lunes, 28 de marzo de 2011

30.000 becas


Joaquín Mª Aguirre (UCM)
De la reunión de los grandes empresarios con el presidente del gobierno, además de la foto de la confianza, y las consabidas recetas de “flexibilidad” laboral, abaratamiento de costes energéticos y libertad de horarios, que salen siempre, ha salido algo nuevo: les ha pedido a los empresarios 30.000 becas.
Pero la realidad va por otro lado. En Galicia critican al presidente autonómico porque recorte becas mientras el presidente español las promete*. En Cataluña, los recortes en Educación serán del 10%, según Informa El País, que explica  “los recortes afectan a comunidades de todos los colores políticos, desde La Rioja (-7,9%) hasta Extremadura (-7,2%), pasando por Madrid (-4,8%), Asturias y Castilla y León (las dos con un -5,5%).”** Como decíamos ayer, ¡qué barato es prometer!
“Es un axioma del mercado laboral: la formación conduce a la empleabilidad”, les ha dicho el presidente Rodríguez Zapatero a los empresarios y les ha pedido que hagan un programa de 30.000 becas. Los empresarios que han ido a producir credibilidad mediante la presencia carismática de los grandes números se han puesto en ello y el Banco Santander, por medio de su presidente Emilio Botín, parece ser que comenzó la recolecta con 2.000 para ir creando ambiente. Telefónica se ha ofrecido a gestionar el proyecto. Las becas están destinadas a la formación de jóvenes con poca cualificación, a reforzar esa constante reforma, que nunca se reforma según parece, que es la Formación Profesional. En España, cuando te encuentras en el ascensor con un vecino hablas del tiempo o de la Formación Profesional.

 El problema español no son las becas. El problema español es qué pasa después de la beca. Cuando en los años ochenta se eligió el empleo precario como alternativa al desempleo —es preferible estar mal pagado a no cobrar— se inició un camino cuyas consecuencias pagamos ahora y, desgraciadamente, seguiremos pagando porque se ha enquistado en el sistema laboral español y ha deformado el educativo. Las consecuencias son el empleo sumergido —otro de los temas puestos sobre la mesa de la reunión—, con la precarización consiguiente y, lo peor, la consideración del subempleo como una constante de la economía española. Lo que en su momento se consideró una solución de emergencia y provisional, se ha convertido en una característica específica de la economía y de la vida social. Pagar mal siempre beneficia a alguien.
Nunca he entendido muy bien la constante petición de los empresarios españoles por “flexibilizar” el despido cuando el problema español es que el número de empleos estables es mínimo en comparación con los temporales. Nuestro problema es la cadena de efectos sociales que ha causado la carencia de empleos que permitan estabilidad. Es la estabilidad la que nos permite tomar decisiones de futuro y eso afecta a casi todo. Los jóvenes españoles están condenados, los que tienen más suerte, a la beca durante una temporada. Estas becas no desembocan en puestos de trabajo, sino que se han convertido en puestos fijos con personas cambiantes. La beca sigue, el becario cambia. Cuando el joven está formado, es sustituido por el siguiente. Ha sido una forma de abaratar el empleo bajo el eufemismo de la formación. Por eso cuando oigo hablar de más becas, me echo a temblar. Conozco muchos doctores brillantes que han tenido que dedicarse a cualquier cosa, a malvivir, tras sus becas y eran las mejores becas, las de los mejores expedientes. En los niveles de la secundaria, el rasgo es el abandono. ¿Para qué invertir tiempo en educación si España es el país europeo en el que la diferencia salarial entre alguien cualificado y alguien sin cualificación es menor?


Quien ha sabido entender muy bien el problema español ha sido Angela Merkel, que ha ofrecido puestos de trabajo a los alumnos brillantes. Alemania ya no quiere inmigrantes sin cualificar; los quiere brillantes para poder aprovechar su potencial investigador, innovar y producir. Así es como se crece. Ahora nosotros formamos los investigadores y ellos producen más barato. Ya ha ocurrido con médicos y personal sanitario en Inglaterra. Aquí se necesitan pero no hay dinero para pagarlos. Allí no hay dinero para formarlos, pero sí para emplearlos. ¡Bendita globalización!
Nuestro problema no es la beca, sino el sistema productivo que no produce lo que tenía que producir: empleo de calidad. España apostó por la vía fácil y rápida del crecimiento, la que estalló con la burbuja inmobiliaria, y los servicios derivados del turismo. Para eso no hacen falta doctores, sino mano de obra barata, empleos sumergidos y temporales. Nuestro paro es estacional, como hemos visto siempre, porque una parte importante de nuestra economía es estacional. Mientras otros países avanzan produciendo, nosotros estamos sometidos a los ciclos estacionales y, lo que es peor, necesitamos que los otros estén bien para poder subsistir. El turismo tiene eso, que hay que gastar. No salimos de las crisis hasta que los otros deciden que están ya bien y se vienen a España a relajarse.
Todo esto es lo que escuchamos bajo la bonita expresión “cambiar el modelo estructural”. No es más que eso. Pero no es fácil porque el modelo es bonito y barato y se mueve entre la especulación del pelotazo (inmobiliario, de servicios) y la precariedad laboral. Tenemos un modelo del que el mismo presidente que hoy tenemos se vanagloriaba hace apenas unos años y se ofrecía como ejemplo a los demás. ¡Cuánto crecemos!, presumíamos. Sin embargo, era el crecimiento del globo, mucha apariencia y aire dentro.
Las 30.000 becas no son más que un brindis al sol porque, aunque se concedan y se usen, a su término ocurrirá como ha ido ocurriendo en las últimas décadas. Los mejores estudiantes tienen que elegir entre el “mileurismo” o la emigración. Hace mucho que nuestros mejores jóvenes decidieron emigrar hacia países en los que “crecer” significa algo más que entradas turísticas, gastronomía y parques temáticos.

* “PSdeG critica que Feijoo quite becas mientras Zapatero crea otras 30.000” Xornal 27/03/2011 http://www.xornal.com/artigo/2011/03/27/economia/psdeg-critica-feijoo-quite-becas-mientras-zapatero-crea-otras/2011032723211701529.html
** “Miedo a la tijera poselectoral” El País, 28/03/2011  http://www.elpais.com/articulo/educacion/Miedo/tijera/poselectoral/elpepusocedu/20110328elpepiedu_1/Tes



2 comentarios:

  1. Creo recordar que hace muy poco salía una estadística en la que España figuraba como el país con mayor número de universitarios de Europa, no hace falta mencionar el número de estudiantes de FP.La realidad es que después uno tiene que degradar su curriculum para poder encontrar trabajo "no cualificado". Lo positivo es que ¡nos mantendremos simbólicamente jóvenes al seguir aprendiendo, hasta alcanzar una edad muy avanzada!
    Felicitaciones por el blog

    ResponderEliminar
  2. Gracias. Efectivamente, nadie quiere a los mejores expedientes; no los necesitan. Los indicadores se pueden revisar y siempre nos muestran lo mismo: la degradación de la calidad del empleo. Barato y precario ha sido la fórmula del empleo de estos años. Se ha confundido dinero y progreso.
    Un saludo. J.A.

    ResponderEliminar

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.