor". Evidentemente, Taguas tendría también algo que decir al respecto:

Ha recordado que el propio Zapatero firma en su informe económico de 2007 que uno de los riesgos de la economía española era el propio déficit exterior.
Por tanto, niega que en Moncloa desconocieran el dato, aunque sí admite que no se consideró relevante hasta 2010 en que estalló la crisis de deuda.*


Todas las instancias involucradas, como el propio Solbes señalan que advirtieron de la crisis y sus posibles consecuencias. Todas señalan que sabían, pero que "no lo consideraron relevante". Una cosa es estar mal informado y otra tener mal criterio. Si te ponen los datos encima de la mesa y los ves como un "gran misterio", la cuestión es entonces otra.
La indignación de los que leen por las justificaciones de los que escriben son lógicas. Parece que solo tuvieran derecho de explicación los cabezas de cartel y que los subalternos y hasta los monosabios de la Política fueran piezas sobrantes de la Historia. Pues no, no debe ser así cuando los de arriba dicen no estar bien informados o mal asesorados. Cada palo que aguante su vela.


En El Diario, por ejemplo, Íñigo Sáenz de Ugarte titula con sorna "Leemos el libro de Zapatero para que el PSOE no tenga que hacerlo". Hay momentos en los que el columnista no pude dejar de lanzar exclamaciones del tipo "¡qué equivocado estaba!" tras citar frases del libro del ex presidente. Esa parece ser la tónica general que despierta la lectura. Escribe Sáenz de Ugarte:

Zapatero se refiere al origen de la amenaza siempre presente sobre la eurozona: los mercados financieros. Es una amenaza difusa, aunque muy real. Cita una frase de Obama que le impresiona: "Este es el mundo que hemos construido y que hay que cambiar, pero hoy por hoy nuestro margen de maniobra es reducido". Se refiere a la autonomía de los políticos, obligados a tomar decisiones contra su voluntad que quizá provoquen su inmolación.
Nadie puede ser tan idiota como para negar esa influencia, pero políticos como Zapatero la utilizan para escaparse de su responsabilidad. Y no sólo Zapatero.**


La frase de Obama explica muchas de las cosas que le ocurren a Obama, el hombre más poderoso del mundo, según el tópico. Pero asumida como lema por Rodríguez Zapatero causa cierta irritación porque nos viene a decir que si el presidente de los Estados Unidos reconoce que hay poco que hacer, ¡qué va a hacer él, pobrecito!
Creo que todos tenemos claro que elegimos democráticamente a las personas para que hagan algo, no para que se nos vuelvan fatalistas cuando llega el momento decisivo. Lo de que no era él el que improvisaba, sino que era la crisis la que lo hacía, merece un drama de Ionesco, El político calvo, o algo así. Si todos los políticos acaban llegando a la conclusión de que no se puede hacer nada frente a las fuerzas del universo, apaga y vámonos.
Si la pretensión de estas obras memorialistas es que ellos lucharon como Sísifos contra las circunstancias o contra sus jefes, que viene a ser lo mismo según el nivel de que se trate, pero que de nada sirvió, niegan la Política, que debería ser el arte de transformar el mundo, incluidos tus jefes. La irritante frase de Obama solo la puede decir el que no logra cambiar nada, aunque se haya llenado la boca de "yes, we can". ¿Qué nos queda?: ¿"yeswecan o no"? ¿"yeswecan a veces"? ¿"yeswecan si el tiempo lo permite"?


Todavía resuenan en el universo aquellas palabras de Leire Pajín —¿para cuándo sus memorias?— sobre la confluencia planetaria de Obama y Rodríguez Zapatero, en aquella pieza oratoria que debería estudiarse junto a otras proclamas célebres:

"Les sugiero que estén atentos al próximo acontecimiento histórico que se producirá en nuestro planeta: la coincidencia en breve de dos presidencias progresistas a ambos lados del Atlántico, la presidencia de Obama en EEUU y Zapatero presidiendo la UE", ha manifestado.
"Estados Unidos y Europa, dos políticas progresistas, dos liderazgos, una visión del mundo, una esperanza para muchos seres humanos", ha continuado.***

Para ella todo era "yes" y todo era "can". El entusiasmo de Pajín contrasta con esa visión fatalista de dos seres que parece se enfrentan a grandes misterios de un mundo impenetrable, por mucho que lo espíes. Habrá que esperar a las memorias de Obama y a posteriores entregas de Rodríguez Zapatero, que sin duda llegarán.
¿Lograrán los lectores de memorias políticas enterarse de algo realmente? ¿Estarán condenados a un visión cubista del mundo con cada nueva entrega, como si estuvieran leyendo las cartas de Las relaciones peligrosas?
La memorias políticas, como género, suelen ser valiosas cuando hay una trayectoria detrás. Cuando las memorias sirven para demostrar lo poco fiables que pueden llegar a ser, que se ha sostenido lo contrario de lo que se pensaba o hacía, pierden la credibilidad y el lector sospecha que no está ante un ejercicio de sinceridad sino ante el alegato final, buscando la exculpación. Esto se ha reprochado, desde todos los campos, a las dos memorias que aspiran a llegar a casa por Navidad. La proximidad de lo recordado a lo vivido por todos tampoco juega demasiado a favor, pues se entiende que más que aclarar la Historia, se trata de aclarar la imagen de cada uno, todavía en fase oscura, con los efectos dolorosos encima de la mesa.
Escribe Sáenz de Ugarte en El Diario citando las palabras del ex presidente: «"El lector podrá extraer sus propias conclusiones". Por 21,50 euros que ha pagado por el libro, no habría estado mal que pudiera leer las de Zapatero.»
Ahí está el dilema, que diría Cantinflas.

* "El rifirrafe Guindos-Taguas por Zapatero" El Mundo 30/11/2013 http://www.elmundo.es/blogs/elmundo/contraopa/2013/11/30/el-riifirrafe-guindos-taguas-por-zp.html
** "Leemos el libro de Zapatero para que el PSOE no tenga que hacerlo" El Diario 30/11/2013   http://www.eldiario.es/politica/zapatero-libro-dilema-recortes_0_201580573.html#BGW8OOT30YleuyZ9

*** "Pajín ve 'histórico para el planeta' que Zapatero y Obama lideren al tiempo" El Mundo 03/06/2009El Mundo http://www.elmundo.es/elmundo/2009/06/03/espana/1244019103.html






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