miércoles, 15 de junio de 2011

Así no se arregla nada

Joaquín Mª Aguirre (UCM)

No. Ni uno solo de los problemas de este país se arregla así. Ni uno solo. El ejercicio de la violencia no va a llevar más que a deslegitimar el derecho a la discrepancia y a cargar de argumentos en contra. No se puede pedir que te escuchen y hacer demostración de sordera.
Desde este momento, tras lo ocurrido en Barcelona, la indignación va a caminar por dos caminos separados: la reflexión, análisis y aportación de propuestas de mejora de la democracia que tenemos, eso incluye los mecanismos de crítica, protesta y expresión legítimos; y, por otro lado, los mecanismos de protesta que no respetan personas y dejan al margen los principios jurídicos que nos amparan a todos. Convertir la indignación legítima y el ejercicio de la razón y el diálogo en “kale borroka” es una respuesta muy poco inteligente, entre otras muchas consideraciones. El peligro de esta deriva ya se escuchaba en personas que se habían entregado en cuerpo y alma en las acampadas y que veían la proliferación de las tendencias más irracionales. La indignación necesita mesura y sensatez; imaginación y creatividad; diálogo y ética. No necesita más violencia. Hay una diferencia entre la indignación y la frustración, la rabía contenida, justificada o no en su origen, pero absolutamente injustificable en su salida violenta.

Diputados acosados e insultados en el acceso al Parlament
Por carácter, hay algo que me repugna en ver que a cualquiera —incluso a mi peor enemigo— se le escupe, insulta, zarandea o acosa en mitad de una calle reduciéndole a la condición de trapo. No veo un solo aspecto positivo en cruzar la línea de la democracia hacia la violencia. La solución no está en este tipo de acciones. Nunca puede estarlo. Espero que la mayoría de los que han participado en los acontecimientos de hoy se den cuenta. Es aquí donde se establece el punto de ruptura entre unos y otros. Los movimientos sociales que no saben superar el nivel de movimiento de protesta están condenados a la cacofonía, a ser ruido social. Lo importante es poder seguir más allá. Mucha gente no está dispuesta a traspasar la línea del esfuerzo y prefiere quedarse en la zona cómoda del grito y el insulto. Lo hemos dicho muchas veces: los problemas solo se pueden solucionar dando el paso siguiente, el de la implicación en los problemas e instituciones sociales, no en la creación de más problemas. La democracia exige participación y control para que funcione; no hacerla saltar por los aires.
Decíamos esta misma mañana, a primera hora, antes de que se produjeran los actos de Barcelona: “Los partidos políticos están empezando a darse cuenta que el problema que tienen va más allá de la limpieza de una plaza o de las ventas del comercio cercano a las zonas de acampada”. Por si no se habían enterado espero que ahora se hayan dado cuenta de la magnitud del problema más allá de lo puramente material de los actos de esta mañana. Cada cual hará la lectura, más inteligente o menos inteligente, como por ejemplo el consejero del interior de Cataluña que ya ha salido diciendo que “él tenía razón” cuando mandó a la Policía a limpiar la plaza semanas atrás. Suena un poco rara su declaración tras los acontecimientos de hoy. Le deben gustar las batallas campales.

El Consejero de Interior llega al Parlament

2 comentarios:

  1. "Pisando charcos" está realizando el seguimiento reflexivo más lúcido y honesto de cuantos he leído en relación al "movimiento de la indignación". ¡¡Bravo!!

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  2. Si sirven de algo, ahí están con la mejor intención. Un saludo. JMA

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