jueves, 13 de octubre de 2011

Scaramouche en Wall Street

Joaquín Mª Aguirre (UM)
Este es un año-siglo, un año en el que están ocurriendo tantas cosas que difícilmente puede pensarse que tiene doce meses y solo han transcurrido apenas diez. El cinco de abril nos hicimos eco del revuelo que había causado la publicación de un artículo en “Market Watch”, de The Wall Street Journal. La había escrito Paul B. Farrell [ver entrada] con el título “Tax the Super Rich now or face a Revolution”. El artículo tenía la siguiente entrada: “Yes, tax the super rich. Tax them now. Before the other 99% rise up, trigger a new American Revolution, a meltdown and Great Depression 2”. Se vinculaba ya entonces en el artículo de Farrell su petición con lo que estaba ocurriendo en los países árabes, como parte de algo más amplio, más allá de la petición específica de impuestos, que  no era más que la constatación de las diferencias sociales. Le dábamos la razón entonces y planteábamos que todo esto crecería.
Hoy son los súper ricos los que se plantean contribuir a paliar los efectos de una crisis que va más allá de lo económico y se adentra en lo moral y en lo histórico. Porque los límites de la Historia son morales, son la irrupción de un “hasta aquí” que determinan los finales y los principios de etapas. Después, eso se traduce en el acontecimiento, que no es una confluencia de casualidades, sino de causalidades incubadas largamente. Cuando el agua rompe a hervir, lleva tiempo calentándose.


El movimiento “Ocuppy Wall Street” ha pasado de ser una simple anécdota a aparecer con una creciente y gran fuerza en el escenario en el que también se dirimen hoy los conflictos, en los medios. The New York Times dedica un artículo a este crecimiento informativo y señala:

As the Occupy Wall Street message of representing 99 percent of Americans has spread across the country, news media coverage of the Occupy movement has spread, too, to the front pages of newspapers and the tops of television newscasts. Coverage of the movement last week was, for the first time, quantitatively equivalent to early coverage of the Tea Party movement in early 2009, according to data released Wednesday by the Pew Research Center.
The data confirms an anecdotal sense that the movement, which slowly gained speed last month, entered the nation’s collective consciousness for the first time last week, when President Obama was asked about it at a news conference and when national television news programs were first anchored from the Wall Street protest site.*

El crecimiento informativo, además, es generador de más protestas porque va actuando sobre los que lo desconocen o tienen dudas. De ser anécdota, como señala TNYT, ha pasado a motivo de primera plana y eso significa que interesa a la gente, para bien o para mal. El columnista Thomas L. Friedman se pregunta ya abiertamente sobre el fondo del asunto en su artículo “There’s Something Happening Here”** Ya no es una pregunta en el aire; es una realidad a ras de suelo.
Curiosamente, el movimiento de las revoluciones se ha invertido. La revolución americana fue precedente de la francesa y Benjamin Franklin pudo ser embajador de la República americana en la Francia prerrevolucionaria, entre 1776 y 1785, cuatro años antes de que el pueblo llamara a las puertas de La Bastilla. Las revoluciones siempre han venido desde América: la política, la generacional, la sexual... Ahora ese movimiento que comienza en Túnez con un joven que se quema para protestar porque le han destruido el puesto de comida con el que mantiene pobremente a su familia, salta a Egipto y de allí a Libia, Siria, Bahrein, Yemen… España, donde se reformula y se sientan gran parte de sus bases y maneras, Grecia, Israel… y, finalmente, Wall Street y de allí al resto de Estados Unidos, en rápido crecimiento. Algo ha cambiado y algo va a cambiar. Tiene que hacerlo.


El movimiento de protesta se ha ido configurando, ajustando y acumulando experiencia, de manera que ya nadie empieza de cero, toda va más rápido y eficazmente. La "revolución" se ha vuelto franquicia. La broma o la censura con la que los analistas y políticos se tomaron el asunto ha quedado en el baúl del olvido, porque se han dado cuenta de qué existe mucho más apoyo y simpatía hacia un movimiento de este tipo. Cada día es más difícil mantenerse al margen y los ricos no tienen muchos amigos; solo los otros ricos. Es el descubrimiento de que, en época de crisis, a la gente deja de hacerle gracia la exhibición de la riqueza y la filosofía del éxito que se ha estado esgrimiendo ante sus ojos durante tres décadas. Se ha pasado el límite y eso es lo que están diciendo. Protestan porque llevan tres décadas prometiendo riqueza y bienestar, pero la realidad es que solo se enriquecen algunos y la mayoría empeora en poder adquisitivo y calidad de vida. La solución que el neoliberalismo nos da es sencilla: ¡hágase rico y así se acabarán sus problemas! Ahora la gente está empezando a pensar que el problema son los ricos. Y como tienen casas grandes, oficinas grandes, coches grandes, yates grandes y aviones grandes… son fáciles de localizar.
En mi particular cineclub, nocturno y personal, decidí ponerme la otra noche una de esas películas con las que tu inconsciente te pide regresar a la seguridad de la infancia, Scaramouche, una de espadachines, como se decía antes, basada en una novela de Rafael de Sabatini y dirigida por el maestro George Sidney. Pero lo que iba a ser un viaje al pasado, se convirtió pronto en un paseo por la actualidad.
En la Francia prerrevolucionaria, el Marqués de Maynes (Mel Ferrer), un consumado, cínico y hábil espadachín, es recibido por la Reina, que le recrimina que esté matando en duelo a la nobleza, en unos tiempos revueltos en que “la nobleza debe estar unida”, le dice. En un pequeño arcón aparece un panfleto, con el título “Libertad, Igualdad, Fraternidad”, firmado por “Marcus Brutus”. El Rey ha recibido otro bajo su almohada.
La Reina le pregunta a des Maynes:

—La gente que escribe esto, ¿a qué aspira en realidad?
—A nosotros, majestad; a nuestros derechos, a nuestras tierras, a nuestras cabezas.

El análisis que el Marqués hará posteriormente del contenido del panfleto es muy significativo:

—Analicemos el lema de Marcus Brutus: “Libertad, Igualdad, Fraternidad” —le dirá provocativamente al autor, Philippe de Valmorin, antes de matarlo en duelo—. La "libertad" debe racionarse entre la minoría que tiene el talento para usarla. La "igualdad" no existe, puesto que la mayoría de los hombres han nacido en la pobreza y ese es su elemento. En cuanto a la “fraternidad”, un des Maynes no es hermano de nadie, Nos hallamos en un lugar preferente y si se cuestionan nuestros derechos, esta [señala su espada] es la contestación.

La provocación del Marqués Des Maynes al autor del panfleto
El discurso cínico de des Maynes no es el de un “malo de película”; es el que hemos escuchado y hemos visto practicar en demasiados lugares a fecha de hoy. Dicho con menos altanería, rodeado de teorías económicas, genéticas o de cualquier otra ciencia que se haya plegado a teorizar para justificar lo injustificable de forma muy rentable. Los superricos se han rodeado de teorías, como la nobleza se rodeó de cantores y espadachines. Las teorías de las élites que se han enriquecido han acabado anulando —por ridícula— aquella, de las tres de Marcus Brutus, la Libertad, que tomaban como bandera. Pisoteando las otras dos, Fraternidad e Igualdad, la primera sirve de muy poco y, lo que es peor, se vuelve contra el que la pervierte. Y el recurso de la espada, acaba mal.
Ya sea bajo la máscara de Scaramouche (Stewart Granger), el "espadachín aventurero" de la Comedia del Arte, el espadachín vengador que se enfrentará a la nobleza y sus principios, o la del Guy Fawkes de “V de Vendetta”, todo esto ha dejado de ser una broma juvenil, de gente con rastas y que toca los bongos en un banco en el parque. La llegada a Estados Unidos y su crecimiento auguran cambios; que se ha llegado al borde opuesto de la piscina. Ahora comienza el efecto rebote.

Los personajes de la Comedia del Arte, con Scaramouche

* “A News Story Is Growing With ‘Occupy’ Protests” Wall Street”. The New York Times 12/10/2011 http://www.nytimes.com/2011/10/13/us/occupy-wall-street-protests-a-growing-news-story.html?hp
** “There’s Something Happening Here”. The New York Times 11/10/2011 http://www.nytimes.com/2011/10/12/opinion/theres-something-happening-here.html?_r=1&src=me&ref=general





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