martes, 13 de septiembre de 2011

Nada comienza hoy

Joaquín Mª Aguirre (UCM)
Mientras nuestro gobierno y oposición consideraban que era suficiente con ir a hacerse juntos una foto al registro del Congreso entregando un papelito, los llamados “mercados” pasaban olímpicamente de nosotros, como era previsible. Nada de lo que ha hecho nadie hasta el momento ha servido para nada porque esto no es de ahora. Como señaló maravillosamente ese novelista poeta que era Thomas Wolfe en su primera obra en 1929, Look Homeward, Angel:

 «Each moment is the fruit of forty thousand years. The minute-winning days, like flies, buzz home to death, and every moment is a window on all time.»

El fragmento es uno de los que se encuentran en el margen derecho de esta columna y refleja esa idea doble de que lo que ocurre está ligado a su propio devenir, cada instante es la suma de los anteriores, y que, por ese mismo motivo, en cada instante podemos ver, como si fuera una ventana en el tiempo, el conjunto de todo lo que lo ha hecho llegar hasta aquí. Decía Wolfe en el inicio de su obra que un amor que ha muerto hoy en Texas tuvo su origen hace cuatro mil años en Creta.

Los que ven el presente lo que el presente les ofrece están sujetos a engaño permanente. También los que creen que un país se construye a golpe de foto y de gestos a mercados o a quien sea. Como país llevamos dos décadas dando bandadas y construyendo de forma poco sólida y circunstancial nuestros momentos que finalmente llegan al hoy en el que tenemos el dudoso honor de estar citados en boca del Presidente de los Estados Unidos como la siguiente víctima más probable en la cadena de asesinatos en serie de esta macabra película económica. Somos ya la chica que entra en la ducha. Y de la chica de la ducha o del baño de espuma o la que pone velitas, sabemos siempre que acabará mal. El próximo grito puede ser el nuestro.
Es sorprendente la ausencia de un debate político de altura en estos años y los miles de horas dedicados a cuestiones irrelevantes con las que la clase política ha desviado la atención de este país de su propia realidad. Es realmente sorprendente la desaparición absoluta de economistas de prestigio capaces de avisar de los problemas enormes que pasaban por delante de nuestra puerta todos los días. Es decepcionante la carencia absoluta de crítica desde los medios de comunicación sobre una situación degradada día a día en sus aspectos esenciales y cada día más retórica y dedicada al oropel y la trivialidad. Es sorprendente también el silencio de las universidades, fuente de los futuros responsables de este país y modeladores de sus conciencias; cuando han protestado ha sido para conseguir migajas presupuestarias y no para reclamar un país más serio y comprometido con su futuro.
Sin embargo, todo el sistema de alertas y defensas ha sido defectuoso o, si ha funcionado, ha sido silenciado. Demasiados intereses en la foto bonita. Nos hemos creído demasiado lo de las “manos invisibles” y hemos pensado que este barco se guiaba solo, entre vientos y mareas marcándole el rumbo. Tenemos la clase política de perfil más bajo de toda la democracia. No hay una opinión pública formada capaz de discriminar entre la demagogia y la coherencia y un sistema de formación que, reflejo del resto del sistema, se preocupa de su supervivencia y no de su finalidad. Va a costar rectificar todo esto, pero es necesario empezar ya. Lo que ya no se puede es seguir vendiendo sonrisas, fotos  y silencios.


Hay una cosa que hay que entender en todo esto y en lo que viene: nada comienza hoy. A pesar de que nos gusta la frase “hoy es el primer día del resto de mi vida”, es más cierta esta otra: “hoy es el día siguiente a todos mis errores”. Con ellos, con nuestros errores, tendremos que convivir mucho tiempo y quitárnoslos unos a otros como los monos se espulgan.
Dice Lao-Tse:

Lo que está construido con firmeza no se puede derribar;
Lo que está sujeto con firmeza no se puede liberar… (95)*

* Lao-Tse (1999): Tao Te Ching. Martínez Roca, Barcelona. Ed. de Luis Racionero.



2 comentarios:

  1. Grandes reflexiones. Una vez más, se hacen actuales, quizás porque siempre lo han sido, y desde antes de que todos los que leemos este blog naciéramos.
    Me quedo principalmente con que tomaré en mayor consideración mis errores y mis actos consumados para enaltecer el mañana, esforzándome por convertirlo en algo de lo que estar más orgulloso de lo que he hecho hasta ahora.
    Gracias,Joaquín, por recordárnoslo.

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  2. Hola,Isaac: Sí, la idea central es que no se pueden ignorar eternamente los errores disfrazándolos. Al final te encuentras prisionero de todos ellos. Nada hay que no tenga importancia, para bien o para mal.
    Gracias por leerlo. JMA

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