domingo, 30 de octubre de 2011

Verbos y diferencias

Joaquín Mª Aguirre (UCM)
Sorprendentemente, nuestros dos candidatos a gestionar el desastre que han causado, han llegado a un punto de acuerdo en las medidas que se tienen que aplicar. Coinciden siempre y cuando no se vaya más allá del verbo. Una democracia “verbal” puede ser nuestra aportación a la teoría política, un arte de llegar a acuerdos solo negociando los verbos. El verbo en cuestión es “abaratar”. Los verbos son importantes, sí. Lo demás son detalles, pequeñas cuestiones que no empañan la grandeza de la acción que el verbo acoge maternalmente. Parece mentira que una palabritas, por terminar en –ar, -er o –ir, sean tan importantes.
El candidato Pérez Rubalcaba ha señalado en la prensa de hoy: “La derecha piensa en abaratar los despidos y nosotros pensamos en abaratar la contratación. ¿Notáis la diferencia?”. Pues, la verdad, no negamos que la haya, pero tal como están las cosas, muchos nos tememos que primero nos despidan baratito y luego nos contraten más barato todavía, que no es lo que yo llamaría un programa de “centro”. Aquí todos tienen ideas pero caen siempre en la misma coronilla.
Porque el problema de todo esto es que nuestros gobiernos hace ya mucho tiempo que, hacer-hacer, hacen más bien poco. Bueno, usan mucho lo de “prometer”, que está muy bien y siempre es renegociable. Pero… hacer, de eso ya me fío menos. El presidente Rodríguez Zapatero (el de España) le dijo a Don Emilio Botín (el del Santander, no del equipo, el del Banco) que si le podía prestar 30.000 becas de formación y Don Emilio, que es un buenazo, dijo que por la formación, lo que fuera.
Como nos conformamos con poco, ya no pedimos puestos de trabajo, sino becarios, que ¡total!, son cuatro perras y se salen de las listas del paro una temporadita. Tampoco importa en qué les formes, porque como luego no hay trabajo, pues es más sencillo. Pero el verbo “formar” es muy bonito, muy lindo. Da igual en qué y hasta cuándo, pero eso es lo de menos.


Ahora para que no nos tiremos de los pelos (yo cada vez veo más calvos), se han puesto de acuerdo en el verbo “abaratar”, que es una de las tres B de siempre: “bueno”, “bonito” y “barato”, que se decía antes, cuando se vendía de puerta en puerta o en los trenes, y era muy gracioso. Ahora por teléfono tiene menos gracia y no lo dicen.

Me gustaría que propusieran algo con las otras dos “bes”, con “bueno” y “bonito”, por ejemplo, un “empleo” bonito o un “empleo bueno”, un “sueldo bueno”…, cosas así, pero me imagino que para la próxima campaña ya nos prometen otras cosas. Las promesas deberían ser como las ofertas comerciales: “buenos empleos hasta fin de existencias…” o “buen sueldo para los cincuenta primeros…”. Así no consideraríamos publicidad engañosa lo que nos ofrecen.
Siguiendo las instrucciones del candidato que ofrece abaratar la contratación, que es algo que el capitalismo del siglo XIX ya proponía como alternativa a la esclavitud, que ya estaba saliendo cara, voy a poner juntas las dos ofertas para comprobar las diferencias, aunque no me han dicho cuántas son. Suelen ser 7 o 10 y se marcan con un redondelito. Me imagino que cuando termine la campaña sacarán las soluciones y veré cuántas he acertado.
A mí lo de abaratar la contratación me deja la duda de la pensión que me va a quedar para el futuro, pero para el futuro no hay verbos por ahora, aunque voy a proponer a la Real Academia el verbo “futurear”, que resulta de “futuro” y “ningunear”, es decir, que te ningunean ahora y por adelantado por si luego no hay tiempo. Espero que no me pidan que ahorre yo, por mi cuenta, para el futuro porque, entre que me incorporo tarde al mercado laboral y que me pagan poco, no sé yo de dónde. Pero seguro que se les ocurre algo. Tienen buenas ideas y buenos verbos.
En fin, seguiré mirando fijamente las fotos y programas.



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