jueves, 6 de diciembre de 2012

Los colocados

Joaquín Mª Aguirre (UCM)
Parece el título de una película de Esteso y Pajares, pero no lo es. Es la descripción de cómo se ha producido el asalto a este país, patio de vecindad y Monipodio simultáneamente. Las escuchas que salen en los informes policiales dejan en evidencia el funcionamiento del sistema, cómo lo políticos a los que se acosa y reclama no son más que la parte visible de la segunda ola, la de los colocados. Parece que su ocupación es conseguir colocar en buenos puestos a los que les interesa mantener. Los colocados son los que se desplazan del centro a la periferia política hasta llegar a esas zonas irisadas de "colocaciones". Hace mucho tiempo que no escuchaba la expresión "buscar colocación" por "buscar trabajo". La política asegura la "colocación" o, lo que es más importante, un sueldo al margen de los vaivenes económicos.
Nos informa La Vanguardia:

Los cientos de conversaciones intervenidas por orden del juez en el marco del caso Mercurio dan mucho de sí, en el ámbito judicial y el político. La que afecta directamente a la cúpula del PSC evidencia un supuesto apaño para colocar a Carmina Llumà, una exalto cargo del tripartito y del Ministerio de Fomento. Según figura en las conversaciones del sumario, Manuel Bustos llamó a Daniel Fernández, secretario de organización del PSC ahora suspendido, para encontrar un puesto de trabajo para Llumà. "Hay que colocarla", le dice. Al cabo de unos días, Fernández respondió: "ya he dado la orden".*


Ese "hay que colocarla" habría que ponerlo en la puerta de todos los partidos del espectro político como marca de la vergüenza, como signo de la infamia. Hemos llenado España de políticos o, si se prefiere, la política se ha convertido en reclamo de incapaces deseosos de vivir de ella el resto de su vida, de puesto en puesto, como esa "exalto cargo" mencionada por la que sus compañeros de gremio ideológico se preocupan tanto. Más deberían de preocuparse por los cinco millones de personas que no están "colocados", por ese cincuenta por ciento de jóvenes condenados al desempleo y al mal empleo, que han de besar por donde pisan esos hijos de Ferrán que los han utilizado, explotado y malversado, pues la juventud es el capital de una nación.

Son esos "hay que" y "ya he dado la orden" los que marcan el imperativo de la colocación, su carácter categórico y casi militar de la organización que cumple con sus compromisos, como yakuzas en la sombra con sus ceremonias y ritos secretos.
Los colocados cumplen su función allí donde van, que no es otra más que la de permanecer. No necesitan demostrar valía alguna, cualquier puesto es bueno para ellos porque lo importante es formar parte de la red. Obsérvese el escándalo del "hay que colocarla": no exige ningún tipo de funcionalidad. Solo un estar parasitario que hará que muchas veces su actividad laboral sea nula, lo que se ha encontrado. La plasticidad del político colocada es extraordinaria y en cualquier sitio, con el sueldo adecuado, estará contento. No necesita más que estar en la reserva para cuando llegue el momento y emerja en nuevos cargos, allí donde sea hombre o mujer de confianza, donde sea reclamado por el preboste de turno para volver a la vida pública o a la vida publicada.


Los colocados son un "ejército de las sombras", pero no como el que nos describiera el gran Jean-Pierre Melville en su magnífica película sobre la Resistencia francesa, sino un ejército sórdido y prevaricador, de apoyos personales y de miedo escénico a la vida real de la que quedan desconectados. La profesionalización de la política no se ha dado por la vía de la eficacia sino por la del sueldo. Eres profesional no porque sepas, sino porque te pagan por ello. Son cobradores de la política, vividores del sueldo que cobran gracias a la colocación que el partido hace de ellos en las épocas flacas, en las que los puestos se reducen o en las buenas épocas en las que sirven de puentes para los negocios, de conseguidores eficaces.
Los "grandes" tienen sus puestos en los consejos de administración porque es allí donde se les acoge escandalosamente para crear esos lazos eficaces entre empresas y partidos; a los medianos y pequeños, a los bien relacionados, les buscan esas colocaciones porque constituyen el tejido exterior del poder, su red clientelar. Surgen así esas conexiones a través de tíos, sobrinos, hijos, hermanos, novios, amigos y concejales que celebran bodas, etc., que siempre están allí por casualidad —¡el mundo es un pañuelo!— cuando se tira un poco de la genealogía comercial que ha llevado a que un sujeto reciba exclusivas administrativas, concursos a dedo o cualquier otra fórmula con las que se encubre la desvergüenza bajo la excusa de la eficacia.
Las luchas que las intervenciones telefónicas destapan son realmente dignas de los bajos fondos. Cuando uno de los investigados recibe una filtración sobre la vigilancia, La Vanguardia nos dice:

Las fuentes consultadas señalaron que, ante la filtración, Bustos llamó a David Madí, exdirigente de CDC con un mensaje claro: "le dices a Homs y a Oriol Pujol que para matarme necesitarán más cosas". También señala a Nicola Pedrazzoli, propietario de Canal Català: "será un cadáver incómodo". Bustos incluso avisa que puede sacar a la luz temas comprometidos para los convergentes si es atacado.*

Auténticos diálogos sacados de alguna parte por rodar de El Padrino. Es de esta simetría escandalosa, de esta vulnerabilidad conjunta, de donde se deriva la ineficacia de las propuestas de limpieza pública. Es la ceremonia coral del escándalo lo que evita la rotunda condena, la limpieza eficaz. El que más y el que menos ha ido acumulando casos y cosas, colocados y preferentes sin que le sea fácil renovar sus cargos y modificar sus prácticas sin remover los cimientos.


Termina su información La Vanguardia con dos párrafos sintéticos de la desvergüenza, con un muestrario de prácticas habituales que podrían, de no ser por los recortes en investigadores, ser escuchadas en muchas autonomías, ayuntamientos o cualquier otra institución que se tome con el asalto de los votos o de la confianza:

En el interrogatorio del juez González y el fiscal anticorrupción Fernando Bermejo, Bustos fue preguntado por una decena de cuestiones. Pero la investigación abarca más: partidas de fondos estatales para cursos de formación para parados y profesionales de la construcción. Estos fondos se canalizaban mediante la Fundación Laboral de la Construcción, una entidad privada que tiene un patronato. Esta, a su vez, trasladaba las partidas a los gremios para que llevaran a cabo estos cursos de formación. En la causa obra que el gremio de Sabadell, presidido por Melquíades Garrido, tío de Bustos, recibía directamente la subvención. Garrido mantiene conversaciones con Emilio Gómez Vilardón, gerente de la Fundación, y le pide que le envíe dinero. La sospecha es que dichos cursos no se ofrecieron. Gómez está imputado, como el secretario de la FMC por el posible papel en las subvenciones, pues aunque la FCM es una entidad privada, se nutre con capital público.
Asimismo, tal como avanzó La Vanguardia, la investigación de la contrata de basuras incluye también conversaciones telefónicas de Bustos sobre los pasos a dar en el concurso. Esta licitación la tenía la empresa Smatsa y el pasado mes de junio tenía que renovarse. El hecho causó cierto revuelo político, por cuanto hasta entonces era cada cinco años y se le quería dar a la misma firma por quince, por 18,5 millones de euros anuales. La fiscalía investiga si hubo manipulación del concurso.


En estos dos párrafos se encuentra descrito el campo semántico de la inmundicia política. Los tópicos se entremezclan: de los cursos de formación para parados que no forman a nadie, a las Fundaciones creadas para hacer opacos los pagos, del desvío de fondos públicos a entidades privadas, al trato de favor a la empresas y las exclusivas escandalosa a dedo; el "tío" y el "sobrino" que aparecen casualmente, etc.
Un escándalo al que se llama "revuelo". Mientras el paro crece y el capital emigra, mientras se abaratan despidos para crear nuevas empresas en países "emergentes", los colocados siguen ahí, incombustibles, de oca en oca. Ya se encargará alguien de ello. Hoy por ti; mañana por mí.

* "Una conversación telefónica captada por la policía incriminaría a Daniel Fernández" La Vanguardia 5/12/2012 http://www.lavanguardia.com/politica/20121205/54356989669/conversacion-telefonica-incriminaria-daniel-fernandez.html






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